Hamilton se rebela contra todo

En una enrabietada remontada desde la décima plaza de salida, el británico logra su sexto triunfo y hace inútil la defensa de Verstappen

Lewis Hamilton, durante el Gran Premio de Brasil.CARL DE SOUZA (AFP)

Lewis Hamilton se rebeló contra los elementos este fin de semana en Brasil, donde todo parecía vaticinar el principio del fin para Mercedes y su Elvis Presley particular, que sin embargo le dio la vuelta a una situación casi terminal para salir más vivo que nunca en el duelo por el título que protagoniza con Max Verstappen, su heredero más reconocible. Antes incluso de subirse al coche para la primera sesión de ensayos libres de...

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Lewis Hamilton se rebeló contra los elementos este fin de semana en Brasil, donde todo parecía vaticinar el principio del fin para Mercedes y su Elvis Presley particular, que sin embargo le dio la vuelta a una situación casi terminal para salir más vivo que nunca en el duelo por el título que protagoniza con Max Verstappen, su heredero más reconocible. Antes incluso de subirse al coche para la primera sesión de ensayos libres del viernes, el actual campeón ya sabía que en ningún caso podría arrancar desde la pole al arrastrar una sanción de cinco posiciones que se le aplicarían en la parrilla de salida, por recurrir a la quinta unidad de potencia cuando el reglamento contempla solo tres. Por si eso fuera poco en su cara a cara con el fenómeno de Red Bull, una irregularidad en el alerón trasero móvil (DRS) de su monoplaza le supuso su descalificación, y la obligación de salir el último en la carrera al sprint del sábado. Las 15 plazas que recuperó fueron el aperitivo de lo que vendría el domingo. En un arrebato de furia y rabia, Hamilton firmó una de las mayores exhibiciones de su trayectoria deportiva, en una apoteósica remontada desde el décimo puesto y con un intercambio de golpes antológico con Verstappen.

Ni el holandés volador ni tampoco los comisarios, tan tiquismiquis en la previa como permisivos durante la prueba, fueron capaces de contener el enrabietado ataque del indiscutible líder de Mercedes, un auténtico vendaval, más afilado y centrado que nunca, agresivo en algunos momentos y paciente en otros, siempre enfocado en su objetivo, que no era otro que ganar o ganar. Antes de este gran premio, el primero de los cuatro últimos del curso, la inercia de Red Bull y Verstappen —dos victorias consecutivas— llevaba a intuir que la tropa del búfalo rojo estaba en la mejor predisposición para coronarse, probablemente en Abu Dabi, ya casi por Navidad. La demostración de fuerza de Hamilton lo cambia todo, dado que no solo deja en 14 puntos el margen a favor de Mad Max, sino que también pone en duda la superioridad mostrada por el bólido del búfalo rojo en las últimas citas del calendario.

Movido por el fuego que le ardía en su interior, el multicampeón empezó a culebrear por entre el pelotón desde que los semáforos se apagaron. Cruzó el sexto la primera vuelta cuando había salido el décimo; el quinto la tercera y el tercero la quinta, una vez que Valtteri Bottas, su vecino en el taller del fabricante alemán, se echó a un lado sin rechistar. Un respiro y a por Checo Pérez, a quien se fue acercando y finalmente abrasó, por fuera (vuelta 19), para recolocarse a cola de Verstappen, consciente de que esta vez lo iba a tener peludo por lo civil, así que tiró por lo criminal.

Dos zonas de DRS

En una maniobra difícilmente justificable, el chico de Hasselt bloqueó el intento de adelantamiento de su rival, a quien llevó fuera de los márgenes de la pista (vuelta 48), una acción que sorprendentemente ni siquiera fue investigada. “¡Claro que no, hombre!”, tiró de ironía Hamilton, que en ningún momento dejó que eso le desestabilizara.

Una vez se recompuso para volver a la carga, el corredor de Stevenage coció a su oponente a fuego lento para lanzarse una segunda andanada (vuelta 59), esta vez sin darle opción a réplica, en una secuencia de rechupete; con dos zonas de DRS de por medio y una frenada brutal, el buque insignia de las Flechas de Plata cogió la batuta y no la dejó hasta cruzar la meta, completamente eufórico, para celebrar su sexto triunfo de este 2021 como si fuera el primero de su palmarés, en el que ya acumula 101.

“Este ha sido uno de los fines de semana más difíciles de mi vida. Antes de llegar aquí pensé que no íbamos a poder reducir la desventaja [con Red Bull]. Pero eso demuestra que no tenemos que rendirnos nunca”, resumió Lewis Hamilton, tan sobrado que le sacó más de 10 segundos a su rival. Bottas completó el podio; Carlos Sainz finalizó el sexto y Fernando Alonso, el noveno. El Mundial está más encendido que nunca.

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