Alcaraz disfruta, Muguruza mejora y Badosa cae
El murciano resuelve ante Coria (6-2, 6-1 y 7-5) y Garbiñe contra Fruhvitova (6-0 y 6-4), mientras que la catalana vuelve a marcharse pronto (6-7, 6-1 y 6-2 para Martic)
Después de un arranque abrasador, dichoso calor y dichosa humedad la de Nueva York, la climatología se suaviza en Flushing Meadows, aunque realmente aquí no hay tregua. Esto es la primera semana de un grande, así que ya se sabe: nadie regala nada, todo es vértigo. El tiempo hace un pelín más llevadero el desempeño de los tenistas, sí, pero el más mínimo despiste cuesta el patinazo. Lo sufre Paula Badosa, que no consigue escapar de la espiral negativa en la que entró en la primavera y se...
Después de un arranque abrasador, dichoso calor y dichosa humedad la de Nueva York, la climatología se suaviza en Flushing Meadows, aunque realmente aquí no hay tregua. Esto es la primera semana de un grande, así que ya se sabe: nadie regala nada, todo es vértigo. El tiempo hace un pelín más llevadero el desempeño de los tenistas, sí, pero el más mínimo despiste cuesta el patinazo. Lo sufre Paula Badosa, que no consigue escapar de la espiral negativa en la que entró en la primavera y se marcha de Nueva York, su Nueva York porque es neoyorquina de cuna, de vacío y otra vez con mal sabor de boca.
La aparta del camino Petra Martic (6-7(5), 6-1 y 6-2 favorable a la croata, tras 2h 06) y el mal fario en casa sigue, porque Badosa no ha logrado franquear la segunda ronda del torneo en ninguna de las cuatro ocasiones que lo ha visitado: primera en 2019 y 2020, y segunda el curso pasado y ahora también. La fortuna es esquiva en este major para ella, que comenzó el año a pleno rendimiento y ha ido descomprimiéndose, perdiendo chispa física y mental; en consecuencia, competitiva. Muy lejos queda ya el trofeo de Sídney, en enero, y el tropiezo de este jueves añade interrogantes a la recta final de la temporada, con la Copa de Maestras de noviembre en riesgo.
“Tengo que recuperar el espíritu competitivo y la garra, esa tranquilidad que tenía, entre comillas. La confianza en una misma se va cuando no ganas partidos”, indica; “ha sido un año de experiencias nuevas para mí. Sigo trabajando y entrenándome igual de bien, pero también cuenta la suerte”.
Badosa es la actual número cuatro del mundo –llegó a ascender hasta el dos en abril–, pero ha perdido el paso en la carrera anual y las de atrás vienen fuerte. Es octava en la Race, que marca el corte, y ya siente el aliento de las fieras (Garcia, Keys, Kudermetova, Bencic...). Su nombre desaparece del cuadro principal y se confirma una vez más que, al igual que Nueva York, esto es la jungla. Ya son cinco las jugadoras instaladas entre las diez mejores del listado mundial que han caído temprano: Anett Konteveit (2ª), Maria Sakkari (3ª), Simona Halep (7ª) y Daria Kasatkina (9ª) también cedieron.
Carlitos, líder en victorias
El día empieza torcido en clave española, pero después interviene Carlos Alcaraz con ese repertorio tan espectacular y que tanto gusta en la Arthur Ashe. Antes de que desfilen por ahí abajo las Williams y vuelvan a ponerlo todo patas arriba, el murciano (19 años) se aplica de inicio a fin contra Federico Coria, al que despacha con esfuerzo, que no con complicaciones. Soberbio abordaje en la red: 49 aproximaciones, 38 aciertos. Él solo mira hacia adelante. En la siguiente estación, el español (6-2, 6-1 y 7-5, en 2h 10m) se medirá con el estadounidense Jeson Brooksby, verdugo de Borna Coric.
“Sí, estoy disfrutando”, corrobora ante los periodistas, después de que se haya impuesto divertirse para sortear la presión. “Estoy muy contento, porque eso significa que estoy jugando a un buen nivel en todos los torneos, no solo en los grandes. Pero esto todavía no ha terminado, debo seguir así”, responde cuando se le recuerda que es el jugador de la ATP que más victorias suma este año con 46, las mismas que el griego Stefanos Tsitsipas.
A la tercera escala del torneo también llega Garbiñe Muguruza, que vence a Linda Fruhvirtova (6-0 y 6-4, en 1h 11m) y sigue acumulando esas vitaminas que tanto necesita porque en estos tiempos de aguas bravas, cada victoria es oro. La júnior se revuelve, pero la exnúmero uno la aplaca y logra su mejor registro en un major esta temporada. Por delante tiene un reto de los de aúpa, Petra Kvitova. La checa, que afrontará el cruce bien descansada porque Jiri Vanek ha renunciado al duelo y no ha tenido que saltar a la pista, le batió en la edición de 2017. Entonces, Garbiñe dominaba desde los más alto, octavos.
“Conseguir victorias te aporta confianza, te permite recuperar el instinto”, valora confiando en que el duelo del sábado pueda aportarle alas; “es un reto porque los últimos partidos han caído de su lado [los seis últimos de los siete que han disputado] y el que jugamos aquí [7-6(3) y 6-3 para la rival] también fue muy apretado. Si consigo ganar tal vez me aporte esa energía y esa fe que te dice que puedes seguir adelante. Ganar a las top te reafirma y te dice que vas por el buen camino”.
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