Un Valencia menguante rasca un empate con dos goles en el descuento

Un remate acrobático de Gayà en el minuto 98 amarga a un Mallorca que jugó con diez desde el 55

Jose Luis Gayà celebra el 2-2 del Valencia ante el Mallorca.J.M. FERNANDEZ (GTRES)

Un remate mitad acrobático y mitad desesperado, también épico y cargado de corazón, del capitán José Luis Gayà rascó un punto en el minuto 98 para el Valencia, metido en un zarzal frente a un rival menor, aunque mejor organizado, que se cayó en el tiempo de prolongación jugando con diez desde el 55 por la expulsión de Kang In. No obstante, y pese al empujón final, la efervescencia que provocó Pepe Bordalás se desvanece. Sexta jornada consecutiva ...

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Un remate mitad acrobático y mitad desesperado, también épico y cargado de corazón, del capitán José Luis Gayà rascó un punto en el minuto 98 para el Valencia, metido en un zarzal frente a un rival menor, aunque mejor organizado, que se cayó en el tiempo de prolongación jugando con diez desde el 55 por la expulsión de Kang In. No obstante, y pese al empujón final, la efervescencia que provocó Pepe Bordalás se desvanece. Sexta jornada consecutiva sin ganar del Valencia. Mientras, la Liga sigue siendo cruel con el Mallorca.

La carga de minutos, el aluvión de lesiones y la jornada intersemanal del miércoles llevaron a Bordalás a diseñar un once con jugadores ausentes, caso de Carlos Soler, Hugo Guillamón y Omar Alderete, y otros inesperados, como el portugués Hélder Costa. Esa mezcla no salió bien.

El choque presentaba el regreso de Kang In Lee a Mestalla, que se marchó este verano a la isla sin coste alguno para los bermellones. El regalo de Meriton al Mallorca encendió la traca a la media hora de juego. Iddrisu Baba, con su despliegue habitual, se anticipó a Racic frente a la zona de banquillos. El balón salió escupido hacia la línea de banda, pero mientras Racic se quedó inmóvil y pasivo, Baba esprintó, impidió que la pelota saliese y se la entregó a Kang In, que hizo estragos en el área blanquinegra. Escorado a la izquierda, pegado a la línea de cal, fue derribando oponentes. En su escalada cayeron Racic y Diakhaby, víctimas del talento del surcoreano, hipermotivado en su regreso a Mestalla, donde entiende que no creyeron en él. Después de jugar a los bolos con la defensa del Valencia, Kang In soltó el balón atrás para que Ángel, un ex de Bordalás, clavara a Cillessen.

En pleno desconcierto local, el segundo gol bermellón no tardó en llegar. Un balón largo de Baba, otra vez a la izquierda y a espaldas de la defensa, le dio otro capón a la zaga local. Ángel, Maffeo y Dani Rodríguez metieron el balón en el área y Diakhaby en su portería ante el estupor de Cillessen y de la grada.

Pasado de revoluciones, agraviado, y obsesionado por mostrar que en Valencia habían minimizado su ingenio, regalándolo en verano como si fuese un veterano crepuscular en vez de un proyecto de extraordinario futbolista, Kang In se fue a la calle en el minuto 55, expulsado por doble amarilla tras una fea entrada sobre Wass. La canción de su vuelta no pudo ser redonda. Hasta entonces, por detrás de Baba, fue el mejor de su equipo. Baba y Ruiz de Galarreta, la equilibrada pareja de mediocentros balear, se impusieron a los flojos centrocampistas locales.

La reacción del Valencia frente a un rival con diez jugadores se tradujo en varias oleadas ofensivas a partir del minuto 70 que condujeron al empate en el descuento. Antes, el empuje de sus jugadores no fue suficiente porque el Mallorca se defendió bien. En una de esas, Marcos André cabeceó a puerta, pero Valjent salvó cerca de la línea. Con Carlos Soler, Marcos André y Manu Vallejo el equipo se activó pero, diseñado para jugar a otra cosa, el partido se le hizo bola. La primera parada de Manolo Reina se produjo en el minuto 89. Cuatro minutos más tarde, en el descuento, un chut de Guedes lo embocó en su portería la cabeza de Russo. Luego, Marcos André, con su equipo cargando a la desesperada, solo ante Reina, decidió mal. El Valencia llegó tarde al partido, pero lo salvó en un remate acrobático el capitán Gayà como si fuera un nueve.

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