Alejandro Valverde: “Los viejos todavía podemos hacer muchísimo daño”
Entrevista al ciclista que el día antes de cumplir 42 años disputa como favorito su última Lieja-Bastogne-Lieja, en la que puede lograr su quinta victoria y ser el primero que en su historia la gana en tres décadas diferentes
Domingo, 24 de abril, 108ª edición de la Lieja-Bastogne-Lieja (15.10, Teledeporte), el monumento del ciclismo que se corrió por primera vez en 1892 y por eso se le llama La Decana, y en ella se ha hecho grande Alejandro Valverde, que el lunes 25 cumple 42 años, el más viejo del pelotón, el decano. Será su 16ª Lieja, la carrera que ha ganado cuatro veces, solo una menos que...
Domingo, 24 de abril, 108ª edición de la Lieja-Bastogne-Lieja (15.10, Teledeporte), el monumento del ciclismo que se corrió por primera vez en 1892 y por eso se le llama La Decana, y en ella se ha hecho grande Alejandro Valverde, que el lunes 25 cumple 42 años, el más viejo del pelotón, el decano. Será su 16ª Lieja, la carrera que ha ganado cuatro veces, solo una menos que Eddy Merckx, el que más ha ganado, y en la que en nueve ocasiones ha terminado entre los cuatro primeros. Será también la última Lieja de Valverde, quien después de quedar segundo el miércoles en la Flecha Valona siente su alma pletórica, y siente el cosquilleo de quien piensa que puede ganar. “Mis acciones han subido más de lo que esperaba”, dice el murciano desde Bélgica en entrevista telefónica. Nadie ha ganado la Lieja en tres décadas diferentes. Si lo consigue, Valverde, ya ganador en 2006, 2008, 2015 y 2017, sería el primero. “Pero no me motiva el hecho de que pueda hacer historia. Sigo en el ciclismo por mi forma de ser, por saber que todavía tengo el cuerpo para poder optar a triunfos, y darme triunfos a mí, personales, y al equipo”.
Pregunta. El miércoles se quedó a 100 metros de ganar la Flecha…
Respuesta. La subida fue muy rápida. Cuando arrancó Teuns le cogí bien la rueda, y digo, nada, tengo el cambio de ritmo para rebasarlo. Intenté rebasarlo, y nada. Nos quedamos ahí que yo lo pasaba, él me pasaba, yo lo pasaba, él me pasaba, yo lo pasaba, él me pasaba, y nada... El ácido láctico pudo conmigo, me entró un dolor de brazos, de piernas, de cabeza increíble y... miré para atrás, vi que hacía segundo y, nada, tuve que levantar el pie.
P. Pero terminó delante de Pogacar, de Alaphilippe... Los monstruos se plegaron detrás.
R. La verdad es que sí. Quitando a Roglic estaban todos los que pueden ganar esta carrera y ahí estuve yo, luchando hasta los últimos 50 metros por ganarla. Me quedo contento. Esto quiere decir que otra vez estoy ahí.
P. Está ahí y llega Lieja...
R. Y aquí no ponen lluvia... Por ese lado vamos a tener suerte, que siga acompañando.
P. En Lieja, llegaron el año pasado, por este orden, Pogacar, Alaphilippe, Gaudu y usted. Y ni Pogacar ni Gaudu estarán este...
R. Y tampoco estará Roglic, ¿eh?
P. Sus acciones han subido. En diciembre pasado, al hablar de sus objetivos en su último año en las carreras, contaba que uno de ellos, y hablaba de ello como quien habla de sus sueños, era ganar su quinta Lieja para igualar a Eddy Merckx. ¿Pensaba entonces que estaría así, entre los grandes favoritos, llegada la víspera de la carrera?
