Adama vuelve al Barcelona
El club oficializa la llegada del extremo como cedido y se guarda una opción de compra al finalizar la temporada
Después de que se lesionara de nuevo Ansu Fati de gravedad -bíceps femoral izquierdo-, Xavi se reunió con la dirección deportiva azulgrana para solicitar tres piezas antes de cerrar el mercado invernal, siempre y cuando cuadraran las cuentas, casi todas supeditadas a la renovación de Dembélé o su marcha, pues el futbolista ha jugado al ratón y al gato y desde el club se han cansado de esperar, por más que todavía se puede cerrar la operación con el francés porque para Xavi es un extremo sin igual....
Después de que se lesionara de nuevo Ansu Fati de gravedad -bíceps femoral izquierdo-, Xavi se reunió con la dirección deportiva azulgrana para solicitar tres piezas antes de cerrar el mercado invernal, siempre y cuando cuadraran las cuentas, casi todas supeditadas a la renovación de Dembélé o su marcha, pues el futbolista ha jugado al ratón y al gato y desde el club se han cansado de esperar, por más que todavía se puede cerrar la operación con el francés porque para Xavi es un extremo sin igual. No parece probable, sin embargo, que el jugador acepte ahora una rebaja salarial, por lo que su salida está en camino y el club le ha pedido que presente ofertas sino quiere quedarse en la grada hasta finalizar la temporada. Más que nada porque el Barcelona ha sellado un acuerdo con el Wolverhampton para traer cedido a Adama Traoré (Hospitalet; Barcelona; 26 años) hasta final de curso -así lo ha oficializado este sábado-, además de guardarse una opción de compra de unos 30 millones y un contrato venidero de cuatro temporadas. Este viernes pasó la revisión médica y se le presentará, presumiblemente, al inicio de la próxima semana. Un viaje de ida y vuelta para Adama como ocurriera con Piqué, Cesc, Deulofeu y Eric García, pues el atacante se crio en La Masia. Así lo ha querido Xavi, que ya lo llevó una vez a casa.
Eso fue justo el día después de que Adama se estrenara como goleador con el Barcelona en 2014, en un duelo copero ante el Huesca y con Luis Enrique en el banquillo. Acabado el entrenamiento, Xavi se encontró al jugador en la calle camino del del metro, pues el joven extremo acababa de cumplir la mayoría de edad. “Sube al coche que te llevo a casa”, le dijo el entonces capitán del equipo. Y así lo ha repetido ahora, de la Premier al Camp Nou. “Quiero seguir creciendo como jugador y ayudar al equipo al máximo sabiendo lo que quiera el míster, que es una leyenda del club. Agradecerle la confianza y devolvérsela en el terreno de juego”, resolvió Adama después de hacerse oficial el fichaje.
La familia de Adama, de padres malienses, se instaló en Barcelona en la década de los 80. Unos años más tarde, el niño pedía a gritos competir al mayor nivel posible en el fútbol, primero en la escuela del Espanyol y ya con ocho años en La Masia. Lugar donde se curtió y formó hasta conquistar la Youth League (2014) y llegar a sorbos al primer equipo, bautizado por el Tata Martino y llamado al año siguiente por Luis Enrique en otras tres ocasiones para completar de azulgrana 93 minutos en cuatro encuentros. Uno de Liga, otro de Champions y dos más de Copa. “No salí de la mejor manera, pero no guardo rencor y si me llamaran…”, vino a reflexionar el futbolista no hace mucho en una entrevista. Deseo que le trasladó a Jorge Mendes, su agente; deseo cumplido.
Otro éxito y operación de Mendes en el Barcelona, amigo personal de Joan Laporta que ya lleva a Ansu Fati y Balde en el primer equipo, ahora también a Adama. Su figura, además, ha sido clave para acercar posturas con el club inglés, que tiene a Trincão entre sus filas -cedido por el Barça y con la exigencia de comprarlo por 30 millones o al menos pagar una indemnización de seis si no ejecuta la cláusula- y parece que será la moneda de cambio al acabar el curso. Por lo que el extremo cierra el círculo en azulgrana, aunque no sea la mejor de las noticias para Abde ni Ferran Jutglà porque se caerán del once del mismo modo que también lo harán de la Europa League porque el club solo puede inscribir a tres jugadores nuevos. A saber: Alves, Ferran Torres y Adama. Queda por ver qué ocurre si llegan más refuerzos.
Adama se marchó en 2015 al Aston Villa por 10 millones fijos más dos en variables. Aunque solo duró un curso porque el equipo descendió y lo fichó el Middlesbrough, donde consiguió ganarse un nombre como un excelente regateador -este año, sin ir más lejos, es el segundo mejor de Europa en la estadística al realizar con éxito 83 de los 102 quiebros que ha intentado, solo por detrás de Allan Saint-Maximin, del Newcastle (91 de 145)- también un velocista puro de difícil detención por su explosividad y fortaleza física. En 2018, firmó por los Wolves y también llegó a la selección en la tercera convocatoria -en la primera se lesionó y en la segunda sufrió la covid- para ahora regresar a casa, ya de azulgrana. Precisamente, jugar en el Barcelona, considera, le acerca también a la selección. Sobre todo porque ha perdido protagonismo este curso con los Wolves, con un solo un gol y sin ninguna asistencia en los 23 duelos que ha disputado. Aunque solo ha salido 11 veces de la partida, por detrás habitualmente de Trincão.
Por lo que Xavi ya tiene a una de las tres piezas que quería. Aguarda, en cualquier caso, a otro delantero -Morata, aunque las posturas siguen lejos- y un lateral izquierdo -Grimaldo, del Benfica, que sería una operación muy similar a la de Adama- como competencia para Jordi Alba. Aunque para ello, la llave es Dembélé porque sin su venta sería imposible cuadrar el juego limpio financiero.
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