Media hora lujosa del Barça
Los azulgrana, tan vistosos como efectivos, no dan ninguna opción a Osasuna y solventan el duelo con el desequilibrio de Dembélé y los tantos de Ferran Torres
Los partidos puente requieren actuaciones convincentes, sobre todo en equipos en construcción como es el caso del Barcelona, que durante esta semana viajará animado a Estambul y el domingo al Bernabéu después de palidecer el jueves con el Galatasaray. Los azulgrana completaron un muy buen encuentro y una media hora de lujo ante Osasuna. Volvieron los goles y el fútbol al Camp Nou para que la hinchada se olvidara de la Liga Europa y festejara que su Barça se asienta en la zona Champions. Las dudas son peor contratiempo que las derrotas y hasta que los empates en los equipos que crecen como el a...
Los partidos puente requieren actuaciones convincentes, sobre todo en equipos en construcción como es el caso del Barcelona, que durante esta semana viajará animado a Estambul y el domingo al Bernabéu después de palidecer el jueves con el Galatasaray. Los azulgrana completaron un muy buen encuentro y una media hora de lujo ante Osasuna. Volvieron los goles y el fútbol al Camp Nou para que la hinchada se olvidara de la Liga Europa y festejara que su Barça se asienta en la zona Champions. Las dudas son peor contratiempo que las derrotas y hasta que los empates en los equipos que crecen como el azulgrana, muy convincente y ambicioso contra Osasuna, tan seguro del triunfo que al final hasta salió un rato Riqui Puig para poner el 4-0 después de chutar y regatear después con clase a Herrera.
Ya no ha jugadores ni tiempo para descansar con la pelota en el Barcelona. La quietud no tiene sentido ni en un equipo que dominó la pausa como ninguno con el triángulo Messi-Xavi-Iniesta. El propio Xavi exige hoy intensidad para ganar cualquier partido de Liga. A falta de celebridades futbolísticas, el Barça necesita competir con las señas que se le suponen a un equipo pequeño para volver a ser un grande de Europa. No tiene en cualquier caso una plantilla menor para marcar las diferencias ante adversarios como Osasuna. El equipo navarro duró 27 minutos en el Camp Nou. El enfebrecido conjunto azulgrana se desquitó de su chasco del jueves con el Galatasaray.
Jugaron los azulgrana con Pedri y Gavi, dos interiores puros, y dos delanteros que no pararon de atacar los espacios, como Ferran y Aubameyang, siempre bien orientados por el clarividente mediocentro Busquets. La asociación Pedri-Dembélé-Alves desmontó en un abrir y cerrar de ojos a Osasuna. Nadie hubiera dicho que el equipo de Arrasate era uno de los visitantes más cualificados del campeonato, fuerte defensivamente, especialista en negar los espacios interiores, bien recogido alrededor de Herrera. El fútbol azulgrana fue tan rápido como fino y efectivo desde que Nacho Vidal cayó sobre Gavi y el árbitro pitó un penalti que transformó impecablemente Ferran.
La carga azulgrana fue continua en el área de Osasuna. Los goles llegaron por insistencia y también por la clarividencia de los pasadores y la definición de los delanteros, sorprendentemente lúcidos después de su aciaga noche ante Iñaki Peña, el portero que dejó a cero su portería en el Camp Nou después de 21 goles en los últimos siete partidos del Barça. Apareció la inspiración individual en un equipo cuya energía colectiva es innegociable con Xavi. La aportación de Dembélé fue decisiva por su timing y capacidad para habilitar a Ferran y a Aubameyang. No tembló el delantero español en el mano a mano con el portero en el 2-0 y al gabonés le alcanzó con poner la punta de la bota en el 3-0.
Al primer toque
Xavi insiste más en la necesidad de marcar que de ganar, convencido de que su equipo se libera con el marcador a favor, como si el 1-0 fuera sinónimo de victoria en el Camp Nou. Así pasó ante Osasuna, que no tuvo un momento de respiro, aplastado por la presión y la velocidad de balón del Barcelona. A Arrasate no le quedó más remedio que corregir su plan en el descanso y montar una zaga con tres centrales a partir de la entrada de Unai García y Aridane. Xavi había acertado en cambio con una formación sin Araujo ni Frenkie de Jong. El uruguayo defiende mejor que ataca y el neerlandés conduce y remata más que combina en un equipo imparable cuando juega al primer toque como ante Osasuna.
Los cambios permitieron contener mejor a Osasuna mientras desaceleraban los azulgrana en el partido 600 de Piqué. Xavi se permitió dar entrada a Riqui Puig, Mingueza y Braithwaite, tres jugadores de los que no había noticia desde hace tiempo en la cancha del Camp Nou. El resultado y el contexto invitaban a las jugadas de autor como la que se marcó Riqui. La acción retrató la agresividad barcelonista y el absentismo de Osasuna. El interior remató y recogió el rechazo del meta para coronar la goleada.
Hasta Gavi se adornó con un sombrero en una cita tan lúdica y que nada tendrá que ver con la de Turquía. Al Barça le aguardan dos partidos muy exigentes en Estambul y Madrid. Los rivales son tan intimidadores como fluido y alegre fue el juego azulgrana ante Osasuna. Las expectativas aumentan después de que el Barça volviera a disfrutar en el Camp Nou.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.