Ancelotti ya se fía: por qué este año habrá más rotaciones en el Real Madrid
El italiano, que logró el curso pasado el doblete Liga-Champions con muchas menos rotaciones que Zidane en 2017, anuncia más variedad por el Mundial y porque ahora ve mejor plantilla
La temporada pasada, cuando el Real Madrid logró empezar a despegarse en cabeza de la clasificación de la Liga, Carlo Ancelotti recibía en cada encuentro con la prensa preguntas sobre cuándo iba a repartir momentos de descanso entre sus futbolistas. El curso que empieza este domingo en Almería (22.00, Movistar LaLiga) no va a ser así. Ya lo adelantó el martes en Helsinki, antes de de ganar la Supercopa de Europa contra el Eintracht: “Este año sí vamos a rotar”, dijo con una sonrisa entre so...
La temporada pasada, cuando el Real Madrid logró empezar a despegarse en cabeza de la clasificación de la Liga, Carlo Ancelotti recibía en cada encuentro con la prensa preguntas sobre cuándo iba a repartir momentos de descanso entre sus futbolistas. El curso que empieza este domingo en Almería (22.00, Movistar LaLiga) no va a ser así. Ya lo adelantó el martes en Helsinki, antes de de ganar la Supercopa de Europa contra el Eintracht: “Este año sí vamos a rotar”, dijo con una sonrisa entre socarrona y aliviada por quitarse de encima la insistencia semanal.
El italiano aportó este sábado algunas razones del cambio de gestión: “Porque hay una plantilla que es muy fuerte, por tener motivados a todos, por el hecho también de que hay un Mundial y necesitamos una plantilla bastante larga y en buenas condiciones. La idea es rotar un poco más que el año pasado, porque también tengo una plantilla un poco más completa”.
El curso pasado, cuando asomaron las dudas sobre su gestión del personal, el Madrid se encontraba enfrascado en el empeño de consolidarse como líder del campeonato. Hasta la jornada 12, ya a punto de empezar noviembre, no deshizo el empate con la Real Sociedad en cabeza. A partir de ahí el despegue fue progresivo, y un mes después Ancelotti dio la mayor explicación de por qué se aferraba a un grupo muy reducido de jugadores: “No quiero cambiar algo que está saliendo bien por algo que es una suposición. No quiero dar descanso a un jugador que no está cansado, pensando que se va a cansar en marzo o abril. Hasta marzo o abril hay mucho tiempo”.
Ahí estaba casi todo: la certeza de lo que funcionaba frente a la desconfianza en una “suposición”, un tiro al aire, la segunda unidad del equipo, los jóvenes aún por hacer (Camavinga, Rodrygo, Jovic) y algunos veteranos lejos de su mejor momento (Bale, Hazard, Marcelo). En esas circunstancias, las posibilidades de repartir esfuerzos se reducían a una fórmula que sintetizó como 60 minutos de calidad y 30 de energía.
Ese delicado equilibrio derivó sin embargo en una de las temporadas más brillantes del club, un doblete Liga-Champions que solo han conseguido cuatro veces en su historia. El último lo había logrado Zinedine Zidane en la temporada 2016/2017, pero para encontrar el anterior había que remontarse 59 años atrás, hasta el curso 1957/58, con Di Stéfano como máximo goleador del equipo.
El doblete de Ancelotti resultó llamativo por lo inusual, y también por esa escasez de rotaciones, muy lejos de las usadas por el entrenador francés en su doblete, en un curso con un amplísimo uso del fondo de armario.
Resulta elocuente comparar el reparto de los minutos entre un doblete y otro. En el doblete de Zidane, el futbolista de campo que más minutos jugó en la Liga fue Cristiano Ronaldo con 2.539, el 74,2% de los posibles. Cinco años después, Militão sumó 3.031, el 88,6%. Para tener una idea de cómo de repartidos estuvieron los esfuerzos, se puede comparar el número de minutos del que más jugó con el undécimo jugador de campo más utilizado, el que podría tomarse por el primer suplente.
En el doblete de Zidane, entre Cristiano (2.539) y Casemiro (1.706) hubo 833 minutos de diferencia. Con Ancelotti, la distancia fue mucho mayor, lo que muestra que el reparto fue menos homogéneo: entre Militão (3.031) y Asensio (1.731) hubo 1.300 minutos de diferencia.
La conclusión es similar si se toma la distancia entre el más usado y el decimoquinto futbolista de campo, el que sería el quinto suplente. Con Zidane, Cristiano jugó 1.205 minutos más que Morata, una distancia inferior a la que hubo entre el primer y el undécimo hombres de Ancelotti. En el doblete del italiano, esa distancia fue de 1.795 minutos entre Militão y Camavinga.
El reparto de minutos permite rastrear la confianza o la falta de confianza de un entrenador en su plantilla. Se ve, por ejemplo, con el mismo Zidane, y la diferencia de esa 16/17 triunfal a su último curso en el banquillo, el 20/21, con menos fondo de armario competitivo. Esa temporada la distancia entre el más usado (Benzema, 2.894 minutos) y el undécimo (Valverde, 1.330) fue de 1.564 minutos, casi el doble que en aquel curso triunfal (833).
Así que Ancelotti anuncia un reparto más variado de los esfuerzos, bajo la amenaza del Mundial, y amparado en la confianza que le inspira la profundidad de su vestuario. Rodrygo y Camavinga, por ejemplo, son bastante más que proyectos, y además ha sumado al plantel opciones tan serias como Rüdiger y Tchouameni.
Después de la Supercopa de Europa, con once inicial homenaje a los de la final de París, este domingo empieza el campeonato que mostrará el nuevo plan de Ancelotti. Aunque sin Rodrygo (con lesión muscular) ni Carvajal (que termina de recuperarse de un esguince de tobillo).
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