Dino Zoff: “Nunca sueño con grandes paradas”
El mítico portero italiano recuerda su época bajo los palos y reflexiona sobre el fútbol actual
Camino de los 80 años, la voz de Dino Zoff (Mariano del Friuli, Italia) suena sobria, segura y fiable. Tal y como fue su rendimiento en 22 años en la portería. La realidad es que casi todo en su longeva carrera profesional se coció a su debido tiempo. Como si no tuviera prisa. Creció más lentamente que sus coetáneos, circunstancia que le complicó sus primeros pasos entre los tres palos; llegó a la selección ya con 26 años para proclamarse campeón de la Eurocopa 68; a la Juventus con 30 para coleccionar títulos, y se proclamó ...
Camino de los 80 años, la voz de Dino Zoff (Mariano del Friuli, Italia) suena sobria, segura y fiable. Tal y como fue su rendimiento en 22 años en la portería. La realidad es que casi todo en su longeva carrera profesional se coció a su debido tiempo. Como si no tuviera prisa. Creció más lentamente que sus coetáneos, circunstancia que le complicó sus primeros pasos entre los tres palos; llegó a la selección ya con 26 años para proclamarse campeón de la Eurocopa 68; a la Juventus con 30 para coleccionar títulos, y se proclamó campeón del mundo en España 82 con 40 y 133 días, lo que le convierte en el jugador más veterano en levantar este trofeo y en el único italiano en haber conquistado Eurocopa y Campeonato del Mundo.
Entrenador, directivo y presidente (Lazio) después de colgar los guantes, Dino Zoff se mantiene como una de las grandes referencias del fútbol italiano. Sus juicios son valorados y sus opiniones tienen el peso de la reflexión del experto que siempre despejó las estridencias.
Pregunta. ¿Cómo es un día en la vida de una leyenda futbolística?
Respuesta. A la edad que tengo la tranquilidad preside todo. Todo muy simple. Tengo un club que me permite hacer un poco de actividad física todas las mañanas; luego leo el periódico, hago las necesidades que pueda tener la casa e intento pasar el tiempo lo más activo posible.
P. ¿Qué tiene de verdad la fábula de su infancia que recuerda que su abuela, Adelaide, le daba todos los días ocho huevos crudos para ayudarle en su crecimiento y que después de ser considerado bajito por los técnicos del Inter y la Juventus cuando tenía 14 años, creció 20 centímetros?
R. Lo de los huevos es verdad, pero fue en aquella etapa de crecimiento. Luego he seguido tomándolos, pero no tantos. Mi salud era extraordinaria cuando jugaba, ahora es la que es. Me fueron bien, desde luego. Era el secreto de mi abuela.
P. Paco Gento ha confesado alguna vez que alguna noche sueña con que sigue jugando al fútbol. ¿A usted le ha sucedido?
R. Sí, sí, pero prefiero que no me suceda porque siempre me vienen a la memoria partidos difíciles, goles que me metieron, vivencias poco simpáticas. Nunca recuerdo grandes paradas, solo experiencias difíciles.
P. Después de tantos años, ¿le falta el fútbol, la tensión, la pasión, la responsabilidad, los aficionados?
R. No lo echo de menos porque de otra manera lo sigo teniendo. Veo todo el fútbol que puedo. Hablo mucho mucho con los aficionados, también con los medios de comunicación. Sigo sintiendo ese ambiente, aunque ya no sea profesionalmente.
P. Cuarenta años después de su retirada, después de ser jugador, entrenador, dirigente… ¿Con qué etapa se queda?
R. La de jugador, evidentemente. Tanto por la edad que tenía entonces, como por las satisfacciones personales. De jugador el fútbol es tuyo, tomas las decisiones tú mismo, sin nadie que te diga nada. De entrenador y directivo es tuyo, y también de otra gente.
P. El fútbol italiano vuelve a pisar fuerte. La selección gana la Eurocopa y la Serie A es el campeonato en el que se marcan más goles de las cinco grandes Ligas.
R. El impulso importante de verdad lo ha dado la selección. Que se marquen más goles en el campeonato no es una situación para tener en cuenta. Italia tiene una generación óptima de jugadores. En fútbol nunca se vence sin grandes futbolistas y la respuesta en el Europeo me hace pensar que tenemos posibilidades también para el Mundial. Lo mismo que le sucedió a España, a Alemania, a Francia. Cuando se vence un torneo al siguiente se tienen también posibilidades. No es fácil, pero al menos esta Italia tiene la posibilidad de pensar. España hizo tres seguidos, Europeo, Mundial, Europeo.
