El Manchester City remonta tras pasarse 80 minutos sin tirar a gol
El campeón inglés supera al Borussia Dortmund en un mal partido resuelto con otro gol de Haaland
Las siestas no deberían de estar permitidas en la Liga de Campeones, pero el Manchester City se las puede echar. El combo que adiestra Guardiola protagonizó una hora de fútbol narcótico hasta que le sonó el despertador, un gol de Bellingham al que el técnico catalán respondió con un triple cambio. Bernardo Silva, Julián Álvarez y Phil Foden suplieron a Mahrez, Gündogan y Grealish, estandartes de un equipo que no había sido capaz de armar un disparo entre palos. Tardó 80 minutos en hacerlo. Que la conexión con Haaland fuese episódica n...
Las siestas no deberían de estar permitidas en la Liga de Campeones, pero el Manchester City se las puede echar. El combo que adiestra Guardiola protagonizó una hora de fútbol narcótico hasta que le sonó el despertador, un gol de Bellingham al que el técnico catalán respondió con un triple cambio. Bernardo Silva, Julián Álvarez y Phil Foden suplieron a Mahrez, Gündogan y Grealish, estandartes de un equipo que no había sido capaz de armar un disparo entre palos. Tardó 80 minutos en hacerlo. Que la conexión con Haaland fuese episódica no es novedad: el portento noruego tampoco necesita un suministro continuo para dejar huella.
El City, que ganó 2-1, se adocenó como pocas veces lo ha hecho desde que lo entrena Guardiola, plomizo, incapaz de darle ritmo a la pelota y de descifrar el repliegue de su rival, nada muy diferente a lo que tantas veces logra desmontar. No hubo recuperaciones en zonas de ataque, no hubo codicia en la presión, no hubo ni ruido en el estadio durante largos minutos de trasteo en los que el Borussia, agazapado, esperó su momento. Llegó a la salida de un córner en el que Bellingham se cruzó en la trayectoria de un remate de Reus. El joven talento inglés se filtró en el área entre la marca de tres hombres del City, uno de ellos Haaland, y retrató la ausencia de viveza local.
Con el marcador en contra y el refresco de un trío atacante que rodease a Haaland, el City se quitó el pijama y emprendió el asedio. Con cierta sordina, eso sí. Hasta que Stones engatilló un disparo lejano que en el minuto 80 y encontró por primera vez los tres palos. La portería estaba defendida por Meyer-Schade, un treintañero meta que se estrena en la élite tras una vida en la segunda categoría germana y al que se le vio el cartón. Lo siguiente fue cosa de Haaland, puntual a su cita con el gol para rematar un centro de Cancelo con el exterior. El noruego se destapó con una de esas exuberantes acrobacias que le asemejan a Ibrahimovic y ya suma 13 tantos en 8 partidos.
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