R. Sí, es cierto que mis acciones han subido más de lo que esperaba yo también. Hombre, mi inicio de temporada ha sido muy bueno, y me encontré muy bien en Strade Bianche [segundo tras Pogacar], pero, bueno, después de venir de Cataluña, estar en casa entrenando, y he entrenado duro, y llegar aquí y hacer segundo en Flecha me da muchísima confianza de cara a este domingo... Y si, encima, el tiempo va a acompañar, aún tengo más confianza, aunque hoy hemos estado viéndola y después de La Redoute [La Fortificación] y antes de los Halcones [La Roche aux Faucons, última subida, a 12 kilómetros de Lieja] han quitado una cota [Des Forges, Las Fraguas] que el otro día subimos en Flecha, y era un obstáculo bastante importante de cara a hacer daño. Al quitarla, dentro de que la carrera sigue siendo durísima, creo que esta, la carrera, se va a mover mucho antes...
P. ¿Y usted es más de esperar un poco más?
R. Eso, de esperar un pelín más. O sea, que habrá que estar más atentos pronto y, luego, vale, no viene Roglic, pero en su equipo entra Van Aert, que hace su primera Lieja y es candidato a ganar.
P. Pero no conoce la carrera, es un territorio nuevo para él...
R. Es igual, es un territorio que le viene bien. Conforme es la llegada le viene perfecto... Va a ser un rival muy duro. Si los Jumbo tienen un poco controlada la carrera, para mí será el máximo favorito.
P. Con Van Aert se reproducirá otra vez un duelo generacional, una constante en su carrera, en la que ha compartido podio y derrotado a corredores nacidos en los 60, en los 70, en los 80, en los 90... Y de todos con los que ha compartido podio en las ocho veces que ha subido, solo sobrevive, y muy fuerte, Kwiatkowski, nacido en 1990...
R. Y ahora tocan Pogacar y Van Aert, casi del 2000. Y me siento como ellos, a su nivel. Analizando los tiempos de la subida al muro de Huy, estoy como cuando hice mi mejor tiempo allí. Eso quiere decir que me encuentro bien, y eso que este año el aire era en contra prácticamente toda la subida.
P. Eso significa que tiene chispa, potencia, y la resistencia que se supone que viene con la edad, 42 años menos un día, con lo que se puede creer que una carrera de 260 kilómetros con nueve cotas y un col es la ideal para usted...
R. Sí, sí... Para mí, cuanto más larga y dura, si estoy bien, es mejor. El otro día, en Flecha, conforme iban avanzando las 11 cotas, en la parte final es cuando mejor me encontraba, y con mejores sensaciones. Me quedo con esa sensación de saber que terminé bien a pesar de ese dolor de piernas que llegó en un esfuerzo agónico, al 100%...
P. El viernes, en el Tour de los Alpes resucitaron Pinot y Bardet, los franceses del 90 que le peleaban el podio del Tour a usted y a Nairo en los años de Froome. ¿Fue una señal de que los nuevos no son inalcanzables, que no han conquistado todo el ciclismo? ¿Esperanza?
R. Claro que los viejos todavía podemos hacer muchísimo daño. Seguimos estando ahí. Es cierto que hemos tenido que padecer a lo mejor un año, dos años de transición, porque ahora se corre diferente, pero cuando le hemos encontrado el truco al entrenamiento y a todo, estamos volviendo a estar ahí delante.
P. ¿Se entrena con potenciómetro ahora, midiendo vatios?
R. Sí... Lo que no entreno es con pulso [fijando los umbrales según las pulsaciones del corazón]... Solo entreno con los vatios ahora...
P. ¿Y siguiendo las nuevas tendencias de menos kilómetros y más intensos, más series, más calidad, menos cantidad?
R. Yo es que prácticamente siempre he sido así. Creo que parte de mi éxito es ese. Yo nunca he sido de hacer semanas de 30, 32, 28 horas... Siempre he sido de semanas entre 20 y 25 como mucho, y velocidad, velocidad, mis series, mi tal, mis sensaciones, y creo que es lo que me ha hecho llegar hasta ahora con buen nivel.
