Más pizarras de mujeres en la Liga femenina
Seis entrenadoras, cifra récord, ocupan los banquillos en la máxima categoría de fútbol
Que el fútbol practicado por mujeres ha tenido mucho que celebrar en los últimos tiempos no es ningún secreto. En noviembre del año pasado, la estrella azulgrana Alexia Putellas ganó el Balón de Oro y, dos meses más tarde, afición y jugadoras festejaron el emotivo regreso de Virginia Torrecilla, la centrocampista del Atlético que estuvo dos años fuera de los c...
Que el fútbol practicado por mujeres ha tenido mucho que celebrar en los últimos tiempos no es ningún secreto. En noviembre del año pasado, la estrella azulgrana Alexia Putellas ganó el Balón de Oro y, dos meses más tarde, afición y jugadoras festejaron el emotivo regreso de Virginia Torrecilla, la centrocampista del Atlético que estuvo dos años fuera de los campos debido a un cáncer. Ahora, lo que se celebra es un récord en los banquillos. Por primera vez hay seis entrenadoras entre los 16 equipos de Primera: María Pry (Madrid CFF), Natalia Arroyo (Real Sociedad), Iraia Iturregi (Athletic), Ana Junyent (Eibar), Sara Monforte (Villarreal) y Andrea Esteban (Valencia).
Con la llegada de la sevillana Pry (37 años) al Madrid CFF se alcanzó esta cifra nunca vista antes en la Liga femenina. “Me parece un récord muy representativo de la situación de la mujer en el fútbol”, comenta Natalia Arroyo (35 años), técnica del conjunto donostiarra. “Se ha demostrado que hay mujeres preparadas y proyectos que pueden ser liderados por ellas. Es la confirmación de muchos años de trabajo en los que se han aprovechado oportunidades”, subraya. Un paso adelante en la máxima categoría que, sin embargo, no tiene su reflejo todavía en las divisiones posteriores: apenas tres mujeres ocupan el banquillo entre los 32 equipos de Segunda.
“Cada vez se apuesta más por la mujer en cargos de liderazgo, también en la propia competición. Ahora hay más mujeres que se forman en el mundo del deporte”, apunta Andrea Esteban. “Las dudas que impedían que los currículum de las mujeres estuvieran entre los primeros de la mesa se han ido eliminando”, abunda su compañera Arroyo, que dirige a la segunda clasificada de Primera tras el hegemónico Barça. “Los clubes también saben que detrás del nombre de una mujer está la voluntad de dar un paso al frente a nivel social”.
Pese al estirón de las entrenadoras, el desequilibrio es aún grande. “Tienes que vivir situaciones en las que da la sensación de que hay que demostrar más que otros y rozar el 10 para que se te valore”, comenta Esteban, al frente del Valencia. Su colega del Villarreal se muestra también clara: “A los hombres seguramente se le piden menos requisitos. Lo que sé es que tiene que haber una igualdad de oportunidades”.
Es la confirmación de muchos años de trabajo en los que se han aprovechado oportunidadesNatalia Arroyo, entrenadora de la Real Sociedad
Iturregi apunta a otro motivo que durante mucho tiempo ha hecho las cosas más complicadas para ellas. “Es muy difícil vivir de esto. Muchas mujeres tienen sus trabajos y sus estudios, y quizá no ven una salida profesional aquí. Ahora esas salidas sí existen. Antes era impensable porque los entrenadores y entrenadoras que estaban en Primera femenina hace años no cobraban. Era un hobby”, advierte la preparadora del Athletic.
La conquista de espacios en la Liga femenina es evidente y, en el horizonte, aparece el objetivo de aparecer algún día en un banquillo de la Primera masculina. “Los clubes han de ver que no solo nos manejamos con el femenino, sino que nos manejamos en el entorno del fútbol. Para eso también hace falta que más jugadoras, tras retirarse, quieran seguir vinculadas al fútbol en los banquillos”, reclama Natalia Arroyo. Esteban considera que el momento en el que una mujer llegue a la Primera masculina será cuando “las barreras caigan”, aunque admite que ese objetivo “va a tardar”. Por su parte, Iturregi habla de “normalizar que se busque una persona capacitada” independientemente del género. “En muchos clubes quizá ni les pasa por la cabeza la posibilidad de que sea una entrenadora”, señala la entrenadora del Athletic.
”Yo no creo que los hombres en la categoría masculina tengan ningún problema con nosotras”, asegura Monforte, del Villarreal. “A mí muchas veces me dicen que si yo fuera entrenadora en el masculino, los hombres me respetarían muchísimo. Pero nos tendrían que dar la oportunidad. Es una cuestión de cambiar un poco el chip”. De momento, paso a paso, esta temporada han alcanzado una cifra récord en los banquillos de la Liga femenina.
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