Marco Asensio: “Me miro la cicatriz y estoy orgulloso de lo que he hecho”
El extremo balear repasa cómo logró reponerse de la grave lesión que sufrió y cómo se siente ante los Juegos Olímpicos de Tokio
Mientras el nuevo Real Madrid da sus primeros pasos en Valdebebas a las órdenes de Carlo Ancelotti, Marco Asensio (Palma, 25 años) se preparaba en Benidorm (Alicante) para disputar con España los Juegos de Tokio, en los que la selección debuta el 22 de julio contra Egipto. Desde el martes ya se encuentra en Japón.
Pregunta. ¿Cuál es su primer recuer...
Mientras el nuevo Real Madrid da sus primeros pasos en Valdebebas a las órdenes de Carlo Ancelotti, Marco Asensio (Palma, 25 años) se preparaba en Benidorm (Alicante) para disputar con España los Juegos de Tokio, en los que la selección debuta el 22 de julio contra Egipto. Desde el martes ya se encuentra en Japón.
Pregunta. ¿Cuál es su primer recuerdo de unos Juegos?
Respuesta. Me gustaba ver bastantes deportes. En casa siempre teníamos la televisión puesta cuando había Juegos y tengo recuerdos de Bolt, de españoles como Craviotto… Son deportistas que han hecho historia, los primeros que se me vienen a la cabeza.
P. ¿Se imaginaba olímpico?
R. En esos tiempos no te lo imaginas nunca, pero es una ilusión muy grande poder estar aquí y tener la oportunidad de disputar los Juegos Olímpicos.
P. En 2019 renunció a ir con la sub-21. ¿Dudó esta vez?
R. No, es una oportunidad única. Los Juegos solo se viven una vez en la vida.
P. En esa pretemporada de 2019, fue cuando se rompió el cruzado anterior y el menisco externo de la rodilla izquierda. ¿Es un recuerdo que trata de evitar?
R. Es algo que ha pasado en mi vida. Y tampoco lo evito. Ha habido cosas negativas, cosas positivas. Intento sacar lo positivo; de todo se aprende. Cuando va todo bien, es cuando menos se aprende, y cuando se vienen circunstancias negativas, ahí te vas conociendo tú también por dentro.
La recuperación es un camino un poco solitario y se aprende mucho
P. Mucha gente le daría consejos. ¿Alguno aún le ayuda?
R. Sí que me han dado muchos consejos. Ha habido cosas que sí que podía utilizar, cosas que no. Pero al final va cada uno dentro de uno mismo. Las sensaciones las tenía yo. Escuchas a mucha gente, y al final uno mismo es el que tiene que aprender, que hacerlo prácticamente solo. Con la ayuda de profesionales, obviamente, pero el camino es un poco solitario y se aprende mucho.
P. ¿Se sintió solo?
R. No, siempre he estado acompañado, pero sí que viví el proceso como algo muy interno mío. Me lo tomé muy personal, como un reto muy grande para mí, y así fue. Intentar volver mejor que antes de la lesión, y ese es el único objetivo que tenía en mi cabeza, y día a día lo tenía presente.
P. Ahora, cuando pasa la mano por la rodilla, ¿qué tal se lleva con la cicatriz?
R. Ya bien. Al principio costó un poquito, me daba cosa tocármela, porque yo siempre he sido un poco aprensivo. Pero a raíz de la lesión también se me ha quitado esa aprensión de tener cicatrices… Antes, el hospital no podía ni pisarlo y a partir de ahí... otro miedo que se me ha quitado.
P. Está en paz con la cicatriz.
R. Sí, sí, además ha quedado bastante bien, así que…
P. ¿Se ha planteado un tatuaje como Canales, por ejemplo?
R. No, no, por ahora. Al final las cicatrices están ahí: se ha curado. Cuando me miro la cicatriz estoy orgulloso de todo lo que he hecho. Porque es un proceso que no es nada fácil. Sobre todo al principio se hace muy duro, porque cambian muchas cosas en tu vida: empiezas a depender de gente cuando nunca has dependido de nadie. Luego, el volver a andar, el volver a correr, se disfruta mucho más y se valora mucho más.
