Scariolo: “Ha ganado el baloncesto como deporte de equipo”
El seleccionador destaca el poder del grupo como la llave del éxito por encima de las individualidades
De los hermanos Gasol a los Hernangómez, de Ricky Rubio a Lorenzo Brown, de Juan Carlos Navarro a Jaime Fernández, de Felipe Reyes a Garuba. Cambian los nombres escritos en la parte trasera de las camisetas, pero por delante brilla el mismo oro, el de los actuales campeones del mundo y ahora de Europa. España gana y gana. En Berlín cayó su cuarto trono continental, los cuatro en los últimos 13 años (2009, 2011, 2015 y 2022) en un ciclo que no tiene fin. Es independiente de...
De los hermanos Gasol a los Hernangómez, de Ricky Rubio a Lorenzo Brown, de Juan Carlos Navarro a Jaime Fernández, de Felipe Reyes a Garuba. Cambian los nombres escritos en la parte trasera de las camisetas, pero por delante brilla el mismo oro, el de los actuales campeones del mundo y ahora de Europa. España gana y gana. En Berlín cayó su cuarto trono continental, los cuatro en los últimos 13 años (2009, 2011, 2015 y 2022) en un ciclo que no tiene fin. Es independiente de los protagonistas sobre la pista. Scariolo en el banquillo (ocho medallas con la selección en 10 campeonatos disputados) y Rudy como capitán (11 metales en 16 torneos), el único con seis oros en la historia de la selección.
“El baloncesto ha sido generoso con el que ha respetado sus valores de deporte de equipo, de pasarse la pelota, respetar los roles, entrenarse duro, ayudarse y no tener egos. Cuando eso pasa, un entrenador no puede ser más feliz desde el punto de vista del juego”, analizó el seleccionador de España, de 61 años. A su lado, en la sala de prensa, Willy Hernangómez lucía el galardón como mejor jugador del Eurobasket, en una noche inolvidable para los dos hermanos: Juancho fue elegido el mejor de la final tras sus 27 puntos y siete triples, seis de ellos en un segundo cuarto en el que destrozó a Francia.
“Esto es una demostración para los más jóvenes de lo que se puede conseguir con trabajo. Venimos de una familia humilde de Madrid. Mi hermano y yo no pensábamos que podíamos jugar algún día en la ACB y ahora estamos en la NBA desde hace años. Los sueños se pueden cumplir con sacrificio y esfuerzo; eso es lo que este oro significa. Hay que seguir soñando y no ponerse límites”, comentó Willy. Con lágrimas en los ojos y un balón bajo la camiseta, Juancho expresaba: “No ha sido un camino de rosas, he pasado por momentos difíciles y los he superado trabajando”.
La comparecencia oficial de Scariolo y Willy continuaba bajo la seria organización de la FIBA cuando la puerta de la sala de conferencias se abrió de golpe. Al grito de “¡campeones de Europa!” varios jugadores españoles empaparon al entrenador y al pívot con agua. Juancho resbaló y cayó al suelo entre las risas generales. Era la gran fiesta española, una vez más, en un Eurobasket. Para nueve de los 12 integrantes de la selección (todos menos Rudy y los hermanos Hernangómez), su primera medalla absoluta.
“De sueños vive la gente”
La FIBA había situado a España en el octavo lugar en el listado de favoritos antes del torneo. El conjunto de Scariolo volvió a destrozar cualquier previsión y el entrenador italiano reflexionó sobre ello. “También en el pasado Mundial nos daban quintos. Se basan en las características individuales de los jugadores e igual ahora se enteran de que tenemos algo más a nivel colectivo que multiplica esos valores individuales. Ese es nuestro plus. Otras veces en el equipo los jugadores han tenido que aceptar dejar de lado sus egos, entrar en unos roles, y yo como entrenador he sentido más una dificultad personal en ese tipo de gestión. Ahora he podido hacer baloncesto con jugadores a los que no ha sido difícil pedirles más, sin ningún tipo de complejo ni preocupación, todo el mundo trabajando y haciendo equipo. Ha sido muy gratificante. Por eso ha sido la medalla más inesperada pero también la más satisfactoria”.
El sueño de la cenicienta lo escenificó como pocos Alberto Díaz, que esperaba ver “en el sofá” el torneo, después de ser descartado por Scariolo, pero acabó siendo repescado después de la lesión de Llull y regresa con un oro colgado al cuello. “De sueños vive la gente y nosotros lo hemos cumplido”, comentó el base del Unicaja Málaga. “Hemos sido unos locos y hemos creído. Quizás poca gente creía en esto, pero nosotros lo hemos hecho con un equipo inexperto en estas competiciones. Es algo con lo que todo niño sueña y a mí me ha cambiado la vida”, añadió Díaz, con la medalla reluciente en su pecho.
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