Yabusele funde a un Baskonia a contrapié
El Real Madrid, impulsado por el francés en ausencia de Tavares, impone su intensidad y acierto ante el cuadro vitoriano, lastrado por sus dos semanas de inactividad (89-74). Regresa Thompkins tras ocho meses fuera y luce Randolph
En tiempos de incertidumbres, calendarios descabalados, ausencias sobrevenidas, dinámicas interrumpidas, y rodajes por retomar, el Real Madrid superó con intensidad y puntería a un Baskonia fuera de forma y de foco. Siempre a contrapié, el conjunto vitoriano pagó sus dos semanas de inactividad y fue incapaz de contener el ansia competitiva de Yabusele (17 puntos, 13 de ellos en los primeros ocho minutos, ocho rebotes y 27 de valoración). Lo...
En tiempos de incertidumbres, calendarios descabalados, ausencias sobrevenidas, dinámicas interrumpidas, y rodajes por retomar, el Real Madrid superó con intensidad y puntería a un Baskonia fuera de forma y de foco. Siempre a contrapié, el conjunto vitoriano pagó sus dos semanas de inactividad y fue incapaz de contener el ansia competitiva de Yabusele (17 puntos, 13 de ellos en los primeros ocho minutos, ocho rebotes y 27 de valoración). Los de Laso gestionaron con aplicación y solvencia un encuentro sin sobresaltos, en el que el técnico madridista aprovechó la holgura del marcador para recuperar a Thompkins (notable en su regreso, con 10 puntos en 12 minutos) y dar carrete a Randolph (13 puntos y 12 rebotes en 12 minutos) y Abalde (15 puntos). Sin Tavares (baja de última hora), el Madrid ganó el rebote (40-22) e impuso su solidez a pista completa. Fue la 15ª victoria de los blancos (la 10ª en casa) en 18 partidos disputados de la Euroliga. El Baskonia, con siete triunfos y 12 derrotas, se queda en la parte baja de la tabla aunque a solo dos victorias de los puestos de playoff.
Era el primer partido del año para el Baskonia (que no competía desde su contundente triunfo ante el Barça el 30 de diciembre en Vitoria) y el regreso del Madrid a la competición continental tras la gesta en la víspera de Nochebuena ante el CSKA (cuando los blancos lograron el triunfo con 11 bajas en la plantilla y tres júniors debutantes en el equipo). Después, el conjunto de Laso registró los aplazamientos de sus partidos ante el Fenerbahçe, Unics y Estrella Roja, por positivos en los equipos rivales —dos le faltan también al Baskonia, ante Maccabi y Efes, en este caso por el brote que sufrió el cuadro baskonista—. Una secuencia que no termina de cesar en el Madrid, que conoció el positivo de Rudy Fernández el jueves y el de Tavares apenas una hora antes del partido. Tan solo Williams-Goss, Abalde y Thompkins se han librado del contagio en el parte médico madridista del último mes, en plena ola de ómicron. Precisamente Thompkins (fuera de juego desde la eliminatoria de cuartos del curso pasado ante el Efes, allá por mayo) fue la principal novedad en la convocatoria local. Pero, antes de tener que probar a Thompkins y sin echar de menos a Tavares, los blancos se lanzaron con determinación a por el triunfo 330 en 500 partidos de la Euroliga (desde el año 2000).
El Madrid firmó una aplicada puesta en escena, con un cinco de cinco en tiros de campo y tres triples consecutivos (de Abalde, Yabusele y Taylor). Y, con Yabusele como ariete (13 puntos, cuatro rebotes y una asistencia en apenas ocho minutos), el conjunto de Laso cogió carrerilla y retrató el destemple baskonista con un parcial de 23-11 en ese tramo de ebullición de Yabusele. Baldwin y Sedekerskis se pusieron a remar, pero no consiguieron sumar efectivos a la causa. Otra canasta de Yabusele y un triple de Heurtel ampliaron la hucha de los locales (32-21, m. 12). Y, en ese momento, ocho meses después de aquella artroscopia que no parecía para tanto, Thompkins volvió a la competición oficial. El estadounidense compensó la inactividad con buen pulso y se presentó con cinco puntos en tres minutos ante un Baskonia que, para entonces, seguía a contrapié (39-28, m. 16). El conjunto de Spahija se metió en un atolladero de espesura en ataque y descontrol en defensa. La producción anotadora del Madrid alcanzó los 50 puntos justo antes del viaje a los vestuarios, a una media simétrica de 25 puntos por cuarto. El dominio en el rebote (17-8), la mayor intensidad y dinamismo, y el acierto en el tiro marcaron el despegue de los de Laso (50-35, m. 20).
El Baskonia apenas reaccionó en la reanudación a pesar del repaso de cartilla de Neven Spahija en el entreacto. El cuadro vitoriano no encontró ni la firmeza ni la constancia para competir con un Madrid impulsado siempre por la voracidad de Yabusele, ávido por celebrar su renovación hasta 2025. La percusión del ala-pívot francés marcó la rotunda superioridad de los blancos (59-39, m. 24). Un triple de Baldwin y dos de Costello reanimaron durante unos instantes al Baskonia. Pero entre Randolph (a punto y rebote por minuto en pista) y Abalde (ejerciendo de base con autoridad) mantuvieron el pulso y gestionaron sin apuros la renta madridista. Del 61-48 al 69-50 al final del tercer cuarto. Del 75-64 a falta de cuatro minutos, al 89-74 definitivo. Otro ejercicio de solidez del Madrid de Laso que, tras superar a un Baskonia desajustado, se queda segundo en la clasificación, a un triunfo del liderato del Barça y con dos partidos jugados menos que el conjunto azulgrana.
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