Diego Martínez: “Para ser entrenador tienes que inhibir el miedo”
El técnico del Espanyol, que este domingo recibe al Real Madrid, recuerda el aprendizaje del año que se apartó de los banquillos después de triunfar en Granada y reflexiona sobre la creatividad y sus influencias
En junio de 2018, Diego Martínez (Vigo; 41 años) se hizo cargo del banquillo del Granada, un club deprimido en Segunda, y en su tercera temporada allí los llevó a los cuartos de final de la Europa League, que perdieron contra el Manchester United. Entonces, en su mejor momento, lo dejó y se fue a Inglaterra a aprender de entrenadores, estadios, aficionados, empresarios. De todo. Y después, ya este verano, regresó para tomar los mandos del Espanyol, que este domingo recibe al Real Madrid (22.00, Movistar), y unos días antes conversa por videollamada.
Pregunta. ¿Por qué dejó el Gra...
En junio de 2018, Diego Martínez (Vigo; 41 años) se hizo cargo del banquillo del Granada, un club deprimido en Segunda, y en su tercera temporada allí los llevó a los cuartos de final de la Europa League, que perdieron contra el Manchester United. Entonces, en su mejor momento, lo dejó y se fue a Inglaterra a aprender de entrenadores, estadios, aficionados, empresarios. De todo. Y después, ya este verano, regresó para tomar los mandos del Espanyol, que este domingo recibe al Real Madrid (22.00, Movistar), y unos días antes conversa por videollamada.
Pregunta. ¿Por qué dejó el Granada?
Respuesta. Yo me comprometo emocionalmente al máximo y me escucho mucho lo que voy sintiendo. Y entendía que nuestra etapa en Granada había finalizado. Es verdad: no cabía ya más felicidad. Me gusta analizar biografías, y una de las cosas más difíciles de interpretar es cuándo toca dar un paso a un lado.
P. ¿Antes de que se estropee?
R. No, no era por eso. Siempre cometemos el error de cambiar cuando la cosa ha ido mal, y en otras culturas esto está más arraigado, esto de cambiar cuando las cosas están bien o están extraordinarias como era mi caso.
P. ¿No le dio miedo? ¿No le dijeron “pero qué hace”?
R. Esa es la historia de mi vida. Si hubiese escuchado a todos los que me rodean... Gente que me quiere, eh. Pero yo me escucho a mí mismo y lo que siento. Al final es mi decisión. Ser entrenador ya es una decisión. Para ser entrenador tienes que inhibir el miedo, porque tienes que tomar decisiones permanentemente. Siempre me ha ido bien cuando he tomado las decisiones que sentía que tenía que tomar.
P. Y se fue a Inglaterra.
R. Siempre me ha movido la inquietud por aprender, y había tenido la idea de irme un tiempo fuera. Entendía que era un momento magnífico para enriquecerme. Fui con mi familia tres meses a Inglaterra. Porque allí el fútbol se vive de manera especial, y por el idioma. Es una de esas cosas que llevas desde pequeño... Ves a esos grandes equipos en la tele, esos goles, ese “¡Eeeeeh!” cuando cantan los goles...
P. ¿Qué aprendió?
R. Estaba en un modo tan esponja y de captar cosas que no podía permitirme el lujo de juzgar nada, ni de siquiera identificarme con nada, simplemente aprovechar el momento y hablar con personas de sectores muy diversos. No solo de fútbol; también de otras disciplinas, como el ámbito empresarial. Aprendí mucho de todos. Más que incorporar cosas, te abre más la mente, y eso te da flexibilidad mental.
Estás en un momento de tanta concentración que va todo muy rápido y muy lento a la vez
P. ¿Toma ideas también de otros deportes?
R. El baloncesto, el balonmano y el voleibol. Más que por el juego, por cómo afrontan el análisis del juego. Son deportes muy metódicos. En los entrenamientos en un pabellón, es más fácil mantener la atención y que la información del entrenador llegue a todos. Intentamos reproducirlo en el campo de fútbol, generar ese clima de concentración de un pabellón. Aunque aquí el campo de entrenamiento está justo al lado de la ronda Dalt y hay muchísimo ruido. Hace 12 años, cuando trabajaba en el Sevilla, visité varias canteras, y en mis notas ya tenía apuntado que había mucho ruido aquí.
