Busquets no envejece ni en la selección ni en el Barça
Luis Enrique mantiene en España su apuesta por el último superviviente del rombo mágico de Messi, Iniesta y Xavi
A sus 33 años y una temporada más de contrato con el Barça, Sergio Busquets se mantiene como piedra angular del equipo azulgrana sin que se aviste ningún competidor ni se haya encontrado un sustituto desde su debut en el Camp Nou el 13 de septiembre de 2008 en un partido contra el Racing después de que el Barça de Guardiola perdiera en Soria contra el Numancia. “Técnicamente es superior a Touré y Keita. Posicionalmente, apariencia de veterano. Con y sin balón. Con ba...
A sus 33 años y una temporada más de contrato con el Barça, Sergio Busquets se mantiene como piedra angular del equipo azulgrana sin que se aviste ningún competidor ni se haya encontrado un sustituto desde su debut en el Camp Nou el 13 de septiembre de 2008 en un partido contra el Racing después de que el Barça de Guardiola perdiera en Soria contra el Numancia. “Técnicamente es superior a Touré y Keita. Posicionalmente, apariencia de veterano. Con y sin balón. Con balón hizo fácil lo difícil: dar salida a uno o dos toques. Sin balón, otra lección: la de estar en el sitio justo para interceptar y recuperar corriendo lo justo. Y eso siendo joven e inexperto. Los mismos pecados que su técnico”, escribió Johan Cruyff en El Periódico.
Recientemente fue Riquelme quien, 14 años después, habla del volante central del Barcelona, equipo en el que el argentino jugó la temporada 2002-2003. “Desde su aparición empezamos a hablar de que el cinco debe tener buen pase, que si los equipos juegan mal es porque el cinco pasa mal la pelota, no la agarra…; ya nos olvidamos de que tiene que marcar, meterse entre los centrales, que si sale el lateral tiene… ¿No puede hacer todo? No, Busquets hay uno solo”, remató el diez, el que hacía jugar bien antes de la aparición del cinco. A la opinión de Riquelme y de Cruyff se puede añadir también la de Del Bosque: “Si miras el partido, no verás a Busquets; si miras a Busquets, verás todo el partido”, advirtió el seleccionador con el que España ganó el Mundial 2010. “Si volviera a ser jugador, me gustaría parecerme a Busquets”, acabó Del Bosque.
Acaso son los aficionados quienes discuten a un futbolista muy querido por sus compañeros y por los técnicos, también por el actual seleccionador Luis Enrique. Su etapa en la selección estaba pactada para que concluyera tras la Eurocopa de 2020, pero el retraso de un año en su disputa acercó el ciclo mundialista otro tanto y se animó a continuar espoleado por Luis Enrique. Busquets aspira a disputar el Mundial de Qatar en noviembre y diciembre y a cumplir su acuerdo hasta el 30 de junio de 2023 con el Barça. Ambos tienen un año de plazo más para encontrar por fin un recambio a un capitán al que le gustaría continuar y seguramente acabar su carrera en Estados Unidos, en la MSL, puede que en el Galaxy o el Inter de Miami.
Si en el Barça no tiene competencia, en la selección siente el aliento en la nuca de Rodri. Él mismo ha señalado al mediocentro del City como su relevo más natural. Luis Enrique aún mantiene a Busi como primer espada, pero el seleccionador ya ha confesado que se siente igual de tranquilo con uno u otro en el campo. Incluso los hizo jugar juntos desde el inicio por primera y única vez en la pasada final de la Liga de Naciones ante Francia en la que España perdió (2-1), pero miró a los ojos a la vigente campeona mundial. La fórmula con ambos parece estar reservada en el libreto de Luis Enrique para citas en las que perciba que la selección esté en una manifiesta inferioridad física y el rival sea experto en transiciones meteóricas.
Busquets es la última pieza que aguanta del rombo mágico del Barça que formó con Xavi, Iniesta y Messi. También es el único superviviente de la España campeona del mundo en 2010. Y no es precisamente un futbolista de acompañamiento 14 años después de su estreno y una vez ganados 30 títulos si se atiende a una hoja de servicios de la última temporada: únicamente Ter Stegen jugó más minutos (4.470 frente a 4.420) y ya es el tercero en partidos disputados con la zamarra azulgrana (679), por detrás de Xavi (767) y Messi (778), después de superar a Iniesta (674). Las estadísticas aseguran también que es quien más pases completa y el que más interactúa en campo contrario en la Liga. El segundo es Jordi Alba y el tercero Kroos.
Xavi se ha encomendado a los veteranos, excompañeros como Busquets, Alba y Piqué, para sostener a un equipo en el que los jóvenes compiten contra los jóvenes y los fichajes contra los fichajes después de una etapa en que se ha extraviado el ideario de Johan Cruyff. El entrenador ha observado que los juveniles se han educado en una cultura futbolística diferente de unos séniors que crecieron con el juego de posición, posesión y presión que siempre ha simbolizado Busquets, una figura que podía resumir las distintas versiones de medio centro que ha tenido el Barça desde que El Flaco alineó en su estreno a Luis Milla en 1988.
Con matices, en la selección Busquets encuentra puntos en común, sobre todo en el asunto de la presión, y Luis Enrique le puede rodear con Pedri y Gavi. En la Ciudad del Fútbol de Las Rozas opinan que el estilo de Luis Enrique le beneficia “porque el equipo es muy compacto cuando aprieta arriba y no tiene que hacer grandes desplazamientos”. Aunque apenas se lesiona, “Sergio no será eterno”, concluye Xavi, mientras Oriol Romeu, jugador del Southampton que también opositó como medio centro en el Barça, añade: “Es imposible encontrar a un futbolista que haga lo que hace Busquets”. La importancia que tiene en la cancha y su vínculo con el entrenador y el seleccionador refrendan que no envejece ni en el Barça ni en <CF1001>la Roja. </CF></CW>
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