Tsitsipas, Rublev y nuevos vientos en el tenis
El griego, de 22 años y el ruso, de 23, se medirán por el título de Montecarlo tras batir a Evans y Ruud, respectivamente. Será la tercera final seguida de un Masters 1000 sin Nadal, Federer ni Djokovic
El viento se hace notar en Montecarlo, donde las corrientes impulsan a dos de los jóvenes llamados a marcar el paso a medio plazo, si no más pronto que tarde, quién sabe. Son Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev, dos talentos que asoman, golpean y se subrayan, citados este domingo por el título del Principado (14.30, #Vamos) después de batir a Daniel Evans (6-2 y 6-1) y Casper Ruud (6-3 y 7-5), de manera r...
El viento se hace notar en Montecarlo, donde las corrientes impulsan a dos de los jóvenes llamados a marcar el paso a medio plazo, si no más pronto que tarde, quién sabe. Son Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev, dos talentos que asoman, golpean y se subrayan, citados este domingo por el título del Principado (14.30, #Vamos) después de batir a Daniel Evans (6-2 y 6-1) y Casper Ruud (6-3 y 7-5), de manera respectiva. Uno de ellos, pues, elevará su primer trofeo de un Masters 1000 en una cita que abre la puerta hacia el cacareado relevo generacional, preanunciado desde hace años y que no termina de consolidarse porque la vieja guardia sigue dominando el circuito. O no tanto.
Pese a que Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic continúen repartiéndose casi en exclusiva el pastel de los grandes, la segunda categoría de torneos empieza a dar paso a la nueva hornada. De Montecarlo saldrá un nuevo campeón, sea el griego o ruso, y sorprendentemente han ido desapareciendo los cabezas de cartel: el suizo, renqueante de la rodilla derecha desde hace un año y en dirección a los 40 años, ni siquiera asistió; el español cedió contra Rublev, al parecer empeñado en hacerse un sitio en la planta noble; y el serbio se dio un trompazo en el estreno contra Evans, que hasta entonces solo había ganado cuatro partidos sobre tierra batida.
Será, por tanto, la tercera final consecutiva de un Masters 1000 sin la presencia de ninguno de los tres tenores, ausentes en París-Bercy (Medvedev-Zverev), Miami (Hurkacz-Sinner) y ahora en el evento monegasco (Tsitsipas-Rublev). No sucedía algo así desde 2016, cuando por uno u otro motivo desaparecieron del cartel final en Cincinnati (Cilic-Murray), Shanghái (Murray-Bautista) y Bercy (Murray-Isner). En consecuencia, el desarrollo parece ser un guiño a los nuevos tiempos que se resisten a llegar, pero que ahora sí llegan. La juventud, definitivamente, quiere tomar la palabra y tanto Tsitsipas como Rublev emergen como dos elementos capitales.
Pese a haber nacido un año antes que el ruso, el griego se ha consolidado plenamente entre los mejores y disputará su tercera final de un 1000, tras haber caído en las de Montreal en 2018 (Nadal), y Madrid un curso más tarde (Djokovic). Cada vez más hecho, en su expediente figuran cuatro títulos menores (Estocolmo, Marsella dos veces y Estoril) y la Copa de Maestros de 2019, pero su proyección invita a pensar que en un futuro no muy lejano conquistará su primer Grand Slam. En cualquier caso, el cinco del mundo tiene este domingo a tiro una golosa pieza tras haberse dado un banquete contra Evans, más que satisfecho con su trazado porque no entraba en ninguna quiniela.
Tablas en los precedentes
Redujo al británico en 69 minutos y sin mayor complicación, y tendrá enfrente a Rublev, que corroboró las magníficas sensaciones que había dejado el día anterior, cuando derribó a Nadal con una entereza mental más que considerable. El ruso, asesorado en el banquillo por el español Fernando Vicente, frenó al noruego Ruud, que venía ofreciendo un muy buen tenis a lo largo de la semana, y confirmó que es el tenista más regular del año con su 24ª victoria, por solo cuatro derrotas. Desde agosto ha obtenido cuatro premios individuales (Hamburgo, San Petersburgo, Viena y Róterdam, más la ATP Cup con Rusia) y vuelve a demostrar, como Tsitsipas, que son jugadores de perfil poliédrico y rinden lo mismo en dura que en arcilla.
En el cara a cara entre los dos, los precedentes señalan tablas: 3-3, con reparto también sobre tierra batida; el ruso venció el año pasado en la arena de Hamburgo y el griego en la de Roland Garros. La línea ascendente de Rublev le conducirá a superar el próximo lunes a Federer en el listado, situándose en la séptima posición, mientras Tsitsipas tiene la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y lanzar una advertencia en dirección a la gran cita de París (del 30 de mayo al 13 de junio). En todo caso, con ellos en primera línea junto a los Medvedev (25), Zverev (23), Berrettini (24), Shapovalov (21) o Sinner (19), y creciendo a rebufo los Mussetti (19) o Alcaraz (17), el tenis masculino se encamina hacia el definitivo paso de página.
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