P. ¿Cómo fue ese instante?
R. Fue un momento de shock. Noté algo extraño en la rodilla y lo primero que me salió fue mirar al banquillo, a ver qué pasaba. No entendía lo que me pasaba. En el vestuario me dieron a entender lo que era, y ya en la resonancia se confirmó. Fue un golpe duro.
P. ¿Cómo fue el viaje de regreso desde EE UU?
R. Fuimos de vuelta a los dos días de mi lesión, porque aún estaba inflamado y era mejor esperar. Me quedé ahí con el doctor, con Jaime, que fue de gran ayuda y un gran apoyo. Fue muy duro: no dormir, prácticamente no comer, porque le das muchas vueltas a la cabeza.
P. ¿Se ponía en lo peor?
R. Claro. Al día siguiente ya fui consciente de lo que había pasado, me explicaron lo que era, cómo se podía recuperar. Pude resolver todas las dudas en mi cabeza, que es importante para quedarme tranquilo. Y ahí, ya trazar un plan para volver a tope.
P. El plan iba bien y llegó el confinamiento.
R. Cuando apareció la pandemia estaba ya en lo mejor de la recuperación: el campo, poder disparar, conducir, pasar el balón.
No me he centrado en tiempos, sino en superar bien cada proceso
P. ¿Le desesperó ese parón?
R. Algo que he seguido en mi recuperación es que no me he centrado en tiempos, sino en superar cada proceso: esta semana tenía que tener este rango de movilidad, esta semana tenía que correr, esta semana… Me lo iba poniendo como por objetivos. Apareció la pandemia y aproveché para mejorar eso en lo que aún estaba más débil de rodilla, de descompensación de la pierna.
P. ¿Antes de la lesión ya era tan ordenado en todo?
R. Solía ser ordenado, pero con la lesión adquirí una disciplina un poco obsesiva: de alimentación, de descanso, de posturas… Era solo tumbarme en el sofá, y pensar ‘esto es mejor para la rodilla, tenerla estirada o tenerla doblada…'. Hasta ese detalle hacía yo.
P. ¿Ha trabajado también lo mental?
R. He descubierto muchas cosas de mí que ni yo sabía. En el aspecto mental es superarme cada día, aguantar dolores, tener que entrenar cuatro o cinco sesiones al día… Son cosas a las que no estaba acostumbrado y que he aprendido. Es un proceso que por mucha ayuda que tengas, tienes que vivirlo tú. En ese sentido creo que he mejorado bastante.
P. El día que volvió a jugar en el Di Stéfano, ¿qué le dijo Zidane antes de salir?
R. Que disfrutase y que si podía metiese un gol. Era algo así gracioso en ese momento, porque además nos estábamos jugando gran parte de la Liga. Y que en la primera jugada marques gol... Fue algo muy emocionante, y en ese momento recordé todo el proceso, toda la gente que me había ayudado.
P. ¿Allí en el campo?
R. Sí, sí, me vino todo de repente, y me salió dedicarlo a los servicios médicos, a los compañeros, a Zidane. Porque fueron un apoyo muy importante. Estás todos los días ahí en Valdebebas, ves a los compañeros entrenar, y eso impacta, porque estás acostumbrado a entrenar, a estar con los compañeros. Fueron muchos momentos en los que también ellos me apoyaron cuando me vieron peor, o más triste, y fue algo para celebrar todos juntos.
Mentalmente estaba mentalizado de que iban a salir las cosas bien
P. Cuando le llegaba la pelota, ¿dudó de cómo estaría la pierna?
R. En ese momento confiaba en que saliese todo bien. Como había estado tanto tiempo deseando ese momento, y mentalmente estaba tan preparado de que iban a salir las cosas bien... Incluso había pensado cómo iba a celebrar el gol si lo metía. Sí, sí. Era algo que yo tenía en mi cabeza y como me lo había imaginado tantas veces, de alguna manera se dio: lo busqué y me salió bien.
