El Atlético se mete en un lío
El conjunto rojiblanco cae en San Mamés y perderá el liderato liguero si el Barcelona gana el jueves al Granada en su partido aplazado
El Atlético jugó con fuego en San Mamés y se quemó. La Liga pende ahora de un hilo del que puede tirar el Barcelona, que será líder en solitario si este jueves vence al Granada en el Camp Nou en partido aplazado. Frente a un Athletic que salió con más brío que en las jornadas anteriores y que parece superar la depresión de las dos finales de Copa perdidas, el Atlético perdió tres puntos preciosos que le pueden descabalgar del título que no hace tanto tenía ...
El Atlético jugó con fuego en San Mamés y se quemó. La Liga pende ahora de un hilo del que puede tirar el Barcelona, que será líder en solitario si este jueves vence al Granada en el Camp Nou en partido aplazado. Frente a un Athletic que salió con más brío que en las jornadas anteriores y que parece superar la depresión de las dos finales de Copa perdidas, el Atlético perdió tres puntos preciosos que le pueden descabalgar del título que no hace tanto tenía casi asegurado. La recta final se antoja apasionante —los azulgrana recibirán además a los rojiblancos el 8 de mayo—, y queda claro que no hacen falta Superligas para enganchar al aficionado.
El Athletic maniató al Atlético en la primera parte. Salieron los colchoneros con urgencias de zona baja, y no con la grandeza que se le supone a un líder. El peligro visitante se limitó a los saques de esquina y a una media vuelta de Correa con el punto de mira desviado ante un Athletic dinámico y convencido, esta vez con una alineación mixta en la que aparecieron varios jóvenes y de la que se cayó Raúl García, que estuvo en San Mamés pero que se tuvo que marchar a casa con unas décimas de fiebre, que en estos tiempos toda precaución es poca. Tampoco estaba un Williams en horas bajas. Marcelino optó por Villalibre y Sancet en punta.
En el Atlético, con Luis Suárez en el banquillo, el 4-4-2 que anunciaba la alineación oficial se convirtió en un 5-3-2, que después del gol local se transformó en un esquema más ofensivo, que se encontró siempre un Athletic bien plantado con el marcador a favor.
Fue Berenguer el que lo inauguró, en una acción que él mismo comenzó en la banda derecha, en una pared con Sancet. Jugó después para Capa, que llegó a la línea de fondo, y su centro lo remató el navarro lanzándose de cabeza. Fue esa banda la que más quebraderos de cabeza le trajo a Simeone. Lodi y Felipe no la consiguieron cerrar en la primera media hora. Además, los bilbaínos trataron de superar al Atlético con la velocidad de sus contras. Los continuos errores de precisión en el medio campo lo propiciaron. Llorente vio la primera tarjeta del partido por un agarrón a Sancet, que le superaba. Tenían más la pelota los colchoneros, pero sus intentos acababan, a lo sumo, en la esquina. Sin embargo, los bilbaínos llegaron mejor al área de Oblak, que desvió a córner un remate duro de Villalibre desde cerca y luego vio cómo Sancet golpeaba alto. Le faltaron hechuras de campeón al Atlético durante esos 45 minutos que acabaron con la lesión de Capa, que había sido el mejor del Athletic, y que se retiró cojeando después de un choque con su compañero Dani García, malas noticias para Marcelino.
Triple cambio
Salió con otro talante el Atlético en la segunda parte, no tenía otro remedio. Con el marcador en contra y el Barcelona con un partido menos, el liderato liguero quedaba en el alero. Arrinconó al Athletic en el inicio a base de centros laterales, que se pasearon por el área pequeña sin encontrar rematador. Los bilbaínos se echaron muy atrás y cedieron todo el campo a los de Simeone, aunque se guardaban la carta del contragolpe. En uno de ellos pudo marcar Sancet el segundo después de un carrerón de Morcillo que le dejó un balón franco que lanzó por encima del larguero.
Un minuto más tarde, Simeone realizó un triple cambio y puso en el campo a Lemar, João Félix y Luis Suárez, que regresaba tras su lesión. Antes del 75, Simeone ya había agotado todos los cambios ante el panorama que se presentaba. Le salió bien, o al menos, no le salió mal, porque dos minutos después de poner su último cartucho en el césped forzó un saque de esquina que Savic remató ante la deficiente salida de Unai Simón.
Volvía a empezar el partido, se reseteaba el sistema operativo, pero con la igualada, el Atlético se relajó. Apretó más el Athletic y supo leer mejor el partido. En una de sus llegadas, los bilbaínos pusieron la Liga en un puño. Sacó un córner Ibai, con un gran toque, y apareció Iñigo Martínez para rematar desde el punto de penalti, después de un aclarado de sus compañeros. El cabezazo del central internacional revoluciona el campeonato.
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