Koeman: “Se nos tiene que exigir ganar estos partidos”
El entrenador es increpado por algunos aficionados a la salida en coche del Camp Nou
”Cuando se cae en un clásico, se pierde algo más que tres puntos”, lamentó Ronald Koeman. Desde que llegó al Barcelona, el neerlandés ha medido en tres oportunidades al Real Madrid. Ha caído en todos los partidos. Koeman ha igualado la marca (negativa) del irlandés Patrick O’Connell, que perdió sus tres primeros clásicos cuando dirigía al cuadro azulgrana entre 1935 y 1940. Pero el derrumbe del Barcelona no es solo frente a su eterno rival. Esta temporada, el Barça...
”Cuando se cae en un clásico, se pierde algo más que tres puntos”, lamentó Ronald Koeman. Desde que llegó al Barcelona, el neerlandés ha medido en tres oportunidades al Real Madrid. Ha caído en todos los partidos. Koeman ha igualado la marca (negativa) del irlandés Patrick O’Connell, que perdió sus tres primeros clásicos cuando dirigía al cuadro azulgrana entre 1935 y 1940. Pero el derrumbe del Barcelona no es solo frente a su eterno rival. Esta temporada, el Barça cayó ante el Bayern (0-3), el Benfica (3-0), el Atlético (2-0) y el Madrid (1-2). “Se nos tiene que exigir ganar estos partidos”, apuntó Koeman. Defendió, en cualquier caso, que sus muchachos dieron un paso adelante en el clásico. “En el partido de hoy demostramos que no fuimos inferiores al Madrid. Hemos mejorado y hemos demostrado que estamos más cerca de ganar un partido grande”, aseguró el técnico, que a su salida del Camp Nou fue abucheado por algunos aficionados que se agolparon alrededor de su vehículo. El club publicó luego un comunicado: “El FC Barcelona condena públicamente las acciones violentas y de desprecio que ha vivido nuestro entrenador a la salida del Camp Nou. El club tomará las medidas de seguridad y disciplinarias para que no vuelvan a suceder hechos tan lamentables”.
El capitán del Barcelona, Sergio Busquets, analizó el choque en la misma línea que su entrenador. “El resultado del partido ha sido demasiado castigo para los méritos que han hecho los dos equipos”, expuso el pivote. Koeman, por su parte, dividió el análisis del partido en dos. Según el técnico, el duelo cambió tras el paso por los vestuarios. “En la primera parte estuvimos bien. Controlamos bien el partido. Tuvimos una oportunidad muy grande y ha terminado 0-1″, dijo. Y añadió: “En el segundo tiempo, no creamos muchísimo peligro. Estoy decepcionado por el resultado, pero no por lo que hemos hecho”. El neerlandés, en cualquier caso, agradeció a la hinchada: “Entiendo que la gente pueda estar frustrada. Pero hemos tenido la ayuda del púbico hasta el último segundo del partido”.
Como si la memoria solo fuese capaz de recordar lo bueno, la víspera del clásico olvidó la pandemia. Los aficionados del Barcelona arrebataron las aceras y los bares, cerveza en mano, la mayoría sin mascarilla, a la espera del regreso del Madrid al Camp Nou. No todos, eso sí, recordaron lo que implicaba gestionar el tiempo antes de un clásico. Con 40.000 entradas a la venta (se facturaron 35.000), cuando ya habían pasado 15 minutos desde el inicio del duelo, el estadio del Barça todavía mostraba parte de su esqueleto, con largas colas para entrar al campo. La asistencia, finalmente, fue de 86.422 espectadores, la más baja en la Liga desde 1988 (70.000, con el título ya decidido).
Si el Barça sufre ante los grandes, el Madrid le tiene tomada la medida en el Camp Nou. En los últimos ocho clásicos en su estadio, el cuadro azulgrana se impuso en uno: en 2018, cuando con Ernesto Valverde en el banquillo venció por 5-1 y sentenció el final de Julen Lopetegui en el Madrid. Entonces, Lionel Messi, lesionado, no jugó. Ahora que el argentino mira el clásico desde París, su dorsal lo lleva el chico del futuro en el Barcelona: Ansu Fati.
Ansu, con molestias
El canterano, que terminó el duelo con molestias —”creo que no es algo de su rodilla y no creo que sea grave, ha jugado 70 minutos”, reveló el técnico—, está llamado a liderar una generación que este domingo comenzó a tomar el poder (al menos, el protagonismo) ante el Real Madrid. El Barça saltó al campo con un equipo con una media de edad de 25,09 años (27,90 era el promedio de los muchachos de Carlo Ancelotti), con cinco jugadores menores de 22 años, entre ellos, por supuesto, Ansu Fati (18) y Gavi, que se convirtió en el tercer azulgrana más joven en estrenarse en un clásico (17 años y 80 días). “Es un equipo joven y tenemos que coger experiencia”, sostuvo Busquets. “El Barça está en reconstrucción. No tiene la pegada de antes”, analizó Ramón Planes, secretario técnico azulgrana.
El Barcelona intentó 25 centros con el balón en juego; el Madrid, dos. “Ese dato significa que hemos tenido mucho el balón (52% de posesión), pero que todavía nos falta mejorar cosas”, defendió Koeman. “El equipo poco a poco está creciendo. A ver si recuperamos pronto a Ousmane, [Dembélé] que nos va a dar muchas cosas”, cerró Busquets.
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