Hasan Salihamidzic: “Lewandowski trajo champán y nos despedimos como amigos”
El director deportivo del Bayern Múnich reflexiona sobre el profundo cambio que ha emprendido su club tras la venta del goleador polaco al Barcelona, que hoy visita el Allianz Arena
“Mi esposa es de Sevilla”, advierte Hasan Salihamidzic, para explicar por qué habla español perfectamente. Sentado en una terraza al sol de Milán, hace una semana, en la concentración del Bayern que se disponía a visitar San Siro, el director deportivo del club bávaro reflexionó sobre una de las transiciones más complejas que ha abordado el fútbol alemán en su historia.
Si Cruyff revolucionó el fútbol cuando superó al nueve de área, en las últimas tres décadas el Bayern Múnich hizo la contrarrevolución po...
“Mi esposa es de Sevilla”, advierte Hasan Salihamidzic, para explicar por qué habla español perfectamente. Sentado en una terraza al sol de Milán, hace una semana, en la concentración del Bayern que se disponía a visitar San Siro, el director deportivo del club bávaro reflexionó sobre una de las transiciones más complejas que ha abordado el fútbol alemán en su historia.
Si Cruyff revolucionó el fútbol cuando superó al nueve de área, en las últimas tres décadas el Bayern Múnich hizo la contrarrevolución poniendo en la punta de sus equipos a los tanques más pesados del orbe. La trayectoria se invierte hoy gracias al empeño de Salihamidzic (Bosnia-Herzegovina, 1977) autor de una de las campañas de fichajes más atrevidas de los últimos años. La culminó con la venta de Robert Lewandowski al Barcelona, que esta noche visita el Allianz Arena (21:00 horas, Movistar) en Champions.
Pregunta. ¿Cómo hizo para fichar a Sadio Mané, una estrella de la Premier en su plenitud, por solo 30 millones de euros?
Respuesta. Porque le quedaba un año de contrato con el Liverpool y llevaba una temporada diciendo que quería marcharse. Todos sabían la situación. Sadio es un hombre de una pieza: lo que dice lo hace. Klopp le debía mucho y se portó bien con el jugador.
P. El Bayern invirtió unos 130 millones de euros para reforzarse y batió su récord de fichajes en un verano en el que ocho clubes de Europa gastaron más, incluyendo el Nottingham Forest, que invirtió 150. Usted representa el club europeo que menos gasta en relación a la cantidad de finales de Champions que juega y las casas de apuesta vuelven a darlo como favorito para ganar esta Champions. ¿Cómo se consigue esta regularidad?
R. Es el resultado de un trabajo de años. Los jugadores que han querido firmar con nosotros en este mercado lo han hecho porque han visto que el Bayern lleva muchas temporadas construyendo un equipo de un modo coherente. Queremos ser los mejores. Está en nuestro ADN. Favorito es solo una palabra. Lo que más me gusta es el respeto que inspiramos en nuestros adversarios y, sobre todo, lo que veo cada día cuando veo los entrenamientos.
P. Después de Guardiola, ningún entrenador al frente de un gran equipo europeo ha intentado las innovaciones tácticas que está abordando Julian Nagelsmann en ataque. ¿Por qué lo hace?
Nosotros tenemos una responsabilidad. Nosotros no tenemos tanto dinero como para invertir 160 millones de euros en un jugador de 34 años, sea quien sea. Para nosotros financieramente no sería posible y esto tampoco es una excepción en Europa. El Madrid renueva el contrato de Modric año a año
R. Apreciamos tres cosas cuando decidimos fichar a Julian: su juventud, su origen bávaro y sus ideas. Él busca que en ataque seamos muy flexibles, que los jugadores cambien de posición a la máxima velocidad, con la máxima agresividad y con la mayor intención posible de terminar la jugada en la portería contraria. Aquí confluyen las ideas de Julian y las ideas del Bayern. La relación entre ambos es casi perfecta. La confianza es mutua, no solo en cuestiones de mercado sino en los modos de preparación de los partidos.
P. ¿Usted es consciente que el desarrollo de un modelo tan asociativo lleva más tiempo que organizar un equipo simplemente para suministrar balones al punta, que es lo que ha hecho el Bayern históricamente?
