Ancelotti adelantó la entrada de Alaba para tirar la falta que dio la victoria al Madrid

Su hijo Davide, al ver el punto desde el que se lanzaría, la especialidad del austriaco, le avisó de que el defensa estaba listo para ingresar por Mendy

David Alaba celebra su gol de falta al Almería.JORGE GUERRERO (AFP)

Cuando Davide Ancelotti vio el punto en el que el árbitro había pitado una falta a favor del Real Madrid ante el Almería, se acercó a su padre, Carlo, para proponerle que metiera a Alaba enseguida en el campo para tirarla. “Tengo a Alaba ahí”, recuerda el entrenador madridista que le urgió su hijo. El austriaco esperaba en la banda su turno para entrar por Ferland Mendy, pero todos los preparativos indicaban que lo haría después del lanzamiento. “El que tenía que tirar la falta era Karim o Toni”, explicó Ancelotti. “Pero desde esa posición Alaba tira muy bien”.

Así que adelantaron el cambio y Alaba salió directamente hacia el lugar donde esperaban la pelota y el árbitro. “No ha sido fácil decirle que no a Karim y Toni”, bromeó Ancelotti. El austriaco envió el balón por encima de la barrera dibujando una curva que al descender impactó en la escuadra izquierda. Fernando, que había parado de todo, fue quien contempló el golazo desde más cerca, sin poder reaccionar.

“Parece que hubiera entrado para eso, para meter el gol”, dijo Valverde todavía con cierto tono de asombro. Aunque poco después recordó que eso mismo se lo había visto hacer a menudo en la ciudad deportiva de Valdebebas: “Es especial, en los entrenamientos lo muestra”.

La puntería del austriaco no es algo sobrevenido. Xabi Alonso, que compartió vestuario con él en el Bayern Múnich, habló de ella en una entrevista en la revista Líbero publicada en septiembre de 2015. Después de que Alaba embocara 12 lanzamientos de una serie de 15, el exjugador del Madrid se descubrió ante su compañero: “La verdad es que nunca había visto a nadie enchufar así las faltas”, dijo. “Es un animal, una bestia. Lo que trabaja este tío no es normal”.

El bingo de Almería no es el primero de este tipo que canta el austriaco. El 24 de noviembre del año pasado, en Transnistria, el defensa se plantó ante una pelota situada prácticamente en el mismo punto que la que terminó dando la victoria al Madrid en el primer partido del curso. Entonces, en el segundo partido de la fase de grupos de la Champions contra el Sheriff Tiraspol, acertó con el gol lanzando al otro palo.

En el Power Horse Stadium, el austriaco ayudó a ganar al Madrid el partido con su segundo gol del curso, después del que abrió el marcador en la Supercopa en Helsinki. Culminó una remontada que fue necesaria después de que la música de las rotaciones no terminara de sonar armónica.

En el gol inaugural del Almería coinciden dos indicios que apuntan a lo mismo, a una especie de llegada tardía de los nuevos al primer día de clase. Primero, el momento del tanto, poco menos de cinco minutos después de empezar. Después, la cantidad de pases que el Madrid permitió enlazar al rival, 12, según el recuento de Opta. La temporada pasada solo el Sevilla le marcó después de una secuencia más larga: en abril encadenaron 15. Cuando están ajustados, los blancos no suelen permitir parrafadas así.

De modo que mientras el Madrid seguía el ir y venir de la pelota, Sadiq distrajo a Rüdiger, que dio un paso adelante mientras el belga Ramazani corría a su espalda, donde se encontró la pelota con la que abrió el marcador. “Nos hemos complicado el partido con un error defensivo bastante sencillo, y desde ahí nos ha costado mucho”, dijo Ancelotti.

El técnico del Madrid decidió empezar la defensa del título de Liga con una pareja de centrales inédita: el alemán y Nacho, que ha bailado ya con tantos que se huele los problemas a la legua. Un minuto antes del gol le había dejado a Sadiq el primer aviso de lo que le esperaba. Se fue lejísimos de su área a buscar al nigeriano a campo rival y le tumbó como recibimiento.

En su zona, Rüdiger se conducía en esos primeros lances entre medio despistado y un punto torpón, pero a Nacho, oficio infinito, le había saltado la alarma y dedicó la primera parte a descorazonar a Sadiq. El nigeriano bajaba a recibir, seguía la pelota con la mirada, y cuando la bajaba, se encontraba con que allí ya estaba Nacho. Miraba al cielo hacia un balón que volaba, pero por encima de él ya flotaba también Nacho.

También les costó a Tchouameni y Camavinga, pero Ancelotti los disculpó: “No han mostrado la calidad que tienen y que se ve en los entrenamientos. Es normal, son bastante jóvenes, es un precio que tenemos que pagar y lo pagamos con gusto porque son muy buenos”.

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