El Estudiantes busca la redención: “El nombre no nos va a ascender”
El histórico equipo afronta este fin de semana la Final Four de ascenso a la ACB tras la primera temporada del club en la liga LEB
El polideportivo Antonio Margariños huele a baloncesto y del bueno. Por sus pasillos se ven imágenes de grandes jugadores como Felipe Reyes o Sergio ‘Chacho’ Rodríguez al lado de la vitrina que alberga los trofeos de uno de los equipos fundadores de la liga ACB, ganador de tres Copas del Rey. Pero desde hace un año la atmósfera ha virado hacia un ambiente de tensión por la necesidad de saldar la deuda que contrajeron el año pasado, cuando ...
El polideportivo Antonio Margariños huele a baloncesto y del bueno. Por sus pasillos se ven imágenes de grandes jugadores como Felipe Reyes o Sergio ‘Chacho’ Rodríguez al lado de la vitrina que alberga los trofeos de uno de los equipos fundadores de la liga ACB, ganador de tres Copas del Rey. Pero desde hace un año la atmósfera ha virado hacia un ambiente de tensión por la necesidad de saldar la deuda que contrajeron el año pasado, cuando se confirmó el primer descenso de categoría de la historia del equipo. Este fin de semana tienen la oportunidad de ganarse la redención con la Final Four de ascenso a la ACB. Las semifinales serán el sábado entre el equipo colegial y el Zunder Palencia (17.30, Movistar Deportes), y por el otro lado del cuadro, el Força Lleida contra el Bàsquet Girona (20.00, Movistar Deportes). La final se disputará el domingo a las 18.45.
Aparece por la cancha Adams Sola, escolta de 21 años al que la temporada pasada le tocó hacerse mayor a las bravas. “Fue muy duro. Estudiantes es un club histórico y formar parte del primer descenso dolió mucho, especialmente a mí que he crecido en este club”, recuerda el jugador que llegó al Magariños con 11 años, levantando apenas unos palmos del suelo, y ahora se alza con 1,93m de altura. “Después del descenso, todos teníamos claro que el único objetivo era ascender. Nos hubiera gustado hacerlo de forma directa pero eso ya no es posible”, afirma el jugador, que también señala a la presión como su mayor enemigo esta temporada.
Uno que sabe perfectamente lo que es lidiar con la exigencia es la gran figura del equipo, Javier Beirán. El alero de 35 años, que comenzó su carrera en Estudiantes, regresó cuando se certificó el descenso el año pasado, al rescate de uno de los equipos de su vida. “Había algo en mí que me pedía que fuera a ayudarles aunque deportiva o económicamente no fuera lo mejor. Tenía ofertas para quedarme en la ACB y me encontraba muy bien. Pero fue por eso por lo que quería volver, no para retirarme sino porque creía que mi experiencia y mi energía podían ayudar para intentar regresar a la ACB”, explica el internacional español, campeón del mundo en 2019. En su opinión, el equipo pecó de exigente y ahora toca huir de favoritismos. “Quizás fijamos demasiado el foco en subir sí o sí sin conocer la competición. Nosotros mismos creamos una expectación y una burbuja que no nos ha venido bien. Ahora tenemos claro que el nombre no nos va a ascender, tenemos que hacerlo nosotros”, señala.
Todos en el club coinciden en esa reflexión. El exjugador Hernán ‘Pancho’ Jansen, leyenda del club que también regresó este año “en el primer avión” para ejercer de mánager deportivo, reconoce que a veces la ansiedad les ha jugado malas pasadas. “En la ACB eran otros equipos los que tenían la presión de ganar siempre, pero aquí se nos señaló como los favoritos para el ascenso desde el primer día”, señala el argentino.
Fruto de esa exigencia por volver a la ACB, el club decidió dar un cambio de rumbo y prescindir del entrenador Jota Cuspinera tras 28 jornadas en las que el equipo consiguió 21 victorias, pero se quedó sin opciones de ascenso directo al no poder alcanzar al Covirán Granada. El elegido fue Diego Epifanio ‘Epi’, experto en ascensos vía Final Four. El técnico burgalés subió con el San Pablo Burgos en 2017 y con el Río Breogán en 2020. “Lo más importante es que el vestuario esté unido. Creo que a veces hemos tenido más presión que ilusión. La clave es llegar al primer partido contra Palencia lo mejor posible. Se trata de uno de los equipos más completos de la categoría, que nos ha ganado los dos partidos de liga regular”, avisa. El preparador también destaca que, a estas alturas, es más importante el trabajo mental que el físico. “Estamos esforzándonos en quitarnos los miedos y la presión para intentar que el miedo no nos agarrote”, reconoce.
El temor en el club por no ascender es palpable. Miguel Ortega es el director de operaciones del Estudiantes y explica el impacto económico que supondría ascender: “Volver a la ACB significaría aumentar nuestro presupuesto, que ronda los 5 millones de euros, en un 30%”. A día de hoy, el Estudiantes tiene una deuda con Hacienda de 6 millones, de los cuales 2 son de intereses. El directivo señala las dificultades que pasaría el equipo si no consigue volver a la ACB, pero destaca que la mayor fortaleza del club es su masa social. “Los aficionados nos han salvado. Este año tuvimos que bajar el precio de las entradas, pero hemos vendido incluso más que en las temporadas anteriores. Se han volcado con el equipo”, agradece.
Este viernes, el equipo ha desembarcado en Girona dejando atrás el Magariños y las pancartas que cuelgan de sus gradas desde hace un año. Su lema refleja el sentimiento del club: “Soy del Estudiantes soy. Vamos a retornar”.
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