R. Este proyecto está basado en la paciencia. No solo perseguimos tener jugadores de calidad. En los últimos años hemos procurado reunir jugadores jóvenes. Tenemos muchos jugadores de 25 a 27 años con un gran margen de progresión en las próximas cinco temporadas. Luego miramos que sean resilientes en relación a su posicionamiento en el campo. No tenemos una plantilla muy grande: son 18 jugadores de campo más tres porteros. Esto es posible gracias a esa flexibilidad táctica de base de los futbolistas. Si hay dos o tres lesionados, nos resulta más fácil sustituirlos sin alterar el funcionamiento colectivo.
P. Nagelsmann procura atacar con seis y siete jugadores por los tres pasillos interiores. Esto es insólito y entraña un peligro muy grande para la defensa contraria pero también para la defensa propia. Usted cuando ve estos ataques desde la grada, ¿siente vértigo, miedo, orgullo…?
R. Es muy importante que practiquemos un fútbol divertido. Para nuestros aficionados y también para los seguidores neutrales de todo el mundo. Yo me divierto muchísimo. No solo cuando miro los partidos. Para la secretaría técnica del Bayern, que tiene sus oficinas frente al campo de prácticas, es un placer cotidiano ver los entrenamientos de este equipo. Respecto al empleo de los carriles interiores y exteriores, a veces depende del rival porque hay momentos en que conviene que los extremos se peguen a la raya. En años anteriores el 4-3-3 era más rígido, con los extremos muy abiertos. Ahora los extremos van más por adentro.
P. ¿Cree que el futuro del ataque de los grandes equipos pasa menos por tirar centros que por construir más volumen de juego por el medio?
R. Depende de los jugadores que tengas. Hay jugadores que no se sienten cómodos moviéndose en diagonal hacia la portería contra defensas bien posicionadas atrás. Ahora tenemos muchos jugadores que pueden jugar por dentro. Esa es la flexibilidad que buscamos.
Son muy pocos los nueves que pueden estar a la altura de estas exigencias. Ahora en el Bayern realmente jugamos sin un nueve en el sentido tradicional. Tenemos varios hombres que entienden el juego asociativo cuando bajan a la segunda línea del ataque, como Gnabry, Mané, e incluso Müller y Sané
P. ¿Esa flexibilidad exige la presencia de nueves como Mané o Harry Kane, que sepan hacer algo más que definir a un toque?
R. Depende del mercado. Son muy pocos los nueves rematadores de la vieja escuela que pueden estar a la altura de estas exigencias. Ahora en el Bayern realmente jugamos sin un nueve en el sentido tradicional. Tenemos varios hombres que entienden el juego asociativo cuando bajan a la segunda línea del ataque, como Gnabry, Mané, e incluso Müller y Sané. Cuando vimos que Lewandowski se iría trajimos a un jugador como Mané, que en los últimos años ha hecho un gran trabajo en este sentido.
P. Cristiano Ronaldo sí estaba en el mercado y se ofreció al Bayern. Con sus cinco Balones de Oro, hay pocos nueves rematadores más cualificados que él. ¿Por qué se negaron a ficharlo?
R. Porque ya teníamos cerrada la plantilla con ocho jugadores de ataque versátiles que pueden jugar en cuatro posiciones distintas. Tenemos mucho respeto por Cristiano. Su rendimiento en el mundo del fútbol ha sido impresionante. Pero tenemos otra idea.
P. Desde hace una década, cuando los rivales se cierran no hay espacios apenas para que el punta de referencia sea profundo. Esto concierne especialmente al Bayern que toda la vida jugó con un tanque: Jancker, Mario Gómez, Luca Toni, Elber, Mandzukic, Lewandowski… ¿Qué pasó?
R. Es la evolución del fútbol. Quedan pocos puntas puros de máximo nivel y el precio de aquellos que pertenecen a un segundo nivel es muy alto también. Nuestra elección fue por otro camino porque nuestro entrenador tiene una idea distinta de lo que debe ser un ataque eficaz en estos tiempos. La flexibilidad conspira contra un nueve puro, a menos que sean como Haaland, que además de ser punta tiene los pies de un fantasista. De otro modo Haaland no haría estos goles a un toque en un equipo como el City, al que los rivales le niegan todos los espacios.
P. ¿Lewandowski se marcha porque quiere o porque sabe que allí no tiene futuro?
R. Nosotros queríamos renovarle el contrato pero vimos que él no quería. Entonces decidimos que era mejor venderlo que dejarlo libre en 2023.