P. Desde que se fue Cristiano, se ha hablado mucho de los goles que le han faltado al Madrid. ¿Ha cambiado cómo ve su papel?
R. Lo primero que pienso es en ganar con el equipo y en competir bien. Y si puede ser aportando goles, mejor. Obviamente, cada año me quiero superar, cada año quiero marcar más goles, y si con eso conseguimos los títulos que queremos, pues mejor. Pero esto es un deporte de equipo, no es un deporte individual.
P. ¿Nota que cambian las expectativas al pasar el tiempo?
R. A medida que pasan los años, obviamente ya no tengo 19 años, ni tengo 20 años. Cada vez puedo ser más importante y a través de eso ojalá salgan todas las cosas bien y pueda ser muy importante muchos años para el Madrid.
P. ¿El cuerpo le pide marcha?
R. Hombre, claro, sí. Para eso trabajo al 100% todos los días.
P. ¿Para dar ya un paso al frente?
R. Sí, sí, estoy preparado para ello, y ojalá se pueda dar. Para eso, como he dicho, trabajo y es algo de lo que tengo muchas ganas también.
P. ¿Siente que le puede faltar el último paso de ser un poco más constante?
R. Las expectativas de los demás yo no las controlo. Yo, como he dicho, me encuentro muy bien. No sé a qué se refiere con constante o no…
P. Hubo por ejemplo seis jornadas seguidas de Liga a finales de 2020 en las que no intentó regatear ni tiró a puerta.
R. En esa racha recuerdo que ganamos nueve partidos seguidos. No fue tan mal...
P. Desde fuera extrañaba que intentara poco.
R. En esos momentos hay circunstancias de juego, de sensaciones, de recuperar acciones de fútbol que yo tenía, y que tenía que ir recuperando poco a poco. Luego ya a partir de la mitad de temporada recuerdo una racha buena de goles, que fue también cuando físicamente me encontraba al cien por cien. Y eso se notó en mi juego, se notó en mis estadísticas. Es un proceso que es largo, que es complicado, el de después de una lesión, y yo creo que es necesario pasar esos partidos donde no se es tan participativo. Pero todo eso me ayudó a recuperarme al cien por cien en cuanto a mi juego, y en cuanto a meter goles y en cuanto a intentarlo, como dice, y en cuanto a disparar a puerta y ser mucho más visible.
Cuando te recuperas de una lesión tan larga, la gente espera resultados inmediatos, y no es fácil
R. Cuando te recuperas de una lesión tan larga, la gente espera resultados inmediatos, y no es fácil. Cuando volví también aporté unos cuantos goles. Luego empezó una temporada nueva: el año poslesión siempre es un poco más complicado. Hay sensaciones que no controlas, hay dolores que aparecen, descompensaciones en el cuerpo. Te tienes que acostumbrar a todo eso, y solo te acostumbras jugando. Y hay veces que juegas y a lo mejor físicamente no estás al cien por cien, y tienes que convivir con ello. Sabes que te van a mirar con lupa, porque todos esperan ese gran rendimiento, y más en el Madrid.
P. ¿Qué es más difícil dejar atrás, el miedo a que vuelva a pasar algo, o las sensaciones de pegarle igual, por ejemplo?
R. Van saliendo diferentes sensaciones. El golpeo por suerte no se me ha ido [ríe]. Vas probándote. En cada partido o en cada entrenamiento practicas acciones que antes hacías de manera muy natural y ahora te tienes que fijar mucho más en que si lo haces no pasa nada, que ya está todo bien. Interiorizar todo eso otra vez y hacerlo de forma natural, como antes, conlleva un trabajo de meses.
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