Pedro Proença: “La visión de los tecnócratas del fútbol debe ser socialista”

El exárbitro internacional, que desde 2015 preside la Liga de Portugal, examina los desafíos que afronta la industria del fútbol en el arranque de la temporada

Pedro Proença, ex árbitro y actual presidente de la Liga Portuguesa de Fútbol.Pedro Trindade

Enérgico, enfático, con un marcado tono declamatorio, en Pedro Proença Oliveira (Lisboa, 1970) prevalece el carácter del árbitro consagrado por la UEFA que en 2012 pitó la final de la Champions y la final de la Eurocopa. Desde hace seis años dirige la Liga de Portugal hacia el futuro.

Pregunta. ¿Qué recuerda de la final de la Eurocopa 2012?

Respuesta. Yo por ...

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Enérgico, enfático, con un marcado tono declamatorio, en Pedro Proença Oliveira (Lisboa, 1970) prevalece el carácter del árbitro consagrado por la UEFA que en 2012 pitó la final de la Champions y la final de la Eurocopa. Desde hace seis años dirige la Liga de Portugal hacia el futuro.

Pregunta. ¿Qué recuerda de la final de la Eurocopa 2012?

Respuesta. Yo por entonces venía de sufrir un drama personal y lo que más me marcó fue el fuerte abrazo que me dio Iker Casillas después del partido. Iker es una persona muy especial para mí.

P. ¿Por qué quiso ser presidente de la Liga Portugal?

R. Jugué al fútbol, fui árbitro, me licencié en Administración de Empresas y Economía, y desarrollé mi vida profesional como auditor. En 2015 mi convencimiento fue doble: como árbitro y como economista. La liga estaba en situación de insolvencia técnica, financiera y deportiva. Faltaba un proyecto integrador del fútbol, en línea con lo que sucedió en España con Javier Tebas, que estableció un modelo revolucionario.

P. Tebas centralizó la comercialización de los derechos de televisión. ¿Por qué eso no sucede en Portugal?

R. No solo los derechos televisivos, sino todo el conjunto de activos comerciales que se gestionaban de forma individual por los clubes, estaba limitado por la falta de visión estratégica. En 2015 los clubes ya tenían contratos de larga duración y hubo que crear condiciones para hacer una transición. En enero de 2021 conseguimos que el Gobierno articulara legalmente la centralización de los derechos televisivos. No tengo duda de que en la próxima década la Liga Portugal se consolidará como una de las seis primeras del fútbol europeo. Estamos en el sexto puesto del ranking UEFA y aspiramos a ocupar la quinta posición que ahora ocupa Francia.

P. ¿Qué relación tiene con Tebas?

R. Javier Tebas es un amigo personal. Desde el principio la Liga española abrió sus puertas a la Liga portuguesa para que de alguna forma pudiésemos reiterar lo que se hizo en España. No solo para exportar la visión comercial y las condiciones de estabilidad financiera de los clubes. Hemos hecho un trabajo paralelo. La Liga portuguesa sigue la misma senda de la Liga española.

Javier Tebas es un revolucionario y un amigo personal. Hemos hecho un trabajo paralelo. La Liga portuguesa sigue la misma senda de la Liga española

P. Los operadores de televisión suelen mejorar la cotización de los derechos cuando en los torneos aumenta el grado de incertidumbre. ¿Este argumento sirve para convencer a los clubes más grandes como Oporto, Benfica y Sporting, de repartir los ingresos de forma más uniforme?

R. La incertidumbre es fundamental para el desarrollo de la competitividad de cualquier torneo. En Portugal, entre los clubes que más dinero ganan y los que menos el ratio es de 1 a 15, cuando la media de Europa no traspasa los 2,8. Claramente tenemos que reducir la brecha entre los que más ganan y los que menos. Si esto se produce tendremos una liga más competitiva y esto repercutirá en el rendimiento de nuestros clubes en el plano internacional. Benfica, Sporting o Braga, cuando compitan en torneos de la UEFA, estarán mejor preparados. Pasó en España, en la Premier, en la Serie A, en la Ligue 1. Es verdad que Barcelona y Madrid consiguieron tener más ingresos que nadie, pero esta fórmula centralizada de tratar el negocio permitió al Atlético ser campeón y que esto suceda con naturalidad. Nosotros queremos que esta competitividad permita que el Braga, el Vitoria de Guimaraes, el Marítimo, todos esos clubes que están del otro lado de la brecha, puedan algún día, quien sabe, ser campeones de Portugal.

