Muere Antón Arieta y se extingue una saga en el Athletic

El goleador rojiblanco, decisivo en dos finales de Copa, fallece a los 76 años. Junto a su hermano Eneko ocuparon 24 años de la historia del club

Antón Arieta, agachado, con su hermano Enero.

El Athletic está triste porque con la muerte de Antón Arieta-Araunabeña (Durango, 76 años) se extingue una saga que comenzó su hermano Eneko, componente del equipo de los once aldeanos. Ambos triunfaron en el Athletic y llegaron a vestir la camiseta de la selección española. Entre los dos ocuparon un periodo de 24 años de la historia del club bilbaíno y llegaron a coincidir dos temporadas y en 11 partidos. Antón jugó con el equipo nacional en siete oc...

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El Athletic está triste porque con la muerte de Antón Arieta-Araunabeña (Durango, 76 años) se extingue una saga que comenzó su hermano Eneko, componente del equipo de los once aldeanos. Ambos triunfaron en el Athletic y llegaron a vestir la camiseta de la selección española. Entre los dos ocuparon un periodo de 24 años de la historia del club bilbaíno y llegaron a coincidir dos temporadas y en 11 partidos. Antón jugó con el equipo nacional en siete ocasiones. Debutó frente a Alemania (2-0) y marcó los dos tantos, pero en Bilbao se le recuerda, sobre todo, por los goles que marcó en dos finales de Copa (1969 y 1973).

Sendos tantos suyos fueron decisivos para ganar dos títulos. En 1969, después de una década de sequía con dos finales consecutivas perdidas (en el 66 y 67) y frente al mejor Elche de la historia, el tanto de Arieta II en la recta final del partido en el Santiago Bernabéu (1-0) permitió que Echeberria, el capitán, pudiera levantar la Copa que le entregó el dictador Franco. Fue en un balón colgado al área por Javier Clemente, Fidel Uriarte peleó con González, la pelota salió rebotada hacia el borde del área, Arieta la controló con el pecho, regateó a Iborra, que le salía al paso, avanzó medio metro más, y disparó fuerte para batir a Araquistain. En el palco, el presidente, Félix Oraa, sentado junto a un atónito Samaranch, se saltó todos los protocolos y celebró el gol con rabia.

Cuatro años más tarde, en el Calderón, desbordado por la afición bilbaína, Arieta abrió la vía del triunfo en la final contra el Castellón (2-0), en el que jugaba un joven Vicente Del Bosque, después de un pase de Zubiaga, que haría el segundo. Fue la última gran contribución de los hermanos Arieta a la historia del Athletic. Aunque en la carrera del delantero de Durango hubo también momentos amargos, como cuando fue expulsado en Atocha junto a Txetxu Rojo, fue sancionado con cuatro partidos y el Athletic perdió la opción de ganar la Liga.

Retirada y alejamiento del fútbol

Antón Arieta debutó con 18 años en Primera División -“pasé de juveniles directamente, porque entonces no había ni segundo equipo ni nada”, señaló en su día- y jugó en Bilbao hasta los 28. “No me lo esperaba, la verdad. No tenía mucha explicación porque el año anterior había jugado prácticamente todos los partidos. Hubo cambio de entrenador y nos dieron el pasaporte a algunos de los más veteranos. Fidel Uriarte se fue al Málaga y yo, al Hércules”, comentaba en una de las escasas entrevistas que dio tras su retirada.

Antón Arieta recoge el trofeo de la Asociación de la Prensa.germán elorza

Recaló en Alicante, donde jugó dos temporadas. Le marcó un gol a Iribar en San Mamés que el público ovacionó como si lo hubiera marcado el Athletic. Después, dejó el fútbol y se desvinculó totalmente. “Tenía ya tres hijos y la idea de moverme a otro sitio no la veía. Decidimos volver a casa porque los hijos empezaban a crecer y lo dejé. Había que empezar a pensar en volver a Durango. Dejé el fútbol de lado o él me dejó a mí”. Después de 410 partidos en la élite –358 de ellos en el Athletic–, y 90 goles, el deporte en el que destacó pasó a ocupar un discreto plano en su vida.

No añoró nunca el mundillo. Ni siquiera acudía con asiduidad a San Mamés, ni veía los partidos por televisión, aunque confesaba ser del Athletic a muerte. Su nombre sólo volvió a aparecer alguna vez vinculado al lehendakari Urkullu, casado con una de sus hijas.

El club anunció que los jugadores rojiblancos lucirían brazaletes negros ante el Valencia y que San Mamés guardaría un minuto de silencio por el goleador que falleció la madrugada del sábado.

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