Y en Turín, Djokovic contra todos
El serbio, que aspira a alcanzar los seis títulos maestros de Federer, iguala ante Ruud (7-6 y 6-2) la cifra de triunfos de Lendl en el torneo y luce el número uno
Coge Novak Djokovic el trofeo que le acredita como número uno al cierre del curso como quien toma a un niño en brazos. El serbio, que ha resuelto el estreno contra el debutante Casper Rudd después de un primer set peliagudo y de una continuación casi a placer (7-6(4) y 6-2), besa el metal y lo eleva orgulloso porque, al fin y al cabo, así lo dice, compite para ganarlo todo y esta es la séptima vez que concluirá el año en lo más alto del ranking. Es decir, otra plusmarca en el bolsillo.
Su pr...
Coge Novak Djokovic el trofeo que le acredita como número uno al cierre del curso como quien toma a un niño en brazos. El serbio, que ha resuelto el estreno contra el debutante Casper Rudd después de un primer set peliagudo y de una continuación casi a placer (7-6(4) y 6-2), besa el metal y lo eleva orgulloso porque, al fin y al cabo, así lo dice, compite para ganarlo todo y esta es la séptima vez que concluirá el año en lo más alto del ranking. Es decir, otra plusmarca en el bolsillo.
Su primera intervención en Turín, después de 12 años en la sede de Londres, deja el mismo buen poso que ofreció su paso por París-Bercy la semana pasada, aunque en el parlamento de rigor desliza una frase que genera confusión –”espero jugar al tenis todavía un par de años”– y luego corrige ante los periodistas: “Quería decir que espero poder jugar dos años al más alto nivel; creo que puedo hacerlo y sería genial. No tenga una fecha [para la retirada] en la mente, pero no me quiero poner límites. Soy el número uno y no tengo ningún motivo para pensar en la posibilidad de dejarlo”.
Saca pecho Nole, que a sus 34 años irrumpe en esta edición como el indiscutible rival a batir, más allá de que Daniil Medvedev defienda el título obtenido hace un año y de que el ruso le tumbase en la final del US Open y le rebatiera con firmeza la semana pasada en Bercy. Sin Rafael Nadal (lesión en el pie izquierdo) ni Roger Federer (rodilla derecha), él marca el paso en un torneo que ha rebajado significativamente la media de edad, rodeado ahora el serbio por siete veinteañeros: Medvedev (25), Berrettini (25), Zverev (24), Rublev (24, este lunes doble 6-4 a Tstisipas), Hurkacz (24) y Ruud (22).
Ganador de tres grandes, otros dos torneos (Belgrado y Bercy) y habiendo recuperado el récord en los Masters 1000, con 37 festejos, el balcánico igualó ayer la cifra de triunfos (39) de Ivan Lendl en el Masters, por lo que solo tiene por delante a Federer (59). El suizo, precisamente, es su gran objetivo, puesto que hoy por hoy Nole solo piensa en proclamarse campeón el domingo e igualar así el récord de seis coronas. “Llego a un gran nivel”, advertía en la antesala del torneo. Y volvió a refrendarlo ante el primerizo Ruud.
“Pensé que tras lo del US Open ya no sería el mismo, porque una derrota así hubiese podido conmigo, con McEnroe, Borg y muchos otros jugadores. Es sobrehumano”, expresó el sueco Mats Wilander a través de Eurosport, mientras Nole saboreaba este lunes su último galardón y la noche anterior, a grito pelado, la clasificación de Serbia para el Mundial de fútbol.
Entretanto, después de resolver su debut fue preguntado por el éxito reciente del murciano Carlos Alcaraz en la Copa de Maestros de las promesas, y no escatimó: “Lo que ha logrado este año es impresionante e histórico. Es muy joven y ya es top-30, ha ganado en Milán y ha demostrado una gran madurez para alguien de 18 años. Es increíble cómo juega y también su comportamiento fuera de la pista”.
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