Vacío y caos en el Madrid sin Karim Benzema

Ancelotti no se fía de otro punta cuando falta el francés, y la prueba con Modric de falso nueve en el clásico fue un fiasco que desorientó y debilitó al equipo

Ferland Mendy y Karim Benzema, en un palco del Bernabéu, el domingo durante el clásico.Angel Martinez (Getty Images)

Desde que el lunes pasado Karim Benzema se lesionó tras cabecear el tercer gol del Real Madrid al Mallorca (0-3), se abrió una tensa cuenta atrás con la incógnita de si el delantero se recuperaría a tiempo para recibir el domingo siguiente al Barcelona en el Bernabéu. Al final, el francés estuvo en el estadio, pero sentado en un box junto a Ferland Mendy, también lesionado, aunque los futbolistas de baja no tienen la obligación de acudir al campo. Además, antes y de...

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Desde que el lunes pasado Karim Benzema se lesionó tras cabecear el tercer gol del Real Madrid al Mallorca (0-3), se abrió una tensa cuenta atrás con la incógnita de si el delantero se recuperaría a tiempo para recibir el domingo siguiente al Barcelona en el Bernabéu. Al final, el francés estuvo en el estadio, pero sentado en un box junto a Ferland Mendy, también lesionado, aunque los futbolistas de baja no tienen la obligación de acudir al campo. Además, antes y después del encuentro, ambos pasaron por el vestuario para estar con sus compañeros. No fue suficiente.

Las ausencias de Benzema, en especial la del clásico, dejan al descubierto las debilidades de la plantilla (algunas sobrevenidas) y colocan a Carlo Ancelotti ante el reto de suplir al francés a partir de opciones que se han ido reduciendo a lo largo de la temporada y no son del todo ortodoxas. La prueba del clásico, con Luka Modric de falso nueve, resultó un fiasco que propagó el caos a todo el equipo y que el entrenador italiano no consiguió enmendar pese a intentarlo con al menos tres cambios de formación. “El planteamiento no ha sido bueno, he fallado”, dijo después del encuentro.

En el juicio coinciden todos los estamentos del club, desde los despachos, donde ayer se lamentaba el problema de orden derivado del experimento de Modric, hasta los jugadores, a quienes puso voz Thibaut Courtois al terminar el partido: “De la táctica tenemos que hablar internamente. Obviamente todos hemos visto que no ha salido ni lo del principio del partido ni lo del segundo tiempo, y hemos tenido que cambiar otra vez”, dijo. Y apuntó a la debilidad de la solución táctica escogida: “Hemos jugado en la Copa en Bilbao [contra el Athletic] con falso nueve y apenas habíamos tirado a puerta, y hoy ha sido un poco igual”.

El patinazo reconocido de Ancelotti tiene dos partes: la opción del falso nueve y el jugador escogido para ejecutarla. A la primera parte, la disposición táctica sin un punta de referencia, le ha empujado el devenir de la plantilla al entrenador, según una fuente que conoce su trabajo de primera mano. Cuando falta Benzema, el catálogo de alternativas fiables se ha ido reduciendo a medida que ha avanzado el curso.

A Mariano nunca lo ha considerado una opción sólida para choques de altura como el del domingo.

Bale ha seguido acentuando el proceso de desconexión del Madrid que inició en 2018, y diversas fuentes del club entienden que no muestra el menor interés en volver a jugar de blanco. Ancelotti lo incluyó en la lista de convocados para el clásico después de una semana de normalidad en los entrenamientos, pero el domingo alegó que había sentido “unas molestias en la espalda” y no estuvo en el banquillo, ni apareció por el vestuario, ni se le vio en el estadio. Ayer se unió a la concentración de Gales, que el jueves tiene un partido de repesca para el Mundial de Qatar contra Austria.

Eden Hazard ha dejado de lesionarse, pero a juicio del cuerpo técnico no se encuentra en condiciones de disputar un partido al nivel que requiere el Madrid.

Y Jovic, que fue el recambio natural de Benzema en el primer tramo del curso, ha emitido señales de que la presión que siente al estar en el club afecta a sus prestaciones, por lo que desde la eliminación copera en San Mamés ha desaparecido de las alineaciones.

Así que, sin delantero centro del que fiarse, Ancelotti comenzó a experimentar con el falso nueve, por el que han pasado Isco (que lleva ocho partidos sin jugar), Rodrygo, Asensio y el domingo Modric, la menos exitosa de las pruebas, sin resultado en ataque y que resultó en desorden y pérdida de fluidez, ideas y jerarquía en el centro del campo.

En el gráfico de la red de pases se aprecia el enredo en que derivó el experimento en el centro del campo del Madrid, del mismo modo que se comprueba el equilibrio del Barcelona a partir del cual construyó su dominio del partido.

Quedaron al descubierto las costuras de la delantera y la debilidad del fondo de armario en otras áreas, como los laterales, por donde brillaron Dembélé y Ferran Torres. En la derecha, Carvajal no estuvo fino y su alternativa, forzada, es Lucas Vázquez. En la izquierda, con Mendy lesionado, su recambio fue Nacho, un central, ante las lagunas defensivas de Marcelo en partidos exigentes.

El Barça aprovechó el caos y las debilidades del Madrid y lo arrolló. Después lo celebró como un título en el vestuario y fuera. Laporta y su equipo se fotografiaron sobre el césped, y luego Xavi y el suyo. Como muchos en su primera visita al Bernabéu.

En el Madrid, ayer volvían a buscar poner el clásico del 0-4 en perspectiva: siguen líderes, con una ventaja amplia, y en los cuartos de la Champions. “Preferimos estar como nosotros que como ellos”, dicen en los despachos.

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