Apoteosis de Italia, oro en el relevo de 4x100 estilos del Mundial de Natación

Ceccon, Martinenghi, Burdisso y Miressi le arrebatan el título a Estados Unidos y completan la mayor cosecha de medallas de la historia italiana. España se hunde en su campeonato más pobre

El equipo de relevo mixto italiano (derecha) celebra junto a los estadounidenses.Petr David Josek (AP)

Italia culminó la última jornada del Mundial de Natación de Budapest aplicándole un garrotazo a Estados Unidos en el relevo de 4x100 metros estilos combinados. La prueba que consagra al equipo más completo de los campeonatos confirmó el estupendo estado de la natación italiana, que pasó de lograr el bronce en los Juegos de Tokio a apropiarse del oro mundial con un cuarteto lanzado por Thomas Ceccon, campeón de 1...

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Italia culminó la última jornada del Mundial de Natación de Budapest aplicándole un garrotazo a Estados Unidos en el relevo de 4x100 metros estilos combinados. La prueba que consagra al equipo más completo de los campeonatos confirmó el estupendo estado de la natación italiana, que pasó de lograr el bronce en los Juegos de Tokio a apropiarse del oro mundial con un cuarteto lanzado por Thomas Ceccon, campeón de 100 espalda (51,93 segundos), y Nicolò Martinenghi, campeón de 100 braza (57,47s). Asegurada la ventaja con un tiempo parcial que apuntaba al récord del mundo, el mariposista Federico Burdisso (50,63s) y el gigante Alessandro Miressi en el libre (47,36s), remataron la obra en los 200 metros finales.

El récord mundial del relevo de estilos se estableció el año pasado en los Juegos de Tokio con un tiempo de 3m 26,78s. La presencia de Caeleb Dressel en aquella competición impulsó a Estados Unidos hacia lo desconocido. Sin Dressel en Budapest, los italianos se descubrieron en el umbral de una posibilidad única. No la desaprovecharon. Se proclamaron campeones a menos de un segundo del récord: 3m 27,51s. Estados Unidos fue plata con 3m 27,79s, y Gran Bretaña bronce con 3m 31,312. Los australianos se cayeron del podio, por más que Kyle Chalmers, como siempre, hizo la posta de libre más veloz de la participación: 46,89s.

Fue el primer título en la historia del relevo mixto italiano. Acarreó el séptimo oro de una colección de 14 medallas totales. Italia nunca había ganado tantas medallas en un Mundial. La cosecha colocó al equipo en el segundo puesto del medallero por debajo de Estados Unidos (17 oros) y por encima de Australia (6), Canadá (3), y Francia, Suecia, Hungría y Rumania, los cuatro con dos oros cada uno gracias respectivamente a los talentos de Lèon Marchand, Sarah Sjöström, Kristof Milak y David Popovici.

La jornada coronó a Italia como la gran revelación del Mundial. Así como el torneo expone el hundimiento de China (solo un oro y cuatro bronces) tras más de una década en ebullición, ninguna nación ha crecido más que Italia desde los Mundiales de 2019. Se diría que el paso por la pandemia apenas ha mermado a los italianos, que además de ganar el relevo completaron la última sesión con el oro de Paltrinieri en 1.500, la plata de Benedetta Pilato en 50 braza, y el bronce de Thomas Ceccon en 50 espalda.

España, sin finalistas

En la orilla opuesta de la fiesta italiana, España cerró su participación con bandera negra. El equipo de natación en línea que integraron Alberto Lozano, Carles Coll, Hugo González, Sergio de Cells, Carlos Garach, Paula Otero, Jéssica Vall y Ángela Martínez, salió de la piscina escaldado. Las estadísticas indican que fue el Mundial más pobre de la historia de España. El equipo no tuvo representantes en ninguna final y solo figuró en tres semifinales gracias a Hugo González de Oliveira, el nadador de la Universidad de Stamford.

Ninguno de los españoles mejoró su marca personal, y alguno la degradó hasta límites grotescos. Nadaron con plomo en los pies, en una actuación que los responsables técnicos calificaron de “injustificable”. Sean Kelly, director nacional de rendimiento de la federación, y Ricardo Barreda, director nacional de programas, emitieron un comunicado conjunto, tan lúgubre como contradictorio. “Cuando un país como España no tiene aquí a sus mejores nadadores, esto nos hace daño”, declararon los responsables, sin especificar cómo había sido posible que ellos no seleccionaran a los mejores. “Es un hecho”, añadieron, “que el sistema no funciona… España solo ha tenido cinco nadadores medallistas olímpicos en los últimos 30 años”.

La retirada virtual de Mireia Belmonte, la última de esta breve especie, ha dejado un vacío como el cráter de un volcán.

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