Dos Madrid y un Benzema único empatan con el América (2-2)
El francés vuelve con un golazo y un tiro al larguero en un equipo blanco que sigue sin mezclar en pretemporada sus dos modelos de centro del campo
Con mucho menos calor en San Francisco que en la sopera española, el segundo partido veraniego del Madrid dejó dos catálogos distintos. Carlo Ancelotti tiró de inicio del diccionario clásico e inacabable de Casemiro, Kroos, Modric y Benzema. Y, tras el descanso, recurrió a la guardia de músculo joven en el medio (Tchouameni, Camavinga, Ceballos y Valverde) completada de nuevo con Hazard en el centro del ataque. Se desplegó enérgica la segunda unidad, cocinó un buen número de oportunidades y mereció más que un empate ante el América (2-2), pero ...
Con mucho menos calor en San Francisco que en la sopera española, el segundo partido veraniego del Madrid dejó dos catálogos distintos. Carlo Ancelotti tiró de inicio del diccionario clásico e inacabable de Casemiro, Kroos, Modric y Benzema. Y, tras el descanso, recurrió a la guardia de músculo joven en el medio (Tchouameni, Camavinga, Ceballos y Valverde) completada de nuevo con Hazard en el centro del ataque. Se desplegó enérgica la segunda unidad, cocinó un buen número de oportunidades y mereció más que un empate ante el América (2-2), pero sin Benzema la vida es otra cosa. Esté quien esté detrás de él.
El francés se tomó con ganas sus primeros 45 minutos del curso tras el permiso de vacaciones extra. Le quitó las legañas a los suyos, metió un gran gol, mandó un derechazo al larguero y estuvo en todas. Cuando llegó el intermedio, se pegó una carrera hacia el árbitro para reclamarle más descuento.
Las pretemporadas sirven para preparar el futuro y también para confirmar el pasado. No hacía falta, pero el Madrid tardó apenas unos minutos en sentir cómo le cambia la vida con su nueve. El francés, ausente en el estreno de los blancos en el clásico del pasado sábado (0-1), regresó donde lo dejó en mayo. Él fue el despertador a un inicio remolón del Madrid, como si jugaran en plena madrugada española y no en la tarde-noche de San Francisco.
Henry Martín castigó a los muchachos de Ancelotti nada más arrancar y la amenaza del América, con muchos suplentes, continuó en ese tramo inicial, con Lunin bajo palos y Rüdiger de central por la derecha -junto a Nacho- tras ejercer de sorprendente lateral izquierdo ante el Barcelona. Todo hasta que Benzema activó su particular palanca. Recibió en el costado izquierdo, escaneó la defensa y resolvió rápido: una diagonal hasta la frontal, una pared con Asensio, y un disparo combado y afilado que desmontó a Memo Ochoa, ese portero ya veterano (37 años) que tuvo su momento en el Málaga y Granada en la década pasada.
El empate ayudó a templar al Madrid que, con los tres de siempre en el medio (Casemiro, Kroos y Modric), empezó a domar al América. Pero siempre con Benzema como principio y fin. Para el gol y para coser el juego. Todo pasaba por él. Tenía 45 minutos de reloj y no los quiso desaprovechar. Se encontraba fino. Como cuando recibió en la frontal, hizo un tic-tac izquierda-derecha para despachar a dos defensas y mandarla al larguero.
El ‘rock and roll’ de la segunda parte
La pausa devolvió otro Madrid y Ancelotti lo describió a su manera: “Más controlada la primera parte, más rock and roll la segunda”. De momento, el italiano no mezcla las fórmulas en el centro del campo. Al revés que frente al Barça, de arranque jugaron sus honoris causa (Casemiro, Kroos y Modric) y después sus tambores (Tchouameni, Camavinga, Valverde) más un fino Ceballos y Hazard de nuevo de falso nueve. Atrás, el técnico aclaró que su lateral izquierdo titular sigue siendo Mendy (de partida ante el América), pero continuó con las probaturas. Quería ver a Rüdiger de central y reubicó en el flanco zurdo a Alaba en la segunda parte.
El resultado fue un Madrid dinámico y de mucha presión. Con más volumen, que diría Carletto. Si al inicio reculaba en cuanto no lograba robar rápido, la segunda versión continuaba empujando. No le faltaron oportunidades, Hazard marcó de penalti el segundo (el dorsal ¡número 206! de Reyes zancadilleó a Lucas Vázquez), pero ahí ya no estaba Benzema por mucho que el belga no desentonara en ese despliegue de movilidad. El francés pega el juego y pega el gol.
Y con el resultado abierto, el excanterano blanco Álvaro Fidalgo aprovechó un momento de indecisión, penetró en el área y sacó tajada de la bisoñez del debutante Vinicius Tobías en el lateral derecho para sacarle una pena máxima que pareció excesiva. Lunin detuvo el primer lanzamiento de Fidalgo, pero no hizo falta el VAR para pillarle con los dos pies muy adelantados en la línea. El segundo intento lo rozó el ucranio, pero significó el empate. Continuaron las ocasiones blancas, sin embargo, Benzema ya se había ido hace rato.
La siguiente cita del Madrid será ante la Juventus en la madrugada del próximo sábado al domingo (4.00, La 1). El once titular, ensayo general para la Supercopa de Europa del 10 de agosto contra el Eintracht, se parecerá mucho o todo al que sacó en la final de la Champions.
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