P. ¿Qué hacen? ¿Se juntan más?
R. Por ejemplo. Más comentarios individuales. Tenemos que adaptarnos, encontrar la manera de transmitir la información de otra manera. Y esto es el arte de entrenar. Mi método de trabajo, aparte de estructura de metodología, tiene mucho de arte, del arte del momento, de la sensibilidad del momento.
P. También ha mencionado a Ferran Adrià entre sus referencias. ¿Qué le interesa de él?
R. De Ferrán me interesa todo, porque piensa distinto, porque ha ido un paso más allá. Ese pensamiento divergente le ha hecho ser especial. Me interesa mucho la creatividad, el proceso, cómo ha reflexionado sobre su proceso, increíblemente documentado desde el inicio del Bulli. No sé cuántas disciplinas han progresado tanto los últimos 30 años. La cocina, lo que ha hecho, no sé si llamarlo cocina, no sé cómo llamarlo…
Lo peor son los 10-15 segundos al abrir los ojos al día siguiente de perder un partido.
P. ¿En qué cuesta más encontrar soluciones creativas?
R. La creatividad más complicada es encontrar dinero. Desde la inversión firmas talento futbolístico, pero también puedes acercar mentalidades, y eso condiciona todo lo demás.
P. ¿Y la creatividad para tomar decisiones en un partido?
R. El momento de tomar la decisión en el mínimo tiempo es especial. Estás en la pecera. Todo el mundo puede opinar sobre algo en lo que tú tienes todos los elementos, pero los de afuera no tienen muchos. Todo el mundo tiene la solución y tú nunca tienes la acertada. Hay que convivir con esto. Estás en un momento de tanta concentración que va todo muy rápido y muy lento a la vez. Tan concentrado que estás bailando, compitiendo el partido. Esa concentración me ayuda a sacar lo mejor de mí. Es muy difícil reproducir esas condiciones. Cuanto más juegas, y más compites, mejor eres.
P. ¿Cuál es el peor momento?
R. Lo peor es la espera de la hora antes del partido. Con mariposas en el estómago, y esa adrenalina… Luego, cuando estás sin equipo, es lo que más echas de menos. Es una contradicción tremenda. Otro momento son los 10-15 segundos al abrir los ojos al día siguiente de perder un partido. Eso es terrible. Dices: “Es verdad, es verdad...”.
P. ¿Por qué escogió el Espanyol cuando decidió volver?
R. Por lo que me transmitieron tanto Catoira como el presidente. Porque es un sitio singular, un sitio histórico, un sitio único con un sentimiento muy especial, muy pasional, para el polo positivo y el negativo. Pero tiene alma, tiene esencia, tiene ADN. Y también porque compartíamos una visión en cuanto a hacer una transformación. Es cierto que nos va a llevar más tiempo del que pensábamos. Por diferentes motivos, del mercado, económicos, lo que sea, estamos en otro momento. Pensábamos estar en un punto de partida más alto pero la realidad ahora es partir de más abajo.
La creatividad más complicada es encontrar dinero; eso condiciona todo lo demás
P. ¿Qué pasa con RDT?
R. Se incorpora más tarde porque venía de la selección. Viene con unas molestias y solicita no entrenar con el grupo. Hace tres semanas hizo 15 minutos con el grupo, pero se volvió a resentir. Cuando esté en condiciones, para nosotros es uno más. A partir de ahí, el mercado, cómo está de aquí al final, pues veremos lo que sucede. Esto ya se me escapa.
P. En su año fuera del fútbol, se produjeron las remontadas del Madrid. ¿Qué le sugirieron?
R. Casualidad no puede ser cuando lo repites tantas veces. En un partido hay muchos partidos, lo importante es aprovechar tus mejores momentos y traducirlos en goles, y en tus peores momentos ser capaz de agarrarte al partido para optar a que la dinámica varíe. Y luego, ellos están convencidos de que pueden remontar, y han hecho sentir a los rivales que les pueden remontar. Esas dos cosas me parecen una auténtica barbaridad. Tiene que ver evidentemente con con el equipo actual, pero también con el peso de la historia.
P. ¿Eso se puede replicar?
R. Días antes de la primera remontada [al PSG] estuve con el director de la cantera del Real Madrid y le pregunté: “¿Con qué palabra describirías vuestro ADN?”. No voy a desvelarlo todo, pero una que me dijo: “Épica”. Y a los dos días, pasa eso. Guau. Me llamó mucho la atención. Claro, la épica tiene que ver también con hacer cosas muy poco probables.
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