El Mundial de MotoGP regresa con ganas de gresca y Johann Zarco en la pole

Ha sido un verano largo y agradecido para los pilotos de MotoGP, que este domingo vuelven a la carga en el GP de Gran Bretaña con el Mundial en plena disputa. Fabio Quartararo, ganador en Silverstone el año pasado, reconoció en rueda de prensa estar todavía enfadado con los comisarios por una sanción que la mayoría de pilotos tampoco comparten. “Esta vez me lo ponen más difícil, pero esto solo me motiva para hacerlo todavía mejor”, aseguraba el vig...

Ha sido un verano largo y agradecido para los pilotos de MotoGP, que este domingo vuelven a la carga en el GP de Gran Bretaña con el Mundial en plena disputa. Fabio Quartararo, ganador en Silverstone el año pasado, reconoció en rueda de prensa estar todavía enfadado con los comisarios por una sanción que la mayoría de pilotos tampoco comparten. “Esta vez me lo ponen más difícil, pero esto solo me motiva para hacerlo todavía mejor”, aseguraba el vigente campeón, que partirá en cuarta posición en parrilla. Deberá cumplir una long-lap –una vuelta larga al circuito por una trazada alternativa que le hará perder unas cuantas posiciones en alguna de las tres primeras vueltas de la carrera– y remontar para no dejarse puntos en su pelea por el campeonato con Aleix Espargaró, que mañana saldrá desde la sexta plaza con ganas de aprovechar una oportunidad única.

“Estoy muy motivado, más que nunca en mi vida. El reto que tengo por delante es enorme, pero intentaré disfrutarlo al máximo”, explicaba el mayor de los hermanos de Granollers, buque insignia del proyecto de Aprilia. El catalán tuvo un susto mayúsculo durante los últimos entrenamientos libres del sábado, cuando salió disparado a 170 km/h y tuvo que retirarse en camilla con una contusión calcánea en el pie derecho. Con apenas media hora para recuperarse antes del asalto definitivo al crono, todavía sin poder apoyar la pierna, se armó de valor y tiró de antiinflamatorios para minimizar daños en parrilla. En la lucha por el título, su compañero Maverick Viñales, que partirá segundo, se ofreció para trabajar ya las órdenes de equipo y maximizar las opciones de su amigo. “Hice mucho por él cuando estaba jodido, y ahora me lo devuelve”, recordaba Espargaró sobre el piloto de Roses.

En Yamaha, donde viven de los resultados del francés y han hastiado a un referente del paddock como Andrea Dovizioso, no podrán contar con estrategias conjuntas para arropar a su estrella ante la falta de ritmo del resto de pilotos –Franco Morbidelli, su segunda moto en parrilla, saldrá 20º–. En referencia a su vuelta larga, Quartararo optó por la cautela que no tuvo en Assen, cuando tiró por la borda, con un adelantamiento precipitado en las primeras vueltas, sus opciones de victoria junto a las de su rival por el título: “No es la última carrera de la temporada ni la última pelea que tendré. No tengo que volverme loco, y tampoco tengo que ganar sí o sí”. Nadie duda, a pesar de sus palabras, que lo intentará.

Johann Zarco, que rompió el récord del circuito con un 1.57′7 para lograr la pole, es el aspirante a la sombra desde su tercera plaza al Mundial. El francés de Ducati fundió el crono y recordó que él también cuenta en la ecuación por el título. Detrás de Viñales partirá un Jack Miller liberado desde el anuncio de su fichaje por KTM, mientras que la segunda línea la completará, entre Quartararo y Espargaró, un Francesco Bagnaia que busca consistencia. “Terminar primero está muy bien, pero también es importante terminar cuando ves que no eres capaz de ganar. En los últimos seis grandes premios he ganado tres carreras, pero me he caído en las otras tres”, resumía el referente de Borgo Panigale, cuarto en la tabla a 66 puntos del líder.

Jorge Martín (9º), que se juega una plaza en la Ducati oficial con Enea Bastianini (8º), perdió la primera batalla de su particular esprint de agosto. “No ir de rojo el año que viene me defraudaría un poco, creo que es un paso que me toca”. La marca italiana decidirá el futuro de ambos tras el GP de Austria.

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