Carlos Alcaraz: “No le tengo miedo al momento”
El murciano subraya que en los momentos clave dispara su juego y se considera preparado para la final más joven en Nueva York desde el Agassi-Sampras de 1990
A media tarde, antes de que Carlos Alcaraz pusiera patas arriba otra vez la Arthur Ashe y llegase a su primera gran final, un grupo de periodistas se interesaba en la terraza exterior por Martín Landaluce, el madrileño que disputará este sábado la final en la categoría júnior. El chico, 16 añitos y 1,91 de estatura, decía que su referencia principal hasta ahora había sido el alemán Alexander Zverev, pero que ahora habían girado sus preferencias y que Carlos Alcaraz se había convertido en...
A media tarde, antes de que Carlos Alcaraz pusiera patas arriba otra vez la Arthur Ashe y llegase a su primera gran final, un grupo de periodistas se interesaba en la terraza exterior por Martín Landaluce, el madrileño que disputará este sábado la final en la categoría júnior. El chico, 16 añitos y 1,91 de estatura, decía que su referencia principal hasta ahora había sido el alemán Alexander Zverev, pero que ahora habían girado sus preferencias y que Carlos Alcaraz se había convertido en su nuevo espejo. Entre uno y otro, tan solo tres años de diferencia.
“Me alegra mucho el transmitir valores buenos para los jóvenes”, contesta el murciano al respecto en la sala de conferencias, situado ya a solo un triunfo del título de Nueva York y del número uno, al que también opta su rival del domingo, el noruego Casper Ruud; “me alegra saber que soy un ejemplo y que le puedo ayudar de cara a su carrera. Ya saben todos los jóvenes que estoy ahí para ayudar. No me causa responsabilidad porque no es algo que lo haga obligado, el ser como soy o lo que transmito en pista, sino que me sale natural”.
Pese a su juventud, el fulgurante ascenso profesional de Alcaraz le obliga a comportarse como un adulto. Él, sin embargo, dice que sigue siendo Carlitos, el mismo chico de El Palmar que soñaba con hacer cumbre y fantaseaba con sus amigos. “Me siento un chico de 19 años”, comenta. “Es verdad que quizás he madurado muy pronto, pero es lo que hace el tenis. En los torneos quizás sí que me siento algo mayor, con más responsabilidades diría yo; pero una vez en casa, con mis amigos, mi familia y mi gente, me siento un chico de 19 años”, agrega.
Él y Ruud (23 años) protagonizarán la final más joven del US Open desde que en 1990 chocaran los dos últimos grandes héroes del tenis estadounidense, Andre Agassi (20) y Pete Sampras (19). Y ambos se la juegan a una carta. El que gane lucirá el número uno y estrenará su casillero en los majors. Una situación que no altera un ápice su predisposición hacia una circunstancia para la que, recalca, se ha preparado a conciencia. Intuía el protagonista e intuía el tenis que el hito llegaría más pronto que tarde.
El precedente de Miami
“La verdad que no le tengo miedo a ese momento. Es algo para lo que me he preparado mental y físicamente, para vivirlo y estar peleando por grandes cosas. Ahora es tiempo de recuperar y disfrutar. Mañana será el día clave para preparar la final. No le tengo miedo a la final”, afirma, dejando claro que el día antes del pulso (22.00, Eurosport) seguirá las mismas rutinas que ha llevado a cabo hasta ahora; esto es, recuperación, preparación en el hotel, un paseo por el centro de Manhattan con los suyos y un buen descanso, con su equipo técnico y el fisio Juanjo Moreno encima para que todo esté perfectamente a punto.
En poco más de año y medio de pleno en la élite, Alcaraz se ha adjudicado ocho de los nueve partidos que ha jugado a cinco mangas. Un hecho que no responde, ni mucho menos, a la trivialidad. El tenista se ha imbuido del espíritu de trabajo y la disciplina de trabajo de su equipo. En las sesiones en el gimnasio suele ejercitarse codo con codo con su preparador, Juan Carlos Ferrero, y con el propio Moreno.
“Creo en mí y en mi juego, e intento estar fresco físicamente. Creo que en todos [los partidos a cinco sets], o en la mayoría, he estado bien físicamente y mentalmente preparado. En Australia perdí uno con Berrettini que podría haber caído de mi parte”, apunta antes de subrayar: “En los momentos clave es cuando doy mi mejor versión, y eso es lo fundamental. Para nada me preocupa que me pese este esfuerzo. Hoy se ha demostrado que, estoy preparado para poder desplegar buen tenis a pesar de las horas que llevo en pista y de descansar regular por acabar tan tarde”.
Respecto a Ruud, un terrícola en origen que ha cogido desparpajo sobre cemento, el murciano recuerda que le ha batido las dos veces que se han enfrentado. “Le gané en Miami”, matiza de entrada, sin citar el episodio previo en Marbella. “Creo que soy capaz de ganarle de nuevo. Él ya ha jugado una final de un Grand Slam y ya sabe lo que es ese momento, pero para mí también han sido nuevas muchas cosas y al final las he afrontado de buena manera. El domingo lo voy a volver a hacer, voy a volver a afrontarlo siendo el mismo de siempre”, zanja antes de dirigirse de madrugada a Times Square, donde se aloja.
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