Vicente Iborra: “La mentalidad es más importante que la táctica”
El capitán Vicente Iborra analiza al Villarreal antes de recibir al Atalanta
Los jugadores del Villarreal se disponían a salir del vestuario para enfrentar al Manchester en la final de la Liga Europa, en Gdansk, en mayo pasado, cuando Unai Emery le pidió a Vicente Iborra que improvisara una charla. Nacido en Moncada, en el huerta valenciana, el capitán no se había formado en la cantera del club amarillo pero era de la tierra, sabía perfectame...
Los jugadores del Villarreal se disponían a salir del vestuario para enfrentar al Manchester en la final de la Liga Europa, en Gdansk, en mayo pasado, cuando Unai Emery le pidió a Vicente Iborra que improvisara una charla. Nacido en Moncada, en el huerta valenciana, el capitán no se había formado en la cantera del club amarillo pero era de la tierra, sabía perfectamente lo que estaba en juego y a sus 33 años arrastraba muchas más cicatrices que la que atravesaba su rodilla izquierda, rota en diciembre.
“No estaba previsto”, dice Iborra. “Unai me lo pidió y le estoy muy agradecido porque me hizo ser partícipe aunque sea por unos segundos. Ya que no podía ayudar al equipo en el campo, al menos poder transmitir lo que yo sentía. No hizo falta preparar nada porque en un momento tan importante lo único que puedes ofrecer a tus compañeros son palabras que salen del corazón”.
El rugido de Iborra en el centro del círculo de hombres abrazados — “¡chicos, vais a hacer historia!”— anticipó la mayor fiesta que se recuerda en Vila-real, prólogo del curso que comienza este martes en el estadio de La Cerámica con la visita del Atalanta (21:00 horas, Movistar) en un grupo de Champions en el que destaca el Manchester de Cristiano junto al Young Boys suizo.
Contra el Atlético ellos nos apretaron y pasamos la tempestad. Lo mismo pasó en la final de la Liga Europa. El Manchester tuvo sus momentos, los pasamos y luego aprovechamos los nuestros. Esa firmeza en momentos complicados me hace tener confianza en que pasaremos a octavos
“En el deporte en general, tener claridad mental, ser fuertes, estar preparado, saber sufrir para superar obstáculos, es cada vez más importante”, dice el mediocampista cuando le preguntan por el peso del factor emocional en los partidos de Champions. “Evidentemente tienes que cuidar el físico, la táctica, la alimentación y el descanso, pero si hay algo determinante es la mentalidad. Más importante que todo lo demás porque así es como ganas los partidos y los títulos”.
”El equipo tiene unos conceptos y unas soluciones que gracias al cuerpo técnico nos dan una ventaja, pero después hay que ser fuertes mentalmente”, insiste. “Contra el Atlético en el Wanda ellos nos apretaron y el equipo siguió yendo adelante, no se mostró vulnerable y pasamos la tempestad. Sabíamos que así tendríamos nuestros momentos. Lo mismo pasó en la final de la Liga Europa con el Manchester. El Manchester tuvo sus momentos, los pasamos y luego aprovechamos los nuestros”.
“Esa firmeza en momentos complicados es lo que te hace ver que un equipo es maduro y es lo que me da total confianza en que pasaremos a octavos de Champions”, explica Iborra. “Cada día veo más claro que este equipo va a mejorar muchísimo. Tenemos chicos nuevos y lo vamos a conseguir porque cuando se juntan los recursos con una plantilla con ganas de trabajar los resultados salen”.
El Villarreal ha reunido futbolistas que se distinguen por su serenidad en situaciones apretadas. Emery señala que Albiol, Parejo o Iborra, consolidaron el carácter tranquilo de un equipo que en la adversidad es muy difícil de deformar. Iborra lo constata: “Raúl Albiol está en su plenitud. Por madurez y por estado físico. Transmite tranquilidad porque sabe anticiparse a delanteros que son más rápidos que él. Eso es producto de la cantidad de partidos que jugó en su vida”.
Cundo juegas como único pivote lo más complicado es recibir la pelota para darle continuidad al juego, porque en el resto de los puestos los contrarios te vienen de frente o de lado, mientras que ahí te aparecen por todas partes
“Gerard Moreno es muy importante para jugar entre líneas”, añade Iborra, apuntando a un delantero que además de hacer goles ayuda a sus compañeros a mantener el orden. “Hay que saber moverse, encontrar los espacios, perfilarte, saber dónde te viene el rival y cuándo te va a llegar el balón para aguantar. En eso Gerard es muy complet”.
Recuperado de la rotura de ligamentos que sufrió hace nueve meses, Iborra acaricia el regreso con una idea fija: retribuir la generosidad del club, que no esperó a verificar su curación para renovarle hasta 2024. “Estoy muy agradecido con el gesto”, dice. “Quiero devolver en el campo esa confianza que me ha dado, como mínimo volviendo al nivel que estaba cuando me lesioné”.
En su memoria se compone el recuerdo esperanzador de los 18 partidos oficiales que disputó la temporada pasada, verdadera lección de oficio del mediocentro puro en el esquema de 4-3-3. “Cuando me lesioné estaba en el mejor momento de mi carrera, en cuanto a sensaciones físicas y dentro del campo por confianza y madurez”, dice. “Y fue extraño porque estaba jugando en una posición en la que los entrenadores no me habían utilizado nunca y en la que tal vez ni Unai me veía, pero con el paso de los partidos me fui asentando. Mi objetivo es volver, como mínimo, a ese nivel”.
“Debuté como un centrocampista de ataque, jugué como doble pivote, de central, e incluso de segunda punta en el Sevilla”, dice. “Mi adaptación al mediocentro posicional fue muy natural porque desde pequeño me fijaba en compañeros que jugaban en otras posiciones por si algún día me tocaba jugar en una zona que no era la mía, para saber lo que tenía que hacer. Cundo juegas como único pivote lo más complicado es recibir la pelota para darle continuidad al juego, porque en el resto de los puestos los contrarios te vienen de frente o de lado, mientras que ahí te aparecen por todas partes. Necesitas controlar más los espacios y mirar antes de que te venga el balón para saber dónde está el rival y los compañeros. Yo he intentado estar preparado antes de que se produjeran las jugadas. Para que antes de recibir ya saber dónde tenía que dar el pase o saber cómo perfilarme o situarme para salir”.
”Uno sabe de sus limitaciones. Yo a lo mejor no soy rápido porque soy más grandote. Tengo que ser rápido de cabeza. Cuantos más años cumpla más importante será la velocidad mental”.
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