Por qué Benzema tiró a lo Panenka contra el City y por qué hacerlo fue lo más sensato
Después de tirar sus últimos cuatro penaltis abajo a la izquierda, y ver cómo le detenían tres, el delantero del Madrid entrenó y escogió un ‘panenka’ para batir al City
Tirar penaltis a lo Panenka se ha considerado habitualmente una osadía, o una temeridad, pero cuando el martes por la noche Karim Benzema escogió esa solución en el Etihad, quizá estaba optando por lo más sensato, aunque no lo había hecho nunca antes. Al menos, se había decantado por una de las opciones analizadas con el cuerpo técnico del Madrid, apoyada con datos del grupo de preparación de porteros y practicada en los entrenamientos.
Desde hace unos años, cada penalti carga de algú...
Tirar penaltis a lo Panenka se ha considerado habitualmente una osadía, o una temeridad, pero cuando el martes por la noche Karim Benzema escogió esa solución en el Etihad, quizá estaba optando por lo más sensato, aunque no lo había hecho nunca antes. Al menos, se había decantado por una de las opciones analizadas con el cuerpo técnico del Madrid, apoyada con datos del grupo de preparación de porteros y practicada en los entrenamientos.
Desde hace unos años, cada penalti carga de algún modo con todos los anteriores. Y los últimos del francés suponían un peso considerable tanto para él como para Ederson, el portero del Manchester City. Benzema había tirado sus últimos cuatro abajo a la izquierda, y tres los habían atrapado los guardametas: uno Dituro, del Celta, el 2 de abril en Balaídos; y los otros dos, Sergio Herrera, de Osasuna, el 20 de abril en El Sadar.
Ederson sabía eso cuando en el minuto 82 del partido, con 4-2 en el marcador, aguardaba sobre la línea el silbatazo del árbitro y la carrera de Benzema hacia la pelota. El brasileño lo sabía igual que Herrera sabía seis días antes lo que había sucedido en Vigo, y por eso, según contó después del encuentro, se tiró abajo a su derecha, la izquierda del delantero: “Lo tenía claro. Sabía que era su lado de seguridad, y también él sabía que venía de tres penaltis lanzados contra el Celta”, dijo.
Detuvo ese lanzamiento, y unos minutos después volvió a encontrarse con el balón a once metros y el francés esperando la señal del árbitro. Ahí también actuó lo que había aprendido en el partido de Balaídos: “Dio la casualidad de que contra el Celta también falló un penalti. El segundo que lanzó lo tiró a su lado de seguridad, y por eso he confiado ahí”, explicó. En efecto, Benzema repitió rincón y envió la pelota abajo a su izquierda, donde la esperaba Herrera.
Si se va más atrás en el historial del francés con los penaltis, se encuentra una marcada tendencia general a colocar el balón en esa esquina. Opta mantiene registros de dónde ha puesto cada lanzamiento que ha ejecutado con el Real Madrid: de los 25 que ha intentado, 13 han ido a ese rincón, más de la mitad.
El martes en el Etihad entraba en juego además otro factor: con el Madrid, a Benzema solo le han detenido tres penaltis, y los tres habían sido este mes, y los tres los había enviado a ese mismo lugar. Eso lo sabían también Ederson y el equipo de preparación de porteros del Manchester City, y de esa información se derivó la elección del brasileño, que se lanzó a su izquierda, el lado que menos ha explorado el francés en sus lanzamientos. Benzema ya se había estrellado lo suficiente en esa teórica zona de seguridad suya de la que habló Herrera después de frustrarle en Pamplona.
El capitán del Madrid, cada vez más dedicado al trabajo personal y obsesionado con la mejora de los detalles, había tenido todo eso en cuenta en la preparación del partido: había visto vídeos de Ederson del grupo de preparación de porteros de Luis Llopis, le habían recordado los datos de su propio historial de lanzamientos, habían hablado sobre alternativas a ese rincón izquierdo, y había dedicado varias jornadas a entrenar las soluciones. Lo contó Rodrygo: “Él estaba entrenando así. Tanto ayer [lunes] como anteayer en los entrenamientos he visto un poco y él entrenó así. La gente del banquillo ya sabía que él iba a picar”, explicó.
Carlo Ancelotti, sin embargo, dijo que no estaba tan seguro: “No sabía si lo tiraba a la derecha o a la izquierda. Este tiro me ha sorprendido un poco”. Sobre lo que no tenía duda es sobre quién se ocuparía del disparo, pese a los recientes errores: “Nunca hemos pensado en cambiar el jugador que tira el penalti”, dijo, en la línea que abrió ya aquella misma noche en Pamplona, cuando aseguró que si hubieran dispuesto de un tercer lanzamiento, también se habría encargado de él Benzema.
Lo tenían todos muy claro. En el momento en que el árbitro pitó la mano de Laporte, el balón le llegaba a Ceballos, que lo controló con el pecho y se lo lanzó de inmediato al francés, que se puso a pasear con él alrededor del punto de cal, mientras los jugadores del City rodeaban al colegiado con sus protestas.
Ni siquiera el primer panenka fue una improvisación temeraria, según contó el propio exfutbolista en una entrevista en la revista española que lleva su nombre: “El entrenador y todo el mundo sabían cómo iba a tirarlo. Tal vez fue una sorpresa en el extranjero. La única persona que me dijo que en un partido tan serio no me debía atrever fue Ivo Viktor, el portero. Éramos compañeros de cuarto y me dijo que si me atrevía a tirar el penalti a mi manera no me dejaría volver a entrar en la habitación. Por fortuna, salió bien”.
Antonin Panenka presentó en público su creación en la tanda de desempate de la final de la Eurocopa de 1976 contra Alemania Federal, en Belgrado. Después de los primeros siete lanzamientos, todos acertados, el marcador favorecía 4-3 a los checos. Entonces le llegó el turno a Uli Hoeness, que tiró alto, y dejó a Panenka la oportunidad de dar el título a su país frente a los últimos campeones del mundo y de Europa. No atendió la amenaza de su compañero de habitación y burló a Sepp Maier con su creación. El portero alemán, como Ederson en Mánchester, se tiró aquel día de junio a su izquierda.
Con esa bella solución, que usaba por primera vez en un partido oficial, Benzema zanjó una pequeña crisis y alargó la vida del Madrid en la Champions al conseguir acortar la ventaja del City hasta el 4-3. Fue la misma opción que escogió Sergio Ramos, su antecesor como lanzador en el Madrid, después de enviar al tercer graderío del Bernabéu un penalti de la tanda de desempate en las semifinales de la Champions contra el Bayern en 2012. Dos meses después, en la tanda de la semifinal de la Eurocopa contra Portugal, Ramos anotó a lo Panenka.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.