Alcaraz: “He ganado al uno, pero me quedan ocho por delante para ser el mejor”
El finalista incide en su voluntad de ir a por los partidos “para diferenciarse” y Djokovic se va contrariado: “Ha sido mi mejor tenis, pero estoy decepcionado”
Después de tumbar a Novak Djokovic y de volver a reescribir varios apartados de la historia de su deporte, Carlos Alcaraz irrumpió en la sala de conferencias de la Caja Mágica como si no hubiera roto un plato. Le brillaban los ojos y en su disposición corporal no se adivinaba la más mínima muestra de fatiga; tampoco se percibía señal alguna de un exceso de euforia, como si en lugar de haberse cobrado dos víctimas tan ilustres hubiese completado una pequeña parte de un plan ...
Después de tumbar a Novak Djokovic y de volver a reescribir varios apartados de la historia de su deporte, Carlos Alcaraz irrumpió en la sala de conferencias de la Caja Mágica como si no hubiera roto un plato. Le brillaban los ojos y en su disposición corporal no se adivinaba la más mínima muestra de fatiga; tampoco se percibía señal alguna de un exceso de euforia, como si en lugar de haberse cobrado dos víctimas tan ilustres hubiese completado una pequeña parte de un plan que reserva todavía episodios superiores.
“Ha sido espectacular, la verdad. Estoy contento de haber podido jugar este tipo de partidos porque me van a aportar mucha confianza de cara a la final”, introdujo el joven de 19 años, vestido con una camiseta blanca de la marca que le patrocina y observado desde un costado de la habitación por su agente, Albert Molina, el representante de la multinacional IMG que se encarga de supervisar los pasos de un jugador llamado a protagonizar la próxima época del tenis.
Pese a todo, pese a los focos y toda la presión, a los registros históricos que obliga a revisar cada torneo, Alcaraz asume el revuelo con naturalidad, empeñado en alcanzar la cima del circuito más pronto que tarde. Ya ha firmado 10 victorias contra top-10 (seis consecutivas) y en Madrid ha dado dos zancadas más que reseñables, frente a dos titanes que al margen de su pelea a tres bandas con Roger Federer, añaden una nueva amenaza en clave de presente.
“Para ganarle a Rafa hay que estar muy bien con el revés”, precisaba el finalista, el verdugo más joven de un número uno desde que Nadal batiera a Federer en las semifinales del Roland Garros de 2005. “Hay que estar impecable con el revés y yo [el viernes] lo estuve. Si les dejas dominar, este tipo de jugadores te funden, pero hoy he conseguido ser muy constante todo el partido; he sido muy lineal y agresivo”, continuó.
Cuestionado por la clave del triunfo contra Nole, precisó: “Hay que estar ahí mentalmente. Hay que ir a por el partido, porque ahí es donde se ve a los grandes jugadores, a los top, y yo quiero diferenciarme en eso. Si pierdo, prefiero hacerlo habiéndome atrevido y con la sensación de que lo he intentado. Eso es lo que he pensado en el tie-break, quería el partido pasara lo que pasara”.
El número seis de la ATP –este lunes ascenderá desde la novena posición– reiteró que se ve “preparado” para vencer a los mejores, incluso en los Grand Slams, y dijo que lo de las dejadas es algo “natural”. Este 7 de mayo fue uno de los mejores días de su vida, “pero seguro que dentro de un tiempo”, apostilló, “o incluso mañana mismo, pueda superar a este”. Pese a su juventud, Alcaraz se desenvuelve cada vez con más soltura ante los periodistas. Progresa con el inglés y aunque uno de ellos tratara de buscarle las cosquillas sin malicia, salió con astucia en la respuesta.
Nole, dos minutos y cuatro respuestas
“¿El mejor? Hoy día, Djokovic es el número uno, así que diría que él”, contestó en primera instancia. “¡Ah! ¿El mejor ahora mismo? Si quieres que te diga que soy yo, no te lo voy a decir... Ahora mismo tengo a ocho jugadores por delante”, concluyó entre risas el murciano, que se retiró junto a su equipo y sus familiares para celebrar de forma comedida este último gran éxito: “Las buenas victorias hay que disfrutarlas, sin pasarse, pero hay que disfrutarlas. Ahora estaré con ellos para disfrutarlo y compartir este momento, pero mañana tengo una final de Masters 1000, así que esta noche quiero estar plenamente concentrado”.
Previamente, Djokovic había abandonado el recinto del barrio de San Fermín entre sensaciones contradictorias. El serbio, de 34 años, valoraba su progresión, pero a la vez no podía ocultar el escozor. No tardó ni diez minutos en acudir a la sala de conferencias, en la que permaneció un par de minutos y respondió a cuatro preguntas, de forma escueta.
“Sí, definitivamente jugué un muy buen tenis, el mejor de este año. Probablemente, cuando pase la decepción de perder este partido, tendré muchas cosas positivas que sacar de esta semana”, apuntó el balcánico, que elogió el despliegue de Alcaraz, al que felicitó. “Mantuvo muy bien los nervios. Que alguien de su edad juegue con tanta madurez y valentía es impresionante. Se merecía ganar”, elogió al español. “Tuve muchas ocasiones y fue un partido fantástico, una gran batalla, pero definitivamente estoy decepcionado por no haber podido aprovechar mis oportunidades”, zanjó.
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