Brahim Díaz brilla en el Milan sin olvidar el Bernabéu
El club italiano le brindó su legendario ‘10′ como prueba de la confianza en las cualidades de líder del jugador cedido por el Real Madrid
Mediados de julio. El Real Madrid y el Milan negociaban una nueva cesión de Brahim Abdelkader Díaz (Málaga, 22 años). El club italiano apostaba fuerte. Ya había catado al jugador la temporada anterior (39 partidos, 15 de titular, siete tantos y cuatro pases de gol) y, especialmente, habían saboreado su especial manera de entender el fútbol en esa zona donde la calidad individual, la pausa, la aceleración y el regate de baldosa no tienen precio.
Una llamada de ...
Mediados de julio. El Real Madrid y el Milan negociaban una nueva cesión de Brahim Abdelkader Díaz (Málaga, 22 años). El club italiano apostaba fuerte. Ya había catado al jugador la temporada anterior (39 partidos, 15 de titular, siete tantos y cuatro pases de gol) y, especialmente, habían saboreado su especial manera de entender el fútbol en esa zona donde la calidad individual, la pausa, la aceleración y el regate de baldosa no tienen precio.
Una llamada de Paolo Maldini, hombre fuerte de la entidad rossonera, intentó meter presión al jugador. “Te daremos el 10 que deja libre Calhanoglu”. Sin ser un experto en la historia del club, Brahim sabía que para el Milan no era un dorsal cualquiera. Era el número de Liedholm, de Gianni Rivera, de Gullit, de Rui Costa, de Boban, de Roberto Baggio, de Seedorf… Ahora ya es el suyo y disfruta de él al mismo tiempo que ha vuelto a gozar del fútbol. Vuelve a sentirse importante.
La ciega confianza de Maldini y del técnico, Stefano Pioli, le han catapultado hacia la titularidad. Cuatro dianas y un pase de gol en siete partidos. El sábado firmó la victoria ante el Spezia en un encuentro en el que iba a descansar para estar fresco para la cita europea de hoy contra el Atlético. Tuvo que salir en el minuto 82 y resolvió (1-2) en el 86.
Con el 10 a cuestas, desde la media punta, es el faro que da luz al último pase. Por detrás del 9, Giroud o Rebic, en espera del lesionado Ibrahimovic, es la posición que mejor cuadra con sus condiciones en el meridiano 1-4-2-3-1 que dibuja la pizarra milanista. Tiene libertad de movimientos. Se acerca a los mediocentros propios, se aleja de los centrales rivales, espera para dar continuidad a las galopadas de Theo por la banda izquierda y, preferentemente, busca el área, siempre busca el área. Llega sin estar. En un conjunto joven e inexperto, pero con un estilo ofensivo muy marcado, se siente tan cómodo como valioso.
Como en Mánchester y Madrid, siempre se siente arropado por su familia. Por sus padres, Patricia y Sufiel, que también es su representante, y sus cuatro hermanas pequeñas. A la sombra del Duomo, además, ha encontrado en Theo y Castillejo dos buenos compañeros de viaje para las horas de asueto. Forman el clan español de la plantilla y se dejan sentir. Tanto como siente la pasión de los tifosi ahora que ha heredado el cántico que San Siro dedicaba a Kaká y Weah. “Hemos venido hasta aquí para ver marcar a Brahim”.
Cuando le preguntan por el Real Madrid y si continúa soñando con triunfar algún día en el Bernabéu, el futbolista finta con oficio y reconoce que ha encontrado la felicidad futbolística, proclama todas las grandezas de su actual club y sus objetivos inmediatos, pero prefiere guardar silencio sobre qué pasará en junio de 2023 cuando finalice su cesión. Brahim no olvida que dejó deprisa y corriendo del Manchester City para triunfar en el Real Madrid y esa meta se mantiene en su horizonte.
Sus tres goles en la Serie A y su tanto en Anfield en la Champions, le convierten en el mejor goleador del equipo en lo que va de temporada. Su Milan es segundo en el campeonato local, a dos puntos del Nápoles. Ha ganado cinco partidos y empatado uno, con 12 goles a favor y solo tres en contra. En su estreno en la Liga de Campeones, después de siete temporadas, perdió contra el Liverpool (3-2) pero el equipo llegó a estar por delante y plantó cara sin renunciar a su estilo de ataque.
Aunque el Milan se muestra como un bloque compacto, sin individualidades rutilantes, no faltan nombres propios en los que fijarse. El francés Maignan ha asumido con acierto la responsabilidad de sustituir al emblemático Donnarumma en la portería. El veterano central danés Kjaer, tocado, es el líder de la defensa; Kessie, un todoterreno marfileño, marca el paso en el centro del campo y desde la banda izquierda, por delante del omnipresente Theo, llega el portugués Leao, de la misma edad que Brahim, con quien hace buenas migas futbolísticas. El puesto de delantero se lo reparten el croata Rebic (28 años) y el francés Giroud (34). Nada que ver el uno con el otro.
Aunque no vista de blanco, Brahim jugará ante el Atlético su derbi particular. “Claro que influye que venga del Madrid para aún tener más ganas de ganar”, señaló ayer ante la prensa. Una muestra más de que el club le cuida como un líder, aunque él rehúya asumir todavía ese papel.
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