P. Esta Italia juega al ataque, quiere el balón…
R. Tiene jugadores importantes… pero la historia de jugar al ataque, jugar a la defensiva, me hace reír. ¿Por qué? Porque Italia en el España 82 ganó el Mundial y todos nos consideraban un equipo defensivo y no lo éramos. No habrá otro Mundial en el que una selección haga tantos goles en jugadas como nosotros entonces. Es irrepetible. Fue un equipo espectacular al máximo en todos los aspectos. La Italia que ganó el Mundial de 2006 con todos los méritos del mundo, lo hizo con goles de penaltis, córners, faltas… Nada que ver con los goles espectaculares en jugadas que hicimos nosotros. La historia está ahí, luego cada uno la puede contar como quiera. Esta Italia me recuerda a aquella en que sabe dar la vuelta a las situaciones, en su poder de reacción. Los jugadores no tienen nada que ver, pero tienen ese espíritu de rebeldía.
P. Esta selección es el mejor ejemplo de la nueva imagen del fútbol italiano.
R. El fútbol de selecciones es siempre diferente al de clubes. Tenemos el ejemplo de la selección inglesa que llegó a la final del Europeo, pero nunca desde el punto de vista futbolístico estuvo a la altura de la Premier que recoge los mejores jugadores del mundo. Está claro que nuestra Nazionale recrea entusiasmo en nuestro campeonato, pero no es una ecuación tan simple. Se habla mucho de que en Italia se ha cambiado la forma de jugar. Es verdad que hay entrenadores que apuestan por un estilo, pero no creo que sea tanto como se dice. No siempre es así. Se habla de la posesión del balón, pero no es algo tan espectacular en todos los equipos. Depende de quien lo haga. No es lo mismo que el balón lo tenga el Barcelona de los buenos tiempos, que lo tenga otro equipo de menos calidad. Todo depende de los jugadores que tenga. Si tienes a Messi, a Iniesta, a Xavi… es distinto que si no los tienes. El Barcelona era eso.
P. ¿A usted le gustaba el tiki-taka?
R. No por sistema. No me gustan las exageraciones. Nunca. Ni las defensivas, ni las de ataque, ni las de la posesión a medio campo, tocando de más. Como las exageraciones del VAR y de los árbitros. No me gustan. Lo considero extraordinario para el fuera de juego, para si el balón está dentro o fuera de la línea, pero no me gustan las intervenciones constantes de los árbitros ni del VAR. El fútbol no es el billar. Esa maquinaria es desesperante. Que si la ha tocado o no la ha tocado. Nadie sabe la intensidad con la que lo ha tocado. La máquina no adivina la intención, ni la potencia de las acciones.
P. ¿Ante un Italia-España se le vienen a la cabeza con más intensidad los recuerdos de la final Italia-Alemania del Mundial 82 en el estadio Santiago Bernabéu?
R. No hace falta que haya un partido como este para que me acuerde de todo lo que sentí y viví allí. Siempre piensas en ello. Me lo recuerdan todos los días la gente por la calle. Es algo inolvidable. Referente al partido estoy seguro de que será un buen partido como lo fue el de Londres [en la Eurocopa]. España le puso en muchas dificultades a Italia. No será nunca una revancha, porque la importancia de esta Copa es diversa a aquella, pero seguro que España piensa en la revancha.
P. ¿Cómo ve uno de los mejores porteros de la historia la nueva interpretación que se da al puesto? Su amigo Iribar dice que a los porteros se les ha olvidado blocar los balones.
R. Me alegro de que mi amigo Iribar esté de acuerdo conmigo. Ya no se ven porteros que paren como los de antes. Ahora la crítica dice que eres bueno si juegas el balón con los pies, no si detienes el balón con las manos. Ya no vale quedarse con el balón, ni salir bien en el juego aéreo. Vale lo otro.
P. Como jugador, en sus 112 partidos como internacional, se enfrentó cuatro veces a España y como seleccionador, dos. ¿Se le viene a la memoria algún recuerdo especial de esos partidos?
R. Algún recuerdo vago de uno del Europeo del 80 en Milan, pero lo que no olvido nunca, es la final de la Copa de la UEFA contra el Athletic de Bilbao en 1977… Ese fue el primer título internacional de la Juventus y el primero de un club italiano con todos italianos. Las Copas de Europa del Milan y del Inter fueron con extranjeros; la nuestra, no. Nunca olvidaré el último cuarto de hora del partido, me parecieron dos horas de cómo atacaba el Athletic… Perdimos 2-1, pero habíamos ganado 1-0 en el Comunale.
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