P. Frente a la Premier, ¿cuál es el valor que pueden ofrecer las otras competiciones, y en concreto la liga portuguesa?

R. Nuestro modelo diferencial es la capacidad de desarrollar talento. Tenemos 10 millones de habitantes. No nos podemos comparar con España o Inglaterra. Pero tenemos que potenciar aquello en los que somos fuertes, que es la creación de condiciones que en otras ligas no se pueden permitir para fomentar las canteras, que tanto éxito han tenido en alimentar otras ligas de primer nivel. Debemos continuar generando este talento porque somos unos visionarios.

Esta fórmula centralizada de comercializar los derechos audiovisuales permitió al Atlético ser campeón con naturalidad. Queremos que el Braga, el Vitoria de Gimaraes, el Marítimo puedan ser campeones de Portugal

P. Bruno Fernandes o Bernardo Silva no fueron suficientemente valorados en Portugal, y debieron emigrar antes de ser profesionales. ¿Esto es consecuencia del modelo futbolístico, organizativo o económico?

R. Iniciamos un proceso de implementación de equipos B para competir en la Segunda División que ya rentabilizó a los clubes como Benfica, Oporto, Sporting más de 1.000 millones de euros en los últimos siete años. Bernardo Silva pasó por el equipo B del Benfica y nunca jugó con contrato del primer equipo antes de ir traspasado a la Ligue 1. Si queremos competir en términos deportivos y económicos con países como Inglaterra, España Alemania o Italia, tenemos que retener nuestro talento. El discurso vuelve al mismo punto: la comercialización centralizada de los derechos televisivos aumentará la capacidad económica de los clubes para retener el talento durante más años, y esto nos permitirá ser más competitivos en Champions y Liga Europa.

P. ¿Qué pueden esperar los aficionados al fútbol del campeonato que comienza?

R. Esperamos una gran competición. No dejaremos de tener nuestro ADN, que es el desarrollo del talento de jugadores jóvenes. Somos sin duda la Liga que, proporcionalmente, vende más talento. Tenemos un nuevo patrocinador Bwin que será la nueva marca. Esperamos 306 partidos de enorme competitividad con hasta un tercio de la capacidad de público en los estadios. Será la competición del retorno de la normalidad.

P. ¿Qué opina del VAR?

R. Es una gran herramienta. La Liga de Portugal fue de las primeras cinco ligas en tener VAR. Sin duda es una herramienta muy positiva en la defensa de la verdad deportiva y la reducción del error de los equipos de arbitraje en el fútbol. Ha sido una gran victoria.

El VAR ha sido una gran victoria de la defensa de la verdad deportiva. Ahora se producen mayores coincidencias entre el mérito deportivo y los resultados

P. Desde que se implementó el VAR, las competiciones internacionales las han ganado equipos que anunciaban su poder, por juego o regularidad: Francia campeón del mundo, Italia campeón de Europa, Liverpool, Bayern y Chelea, campeones de Champions… Parecen vencedores incuestionables. ¿El VAR reduce el factor sorpresa?

R. Se pretende que el error arbitral sea purgado del fútbol. No hay duda de que los errores han disminuido. La consecuencia es que se producen mayores coincidencias entre el mérito deportivo y los resultados. Eso es lo que se pretende: que gane el mejor. Evidentemente en el fútbol, como en todos los deportes, hay un margen de incertidumbre que es fundamental para que continuemos amando este juego. Ahora bien, si el VAR reduce los errores de arbitraje, como se ha demostrado, su aplicación es fundamental.