P. Podríamos decir, entonces, que el entrenamiento de vatios en el fondo calca el que tenía usted siempre de sensaciones... Y conocerse bien, interpretar las sensaciones, siempre se ha dicho que es la marca de los campeones...
R. Exactamente. Eso es muy importante.
P. Y en una etapa tan dura del Tour de los Alpes, un chaval de 19 años, Igor Arrieta, ha sido cuarto... Los jóvenes siguen creciendo rápido.
R. Ese chaval es una maravilla. Igor tiene un motor impresionante. Ya se lo dije a su padre [José Luis, director de Valverde en el Movistar 10 años] cuando lo vi ya en Mallorca, y lo está demostrando...
P. Hacía un frío como el de la etapa del Tour pasado en la que Pogacar destrozó a la concurrencia, ganó Teuns y usted contó que había estado a punto de bajarse porque en su vida había sufrido tanto sobre una bicicleta por el frío y la lluvia...
R. Sí, sí, sí, sufrí, madre mía, sufrí mucho...
P. Y Teuns, el mismo al que ganó hace cinco años en la Flecha, le reaparece y le gana este año... ¿Tantos años en el ciclismo no le da la sensación de vivir una vida circular, de regresar siempre a las mismas personas, los mismos sitios?
R. Sí, sí, lo siento así. Un círculo. Sí que es cierto que voy a cumplir 42 el lunes, pero, a la hora de disfrutar, mi cabeza sigue estando como antes. Es cierto que cuando se ponen las condiciones muy malas, con lluvia y todo, sí que me lo pienso bastante más y es cuando peor lo paso, pero en condiciones normales de poder actuar yo con normalidad, sigo estando y disfrutando y estando al 100 por cien...
P. ¿Le motiva para seguir el pensar que está haciendo historia, tan fuerte a los 42?
R. No... Por eso, no. Yo creo que es por mi forma de ser, por saber que todavía tengo el cuerpo para poder optar a triunfos, y dar triunfos a mí, personales, y al equipo. Por eso, la idea de seguir hasta ahora. Y también por el público. Después de dos años de pandemia, con poca gente en las carreteras, este ya está siendo más normal y es de agradecer.
P. Cuando le llevó a su primera Lieja, en 2005, José Miguel Echávarri le explicó que este era su monumento favorito, que era el que mejor le iba a Indurain, con el que nunca lo pudo ganar, y que le tocaba a usted heredar la responsabilidad... Y usted ha corrido 15 Liejas, y lleva cuatro victorias, cuatro podios más, un cuarto puesto... El único español que ha ganado la Decana.
R. Es una carrera que me gusta mucho y que me viene muy bien...
P. Es un amor correspondido, porque en Lombardía, 10 participaciones y tres veces segundo, no encuentra correspondencia...
R. Sí... Así es. He estado muy cerca de ganar, pero no he podido...
P. La Lombardía se corre en octubre, después de la Vuelta, la carrera en la que había anunciado que se despediría del ciclismo. ¿Seguirá para intentar ganarla en su 11ª participación?
R. Quiero llegar, quiero llegar hasta el final. Quiero que sea una temporada normal, como siempre...
P. Imaginemos que gana la Vuelta o sube al podio, y que en Lombardía también está arriba. ¿No será entonces más duro colgar la bicicleta? ¿No se arrepentirá viéndose tan fuerte?
R. No, no... Al final me retiro con una sensación de decir me retiro porque yo quiero, pero mi nivel sigue estando para poder ganar. Me quedo con esa sensación, no con la de haber estado arrastrado, de solo sufrir encima en la bici sin compensación, de padecer... Padezco, pero contento de saber que lucho por ganar. Padezco para ganar, no para sobrevivir. Cuando vas atrás y pierdes 15 minutos sufres mucho más que lo que padeces para ganar. No tiene nada que ver.
P. Armstrong se bajó de la bicicleta desde el podio de su séptimo Tour y a los tres años regresó al ciclismo... Claro, que volver usted a los 45...
R. Jajaja... Eso sería imposible, sí, imposible.
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