Muguruza descose a Badosa
La caraqueña, con un tenis agresivo y derechazos de fuego, somete a la rival para clasificarse a la final de la Copa de Maestras
Antes de que empezara el partido, mientras se hacían la foto antes del partido a la altura de la red, Badosa sonreía y Muguruza mostraba un semblante serio. Una hora y media después, fue lo contrario porque Garbiñe se llevó el encuentro sin paliativos, finalista de la Copa de Maestras.
Salió como una fiera Garbiñe Muguruza a la pista, concienciada de que no quería estirar los puntos sino que debía tener la iniciativa. Primeros servicios ajustados y derechazos profundos y agresivos. Un tenis bien plano que incomodó a Bado...
Antes de que empezara el partido, mientras se hacían la foto antes del partido a la altura de la red, Badosa sonreía y Muguruza mostraba un semblante serio. Una hora y media después, fue lo contrario porque Garbiñe se llevó el encuentro sin paliativos, finalista de la Copa de Maestras.
Salió como una fiera Garbiñe Muguruza a la pista, concienciada de que no quería estirar los puntos sino que debía tener la iniciativa. Primeros servicios ajustados y derechazos profundos y agresivos. Un tenis bien plano que incomodó a Badosa sobremanera, pues le costó horrores entrar en juego porque no pudo imponer su ley y porque los nervios también le jugaron una mala pasada. Así, le bastó a Muguruza con romper un servicio en el primer set y mantener su saque para imponerse en el primer set. Poco pudo decir Badosa, que jugaba a lo que dictaba su rival y que en las pocas ocasiones que disfrutaba de la iniciativa se le encogía el brazo. El primer set acabó con un rotundo 6-3 para Garbiñe.
“¡No estoy, no estoy!”, se gritaba Badosa al sentarse en su silla, ya con un set en contra al tiempo que se pegaba una bofetada en la cabeza. Desde la esquina, su cuerpo técnico le animaba, pues le queda partido. Pero, realmente, Badosa no estaba… Parecía que le podía la presión, también el tenis de una Muguruza que no se salió ni un ápice de su tenis-ciclón. Otra rotura del servicio, otro derechazo, otro revés profundo, otro servicio con fuego… “¡No me puedo mover!”, vociferaba de nuevo Badosa, tampoco la cabeza... Porque con 2-0 disfrutó de tres bolas de break y no acabó por festejar ninguna. Aguantó la embestida momentánea Garbiñe y puso tierra de por medio. Tanta, que ya no volvió a ver amenazado su triunfo. Uno que explicó que Garbiñe agresiva y atinada tiene pocas rivales que le aguanten. Bien lo sufrió Badosa. 6-3 en el segundo set y clasificada para la final de la Copa de Maestras, hito que alcanzó Arancha Sánchez Vicario en 1993, entonces derrotada por Steffi Graf.
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