El Barça jugará fuera del Camp Nou en la temporada 2023-2024

El proyecto del nuevo estadio se votará en el primer referéndum digital de la historia del club y tendrá un coste de 1.500 millones de euros

Ferran Reverter, director general del Barcelona.REUTERS

El Barcelona jugará fuera del Camp Nou en la temporada 2023-2024, si el próximo 19 de diciembre, en el primer referéndum telemático en la historia del club, los socios de la entidad catalana ratifican el Espai Barça, la remodelación del estadio y de la zona deportiva a su alrededor. Un proyecto que tendrá un coste de 1.500 millones de euros, ya aprobado en la última asamblea de compromisarios el pasado 23 de octubre. “¿Qué pasará si el soci...

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El Barcelona jugará fuera del Camp Nou en la temporada 2023-2024, si el próximo 19 de diciembre, en el primer referéndum telemático en la historia del club, los socios de la entidad catalana ratifican el Espai Barça, la remodelación del estadio y de la zona deportiva a su alrededor. Un proyecto que tendrá un coste de 1.500 millones de euros, ya aprobado en la última asamblea de compromisarios el pasado 23 de octubre. “¿Qué pasará si el socio vota que no?”, le preguntaron a Ferran Reverter, director general del Barça. “No quiero ser catastrofista, pero sería muy malo para el club. El estadio está en muy malas condiciones. No puede seguir pasando lo del partido del Benfica. Algunos espectadores sufrieron cascadas de agua como consecuencia de la lluvia. Eso es intolerable. Nuestro socio lo entenderá y apoyará la decisión”, respondió Reverter.

La idea del club es comenzar las obras en la temporada 2022-2023. En esta primera etapa se trabajará en el nuevo estadio, pero el equipo podrá seguir compitiendo en el Camp Nou. Al año siguiente, el Barça se deberá mudar. “Haríamos un sistema un poco parecido al del Athletic. Sería rotativo para los socios. Al principio no tocaríamos la parte de tribuna. Aún estamos evaluando dónde iremos a jugar el segundo año”, explicó el director general. El primer equipo podrá regresar al Camp Nou a partir de la tercera temporada de obras, que, en principio, tendrán una duración de cuatro años. “No saldremos del círculo urbano de Barcelona. Una opción es la de Montjuïc, pero estamos valorando opciones internas y queremos jugar lo máximo posible en casa”, apuntó Reverter.

La directiva de Joan Laporta entiende que el club no puede retrasar más el comienzo del Espai Barça. “Muchos clubes han ido haciendo los deberes en todo el mundo. Y en España siete de los nueve estadios con más de 40.000 espectadores ya han sido reformados”, contó Reverter, en referencia a los campos del Athletic, Real Sociedad, Espanyol, Atlético de Madrid, Betis y Sevilla, al que se les suma el del Real Madrid, que ya está en la recta final de las obras.

“Vamos más de 15 años tarde. En 2003 ya se propuso. El club ha ingresado más de 9.000 millones, pero prácticamente nada ha ido a transformar nuestras infraestructuras, que son indispensables para la viabilidad del club”, dijo Reverter. El Barça, en los últimos años, invirtió 145 millones en la demolición del Mini, la construcción del Johan Cruyff y en pequeñas obras en el Camp Nou. “Si queremos desarrollar proyectos futuros, hay que invertir en el Espai Barça. Lo importante es tener un gran proyecto, el dinero ya lo iremos a buscar. Queremos pedir 1.500 millones de euros a devolver en 35 años. Los cinco primeros, de carencia. No se empezará a pagar hasta que se acaben las obras”, expuso Reverter.

El ejecutivo del Barça confía también en cerrar un acuerdo de naming rights (dar un nombre comercial al estadio): “Es mejor cerrarlos cuanto antes porque te da credibilidad. Está bastante avanzado el tema. Estamos barajando distintas ofertas, que van de 10 a 20 años. Será de, aproximadamente, 400 millones”.

Según el director general azulgrana, el Barcelona ingresará cerca de 200 millones extra por temporada gracias al nuevo estadio. Un 67% más de lo que genera el Camp Nou en la actualidad. “Es una expectativa moderada”, insistió. El Arsenal, por ejemplo, gracias al remodelado Emirates aumentó su facturación en un 200%. El Bayern, en cambio, un 50%. El club alemán, sin embargo, construyó su casa en las afueras de Múnich. “Estando en el centro generamos dinero el día de partido, pero también durante la semana. Está el Museo, la tienda y un espacio gastronómico”, concluyó Ferran Reverter.

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