Las tribulaciones de Cristiano Ronaldo pasan por Qatar
Probablemente la decisión del portugués de distanciarse del Manchester United está menos relacionada con sus apetitos cotidianos que con su deseo de ganar el Mundial
Cristiano Ronaldo no se presentó a los primeros entrenamientos del Manchester United y no ha viajado a Tailandia para comenzar la pretemporada. Quiere abandonar el club, aunque no lo ha dicho públicamente. A Cristiano le queda un año de contrato con el United, donde percibe 450.000 libras por semana, sueldo que se reducirá un 25% esta temporada porque el United no disputará la Liga de Campeones.
No parece que el dinero sea la causa de su distanciamiento. Pes...
Cristiano Ronaldo no se presentó a los primeros entrenamientos del Manchester United y no ha viajado a Tailandia para comenzar la pretemporada. Quiere abandonar el club, aunque no lo ha dicho públicamente. A Cristiano le queda un año de contrato con el United, donde percibe 450.000 libras por semana, sueldo que se reducirá un 25% esta temporada porque el United no disputará la Liga de Campeones.
No parece que el dinero sea la causa de su distanciamiento. Pesa más el fastidio por la ausencia en la Liga de Campeones. Es su competición, la que ha rubricado su trayectoria. Cinco Balones de Oro lo atestiguan. Hasta hace poco, a Cristiano no le elegían destino. Lo elegía él. Dos, tres, quizá cuatro clubes figuraban en el diseño de su trayectoria. Tenían que ser grandes, ricos y competentes. Durante 16 años jugó en dos de ellos: Manchester United y Real Madrid, encantados de recibirle y felices con su salvaje producción de goles.
Cristiano fichó por la Juve en 2018. Por primera vez comenzó a discutirse su influencia. Los números le avalaban —ningún jugador ha llegado más rápido a los 100 goles en la Liga italiana— pero el rendimiento del equipo comenzó a declinar. La edad entró como materia de discusión.
En el United, donde fue recibido como Ulises al regreso de Itaca, el debate se agudizó. 18 goles en 30 partidos de liga, seis en la Copa de Europa y máximo goleador del equipo. El United, sin embargo, anotó 16 goles menos que en la temporada anterior y no entró en la Liga de Campeones.
Con 37 años, a Cristiano aún se le percibe como productivo, pero inconveniente para el modelo actual: presión sin desmayo, disciplina general. Hace mucho tiempo que Cristiano y Messi se bajaron de ese tren. A estas alturas están más pendientes de su agenda particular que de las obligaciones generales.
Contratar a Cristiano fue una bendición. Ficharle ahora no lo es. ¿Dónde quiere ir el astro portugués? ¿Quién le quiere? Ninguno de los grandes aspirantes a ganar la próxima Copa de Europa. Sin embargo, Cristiano y Messi sí disponen de dos equipos donde no se les discute. Uno es Portugal; el otro, Argentina. Dos equipos donde se trabaja para ellos sin rechistar.
Cristiano nunca ha ganado el Mundial. Messi, tampoco. Les queda la bala de Qatar, cuatro semanas que se elevarán como el Everest de esta temporada. Probablemente la decisión de Cristiano Ronaldo está menos relacionada con sus apetitos cotidianos que con su voraz deseo de ganar la Copa del Mundo. Desde esa perspectiva, lo que le interesa es encontrar un club que reúna las mejores condiciones ambientales para no distraerle de su ansiado sueño que persigue.
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