P. En Barcelona dicen que el Bayern cometió un error dejándolo salir.
R. Yo siento un gran respeto por el Barcelona. Han hecho una gran plantilla. Pero nosotros tenemos unas reglas financieras: cuando renovamos los contratos de jugadores de más de 30 años no lo hacemos por más de una sola temporada. ¿Error? No lo sé. Nosotros estamos contentos y para el Barcelona también ha sido un éxito. Ni más ni menos. Nosotros no estábamos dispuestos a hacerle un contrato de cuatro años a Lewandowski, que tiene 34, pagándole un salario tan elevado. Esto también forma parte de una estrategia.
P. ¿En virtud de su política, el Bayern nunca se embarcaría en una operación cuyo montante total ascienda 160 millones de euros [el traspaso más el salario bruto de Lewandowski en el Barça] por un jugador de 34 años, sea quien sea?
R. Nosotros tenemos una responsabilidad. Nosotros no tenemos tanto dinero como para hacer una cosa así. No sé si el Barcelona lo tiene o no, pero para nosotros financieramente no sería posible y esto tampoco es una excepción en Europa. El Madrid renueva el contrato de Modric año a año... Se lo dije a Lewandowski: renovemos por un año. Pero claro que comprendo que para él, con 34 años, firmar un contrato de cuatro años es algo extraordinariamente positivo. Lewandowski es un gran jugador. Sin duda. Y si existe un club con una estrategia que se lo pueda permitir, muy bien por ellos.
P. ¿Es cierto que Lewandowski regaló botellas de champán de 400 euros a todos los compañeros y empleados del Bayern? ¿Esto demuestra que había mucho que celebrar en Sabener Strasse?
R. A mí también me regaló una botella. Lewandowski ha hecho mucho bien al Bayern con sus goles, pero el Bayern ha hecho mucho bien a Lewandowski. El regalo ha sido un gesto grandísimo por su parte. Demuestra que no se ha olvidado de sus compañeros. Es un muy buen chico. Perder un futbolista así no es fácil. Por eso era importante que el Barcelona pagara un precio acorde. Reemplazar a un jugador que cada año hace entre 30 y 50 goles es complicado, pero ahora nuestro plan es que los goleadores sean tres o cuatro, y no uno solo.
Robert lo hará muy bien. Porque a su alrededor tiene compañeros que le pueden dar asistencias y meterlo en situación de que él explote su cualidad. Es obvio que es un nueve muy dominante que necesita que lo asistan. Da mucho al equipo, pero el equipo también debe darle mucho a él
P. Desde Guardiola a Nagelsmann, el Bayern se ha construido para que Lewandowski no deba hacer otra cosa que aprovechar el suministro de balones, sobre todo con centros, para definir a un toque. ¿Ahora el Barcelona pasará de ser un equipo que juega para dominar al rival a un equipo que juega para el gol de Lewandowski?
R. Él es un gran jugador que lo hará muy bien allí. Porque a su alrededor tiene compañeros que le pueden dar asistencias y meterlo en situación de que él explote su cualidad. Es obvio que es un nueve muy dominante que necesita que lo asistan. Da mucho al equipo, pero el equipo también debe darle mucho a él.
P. En las últimas dos temporadas el Bayern fue eliminado de la Champions por clubes como el Atlético y el Villarreal, que se le cerraron atrás y le negaron los espacios a Lewandowski, hasta para cabecear centros. ¿No es más quirúrgica la idea de Nagelsmann?
R. ¡Esperemos que sí porque llevamos dos años eliminados en cuatros! Ahora tenemos muchas opciones distintas. Esto trasciende Lewandowski: ha cambiado todo el juego. Nosotros estamos contentos.
P. ¿El Bayern deja abiertas sus puertas para que Lewandowski vuelva al club como dirigente en el futuro?
R. Hemos conservado la amistad. La vida siempre ofrece una segunda oportunidad.
P. Dicen que cuando Lewandowski regresó a despedirse, se reunió con usted y con el presidente Oliver Kahn en su despacho de Sabener Strasse, en tan buenos términos que todos acabaron poniendo los pies sobre la mesa.
R. ¡No es cierto! Nos vimos, trajo las botellas de champán, y nos despedimos como amigos. Él siempre hablará bien del Bayern y nosotros de él.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.