P. En Inglaterra y España hay sectores que solicitan un margen de flexibilidad en la aplicación del fuera de juego. Pretenden legalizar goles si el goleador está imperceptiblemente en fuera de juego. ¿Cuál es su opinión?

R. Según la regla 11 del reglamento del juego, o se está en fuera de juego o no se está. No permite discriminación. Si la sanción con tarjeta amarilla puede tener un criterio del árbitro, la ley del fuera de juego jamás permitió ese análisis. Considerar la existencia de una franja imaginaria de un centímetro o dos centímetros, dentro de la cual el árbitro puede discriminar el fuera de juego, no me parece correcto. O confiamos en la tecnología o no confiamos. Solo hay que certificar la fiabilidad tecnológica de los instrumentos.

P. Algunos de los grandes clubes españoles se resistieron al VAR. ¿Eso ocurrió también en Portugal?

R. En Portugal los grandes no se resistieron más que los medianos o los pequeños. Todos nos tenemos que adaptar. Hasta los aficionados. La forma en que hoy celebramos un gol no es inmediata. Tenemos que estar a la espera. Se produce un retraso. Tenemos que asegurarnos que el jugador efectivamente ha hecho un gol, y que el videoarbitraje lo valida. Tenemos que exigir al VAR respuestas más rápidas. No podemos esperar tres, cuatro, cinco minutos para que se analice una jugada. Porque el fútbol es velocidad y dinámica. Si hay un fuera de juego, por ejemplo, el análisis tecnológico debe ser inmediato.

No solo la Liga y la federación de Portugal comprendieron que la Superliga Europea era la muerte del fútbol portugués. Los clubes de Portugal dieron una respuesta clarísima en contra

P. ¿Qué piensa del fenómeno de la Superliga europea?

R. Es la idea de una mente insana. No percibieron la lógica del fútbol europeo. Aquí no vivimos en la realidad deportiva de Estados Unidos, donde existe una liga cerrada en la que se compran posiciones de valor económico para tener un lugar deportivo. El éxito social y económico del fútbol europeo se basa en su carácter democrático, en la defensa de los principios de meritocracia, en la posibilidad de que un pequeño país como Portugal sea campeón de Europa, en la posibilidad de que clubes relativamente pequeños como el Oporto o el Benfica hayan ganado la Champions. Si amputamos la posibilidad de traspasar los límites económico-financieros mediante el mérito deportivo mataremos el fútbol. No es posible crear una Superliga dentro del modelo actual, en el que existen varias divisiones. Si no permitimos que los países más pequeños puedan escalar posiciones, mataremos el fútbol europeo.

P. ¿La meritocracia en el fútbol produce riqueza? ¿No existen mayores posibilidades de negocio en una liga cerrada?

R. Nuestra visión del fútbol, en cuanto tecnócratas, debe ser socialista. Tenemos que crear condiciones de riqueza para poder repartirla entre todos los clubes de Europa. El gran éxito de las competiciones europeas es la capacidad de impedir que una pequeña elite adquiera un lugar de exclusividad. Es la visión de las competiciones, desde la Champions hasta el fútbol formativo. No nos podemos permitir que una pequeña elite sea la catalizadora de toda la riqueza que fabrica el fútbol en Europa. Si hoy las marcas del Real Madrid, el Barcelona o el Liverpool tienen tanto valor es porque se vincularon a otras ligas que pudieron potenciarlos, formando jugadores en sus canteras y, en definitiva, produciendo una riqueza. Los grandes clubes gozan de esta prosperidad gracias a que existen clubes, ligas con otras dimensiones, que los obligan a ser fuertes.

P. ¿Existió alguna tentativa de incluir al Oporto o el Benfica, dos ganadores de Copa de Europa, en este proyecto?

R. Hubo conversaciones. Pero afortunadamente los clubes portugueses percibieron que la existencia de una Superliga aniquilaría por completo las ligas medias y pequeñas. La respuesta fue tajante. No solo la Liga y la federación de Portugal comprendieron que esto era la muerte del fútbol portugués. Los clubes de Portugal dieron una respuesta clarísima señalando que no alimentarían la Superliga.

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