Carlo Ancelotti: “El tiempo ha ayudado a Benzema y Vinicius”
El italiano destaca la conexión de ambos la noche en la que el francés igualó a Raúl como segundo máximo goleador del Madrid y el brasileño anotó su primer ‘hat trick’
Hay cosas que pueden pasar cualquier día y acaban sucediendo el mismo. El Levante podía haber recibido el sello de su descenso en el Bernabéu, o este fin de semana en casa, o la última jornada en Vallecas. Pero fue en Chamartín. También Karim Benzema podía haber igualado cualquier noche cercana a Raúl como segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid, con 323 tantos, pero también fue ayer en Chamartín. Como fue el primer hat trick de Vinicius como profesional. Pero de algún modo, esos suce...
Hay cosas que pueden pasar cualquier día y acaban sucediendo el mismo. El Levante podía haber recibido el sello de su descenso en el Bernabéu, o este fin de semana en casa, o la última jornada en Vallecas. Pero fue en Chamartín. También Karim Benzema podía haber igualado cualquier noche cercana a Raúl como segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid, con 323 tantos, pero también fue ayer en Chamartín. Como fue el primer hat trick de Vinicius como profesional. Pero de algún modo, esos sucesos parecían predestinados a cruzarse: el goleador Benzema pasando el testigo al antes negado Vinicius.
Cuando aún conservaba alguna esperanza de aguantar otro curso en Primera, el Levante salió a la hierba del Bernabéu y el Comandante Morales, con el brazalete de capitán, mandó a los suyos a formar: pasillo al campeón de Liga. El primero del Madrid en asomar fue Karim Benzema, que atravesó el corredor, sin chocar una mano, como si hubiera venido a recoger algo. Y así era. Enseguida le entregaron el trofeo al mejor jugador de la Liga de abril. Pero no solo había venido por eso, efímero como los 30 días del mes. Se trataba de algo de mayor alcance, 120 años, su nuevo sitio en la tabla histórica de goleadores del club, ya solo por detrás de Cristiano Ronaldo con sus 450.
En el Madrid, todos conocían el propósito, y lo buscaban con la insistencia disfrutona de un recreo. Y él tiraba y tiraba, y siempre se encontraba a Cárdenas al final. La determinación colectiva era tal que cuando Mendy se encontró un pase de Modric rodando hacia un páramo desierto que veía por delante, avanzó, sí, pero mientras lo hacía iba mirando a todas partes, buscando alguien a quien dársela, a poder ser que se llamara Karim. Pero se acercaba al portero y no encontraba a nadie. Hasta que no tuvo más remedio que marcar él. Le entró la risa floja. Aunque no tanto como cinco minutos después volvió a encontrarse cara a cara con el portero, que esta vez repelió el tiro.
Después de ese ligero desajuste en el programa de actos, el Madrid volvió al manual canónico de este año: asistencia de Vinicius, gol de cabeza de Benzema. Rutina para un suceso que transportó al francés a un lugar extraordinario, en el segundo puesto de una tabla histórica de goleadores que después de él y Raúl sigue así hasta la décima posición: Di Stéfano (308), Santillana (290), Puskas (242), Hugo Sánchez (208), Gento (182), Pirri (172) y Butragueño (171).
Vinicius resumió el valor de la rutina que han conquistado este año: “La conexión Karim-yo ha sido muy buena. Espero seguir así hasta que se retire. Ojalá termine la temporada con el Balón de Oro”, dijo. Esa conexión también la subrayó Ancelotti: “Lo han hecho muy bien toda la temporada, combinando muy bien. El tiempo ha ayudado a los dos, se entienden muy bien”, explicó.
Cumplido ese trámite extraordinario que llevó al francés a los 44 goles en 44 partidos, se abrió la pista para que saliera a bailar cualquiera. Y todos querían bailar donde lo hacía Benzema. Justo antes del 3-0 un pequeño enjambre de jugadores de blanco se arremolinaba alrededor del francés en el segundo palo, aguardando un centro de Modric, que sin duda debía caer por allí. Ese apiñamiento lo aprovechó el croata para explorar el vacío que dejaba y asistió a Rodrygo. Y después, a Vinicius, el tercer pase de gol de Modric esa noche, y el principio del triplete del brasileño, precisamente en la víspera del quinto aniversario de su debut como profesional con el Flamengo, el mismo día que firmó su contrato con el Real Madrid.
El triplete estuvo a punto de no ser, pero Vinicius eligió ese registro antes de una ovación: “El míster me ha dejado quedarme para marcar mi primer hat trick. Me ha preguntado si quería salir para que la afición gritara un poco, y le he pedido quedarme un poco más, porque había chance de marcar el hat trick”, dijo el brasileño.
El francés se había ido antes, él sí bajo el cariño del estadio en pie. Después Vini cerró su empeñó y se llevó a casa el balón de la noche gloriosa de Benzema.
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