José Ignacio Prades, nuevo seleccionador de las Guerreras
El hasta ahora segundo entrenador toma la dirección del equipo tras la salida de Carlos Viver
José Ignacio Prades (Petrer, Alicante; 46 años) es el nuevo entrenador de la selección femenina de balonmano. Tres días después de la destitución de Carlos Viver, su hasta ahora segundo coge las riendas del equipo en un momento delicado, a solo tres meses del Mundial que organizará España del 2 al 19 de diciembre. La noticia se daba por hecha desde que se anunció la salida del vallesano y solo faltaba la confirmación oficial.
“Aportará ese revulsivo que t...
José Ignacio Prades (Petrer, Alicante; 46 años) es el nuevo entrenador de la selección femenina de balonmano. Tres días después de la destitución de Carlos Viver, su hasta ahora segundo coge las riendas del equipo en un momento delicado, a solo tres meses del Mundial que organizará España del 2 al 19 de diciembre. La noticia se daba por hecha desde que se anunció la salida del vallesano y solo faltaba la confirmación oficial.
“Aportará ese revulsivo que tanto se necesita”, aseguró el presidente de la federación, Francisco Blázquez. “Es un estudioso de nuestro deporte, con un control exhaustivo de todo el balonmano femenino, tanto nacional como internacional”. Su conocimiento del vestuario es absoluto, ya que ha sido el ayudante de Carlos Viver en la selección. Además, es el técnico del Mecalia Atlético Guardés, de la máxima categoría. En los últimos años también ha dirigido al Elche y al Elda.
Antes de la gran cita mundialista, su primera convocatoria se producirá en menos de un mes porque el próximo 6 de octubre las Guerreras empiezan el camino clasificatorio para el Europeo de 2022. Será su estreno en el banquillo como primer responsable del equipo y el primer termómetro sobre sus planes con la selección con el Mundial en el horizonte.
El pasado jueves, la federación anunció la salida de Carlos Viver tras cuatro años y medio en el cargo, en los que logró la plata mundial de 2019 y dirigió un profundo relevo generacional. Desde ese inesperado éxito, los resultados en la pista decayeron, con un noveno puesto en el último Europeo y la eliminación en la fase de grupos de los Juegos de Tokio. Las razones deportivas y el convencimiento en la cúpula de la federación de que el equipo necesitaba un nuevo aire llevaron a este relevo.
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