España escapa del enredo checo

La selección debuta en el Europeo con victoria (28-26) ante un pegajoso rival antes de encarar el sábado un duelo clave ante Suecia, la subcampeona del mundo

Eduardo Gurbindo, en una acción del partido contra la República Checa.MARTIN DIVISEK (EFE)

España debutó en el Europeo como todo el mundo daba por descontado, derrotando a la República Checa (siempre la había ganado), pero con más suspense del esperado. La selección, a la que le costó coger temperatura, se vio atascada en la segunda parte por un rival que le llevó al barro. Las paradas de Tomas Mrkva (17 y 40% de eficacia), el jugador del partido, sumado a las interrupciones, protestas y la contundencia defensiva checa trastabillaron a los Hispanos, que tuvieron que emplearse hasta el último minu...

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España debutó en el Europeo como todo el mundo daba por descontado, derrotando a la República Checa (siempre la había ganado), pero con más suspense del esperado. La selección, a la que le costó coger temperatura, se vio atascada en la segunda parte por un rival que le llevó al barro. Las paradas de Tomas Mrkva (17 y 40% de eficacia), el jugador del partido, sumado a las interrupciones, protestas y la contundencia defensiva checa trastabillaron a los Hispanos, que tuvieron que emplearse hasta el último minuto para sacudirse la incomodidad.

Es habitual que los muchachos de Jordi Ribera circulen en este tipo de torneos de menos a más. Incluso recomendable. La incógnita esta vez es si lo podrá repetir con tanto cambio en la lista. En el estreno, de las cinco caras nuevas se vieron solo a tres: Ian Tarrafeta resultó más punzante en el inicio, a Agustín Casado le llevó un rato aparecer aunque luego dejó dos tantos seguidos en el tramo final (uno maravilloso de espaldas), e Iñaki Peciña fue la apuesta de arranque en el centro de la defensa junto a Gedeón Guardiola.

Cumplido con lo exigido, a España le aguarda este sábado el primer día clave, su enfrentamiento con Suecia, la subcampeona del mundo (20.30, Tdp). El pase a la segunda ronda parece al alcance, pero hacerlo con puntos (solo se arrastran los que se consiguen ante los conjuntos que también superan fase) resulta decisivo a la hora de aspirar a las semifinales, un objetivo que se consigue palada a palada desde el primer día.

Diez minutos le llevó a España tomarle las pulsaciones al Europeo. Nada grave, en todo caso. El exiguo 2-4 a esas alturas hablaba de una selección sin ritmo en ataque y que, además, se encontró con un Mrkva muy afinado, con cinco intervenciones en los siete primeros lanzamientos. La respuesta de la vigente campeona vino de la única manera en la que es posible enderezarse en este tipo de torneos, desde la defensa y la portería. Atrás ajustó los tornillos y Pérez de Vargas también empezó a parar.

Un parcial de 7-1 en los siguientes diez minutos estabilizó la tarde a favor de los muchachos de Ribera que, sin gran brillo pero con mejor cuerpo, comenzaron a dominar. Los problemas eran ya de la República Checa, por sus pérdidas y fallos en ataque, y las dos exclusiones que arrastraba una de sus referencias, Kasparek. Con las recuperaciones atrás y el plan checo de prescindir del portero, España pudo ir sumando goles con más facilidad. A la faena también ayudó Gurbindo, que durante muchos minutos fue el más lúcido.

El descanso devolvió al mismo Mrvka del inicio. El guardameta frenó la escalada de España, que pronto se vio atrapada en un fragor que no le vino nada bien. Cuanta más confusión, mejor para la República Checa, que incluso llegó a sacar réditos con tres jugadores menos. El 20-19 a falta de 12 minutos advirtió de que ya no era posible la victoria de carril para la selección.

“Hay que sufrir”, escupió el corro de los Hispanos en un tiempo muerto. No se equivocó el que lo gritó. A cada intento de demarraje de España respondían los checos con un mini parcial que mantenía todo en el aire. El partido siempre estuvo en las manos de los Hispanos, aunque con una incomodidad manifiesta. Al final, Antonio García, uno de esos veteranos de los que sigue tirando Ribera, certificó el triunfo en una tarde más pegajosa de lo previsto.

España, 28 - República Checa, 26

España: Pérez de Vargas (1); Aleix Gómez (4, 3p), Maqueda (2), Guardiola (-), Peciña (-), García (3) y Fernández (3) -equipo inicial- Corrales (ps), Gurbindo (6), Solé (2), Figueras (3), Cañellas (1), Casado (2), Ariño (), Tarrafeta (1) y Sánchez-Migallón ()

República Checa: Mrkva; Jurka (1), Kasparek (3), Babak (5), Becvar (1), Hrstka (6, 3p) y Reichl (3) -equipo inicial- Mizera (ps), Piroch (2), Cip (1), Petrovsky (2), Vanco (-), Klima (-), Patzel (1), Solak (1) y Franc (-)

Marcador cada cinco minutos: 1-1, 2-4, 5-4, 9-7, 12-9 y 14-11 (Descanso) 15-13, 17-15, 20-16, 21-19, 25-22 y 28-26 (Final)

Árbitros: Pavicevic y Raznatovic. Excluyeron por dos minutos a Cañellas, Peciña, Kasparek (2), Franc, Petrovsky, Becvar, Patzel y Solak.

Ondrej Nepela Arena de Bratislava.


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