El Atlético revive a la contra
Los de Simeone, con un temprano tanto de un buen João Félix, sufren y rematan a Osasuna con un golazo de Suárez desde 40 metros y otro de Correa
El Atlético mitigó el incendio que vive con una victoria más contundente que convincente. En el poco tiempo que fue superior se adelantó. Y cuando fue perdiendo fútbol para dominar, que fue rápido, supo sufrir mejor y sentenció con dos contragolpes de los que entusiasman a Simeone. Sobre todo el primero, fruto de un pase largo magistral de João Félix y de una definición genial de Luis Suárez para incrustar la pelota desde 40 metros con la pierna izquierda. El luso y el charrúa completaron una actuación acorde con lo que se les demanda cuando se reivindican, ser determinantes. Correa puso el ci...
El Atlético mitigó el incendio que vive con una victoria más contundente que convincente. En el poco tiempo que fue superior se adelantó. Y cuando fue perdiendo fútbol para dominar, que fue rápido, supo sufrir mejor y sentenció con dos contragolpes de los que entusiasman a Simeone. Sobre todo el primero, fruto de un pase largo magistral de João Félix y de una definición genial de Luis Suárez para incrustar la pelota desde 40 metros con la pierna izquierda. El luso y el charrúa completaron una actuación acorde con lo que se les demanda cuando se reivindican, ser determinantes. Correa puso el cierre a uno de los muchos partidos trascendentales que le restan al tocado campeón.
A cartilla leída después de la alarmante derrota contra el Levante, a Simeone y a sus futbolistas no les quedaba otra que al menos intentar una catarsis. Por parte del entrenador su propósito de enmienda más notable fue la alineación de Vrsaljko para no condenar a Llorente al lateral y una puesta en escena más ambiciosa. Del barnizado también formaron parte las inclusiones de Herrera, João Félix, Luis Suárez y el regreso de Carrasco tras superar la covid. Un Atlético más pintón que salió a buscar a Osasuna con la forzosa convicción e implicación colectiva tras escuchar el rapapolvo de la dirigencia el viernes. Duró poco ese aplomo, no más de un cuarto de hora, pero en ese espacio de tiempo le dio al Atlético para domar al equipo de Jagoba Arrasate y golpearle a los tres minutos. Un córner cerrado de Carrasco al primer palo lo porfió Luis Suárez con Sergio Herrera y el mal despeje de este lo reventó João Félix con una buena volea. Era un equipo más atrevido, con Savic arriesgando en la salida de la pelota y con el mexicano Herrera dándole hilo al juego. Lo mismo que Carrasco y João Félix, también empeñados en proseguir la continuidad con arabescos y regates.
En la medida en que Osasuna ajustó mejor la presión, la buena pinta del arranque del campeón se fue diluyendo. Intentaron los futbolistas de Simeone mantener ese inicio más pelotero, pero la pérdida creciente de balones terminó por abocarles al repliegue y a jugar más en largo. El equipo está como está.
El control pasó a Osasuna, que empujó más que jugó. Encontró poca profundidad en sus laterales, Nacho Vidal y Manu Sánchez. Tampoco el Chimy Ávila producía sus habituales revuelos en esa posición más escorada a la derecha en la que le ubica últimamente Arrasate. Las faltas laterales y los saques de esquina que generaron los rojillos pusieron a prueba uno de los grandes agujeros defensivos del Atlético en este curso. Al menos no encajó, como viene sucediendo. Aunque siguió evidenciando debilidades. Sobre todo con los centros abiertos. Curiosamente, los centrales del Atlético defienden peor estos que los cerrados. Budimir remató solo un globo abierto desde el banderín que dio en el palo tras haber tocado previamente en la espalda de Moncayola. Otro globo de dentro hacia fuera de Manu Sánchez lo empalmó Nacho Vidal en la frontal del área. El zurriagazo picudo se lo sacó Oblak como pudo metiendo el pecho con la rodilla en tierra.
Obra de arte
No mutó el aire del duelo en el arranque del segundo tiempo. Felipe reemplazó a Giménez, tocado, y Osasuna, bien anclado por Torró en el medio, salió a buscar el empate con la misma pujanza que falta de pericia. Inició un bombardeo de centros del que salió mal parado en un saque de esquina. La pelota le cayó en la frontal del área a João Félix y la puso milimétrica para la carrera de Suárez. Con Herrera fuera del marco, de su merma para correr contragolpes largos, Suárez tuvo que inventar un golpeo de genio. A la carrera y de zurda, aprovechó el bote para dibujar una parábola teledirigida a la escuadra de la desatendida portería.
La precisión de los dos ejecutores construyó un contragolpe estético y eficaz para satisfacción de Simeone. Un cabezazo de Budimir y un punterazo de Kike García al que respondió bien Oblak fueron los únicos apuros del meta esloveno. Simeone hasta se permitió cerrar el partido a la antigua usanza, metiendo a Kondogbia por Luis Suárez y a Hermoso por Carrasco, y terminar de matarlo con otro contragolpe bien armado por el canterano Javi Serrano, que cada vez que sale oposita a más minutos, y Koke, y rematado por Correa con un toque suave ante la salida de Herrera.
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