Simeone pone al Atlético en modo final
El líder recibe al Eibar, último clasificado, con el entrenador rojiblanco inmerso desde hace semanas en intentar activar la competitividad del plantel con arengas cuartelarias
Desde que el Atlético siente el aliento del Real Madrid y del Barcelona, Diego Pablo Simeone lleva semanas intentando que su equipo se active en modo final. En los entrenamientos se le han escuchado arengas cuartelarias tales como “si quiero ser campeón, no me duele nada” y también proclama, hacia adentro y hacia afuera, que “ahora más que nunca partido a partido”. Al aguijón emocional con el que trata de inocular al plantel una competitividad acorde con el desafío se han sumado pancartas de la hinchada en los c...
Desde que el Atlético siente el aliento del Real Madrid y del Barcelona, Diego Pablo Simeone lleva semanas intentando que su equipo se active en modo final. En los entrenamientos se le han escuchado arengas cuartelarias tales como “si quiero ser campeón, no me duele nada” y también proclama, hacia adentro y hacia afuera, que “ahora más que nunca partido a partido”. Al aguijón emocional con el que trata de inocular al plantel una competitividad acorde con el desafío se han sumado pancartas de la hinchada en los campos de entrenamiento del tipo “contra todo y contra todos, adelante campeón” o “el que no crea que no venga”. Mientras, el juego de equipo no termina de aparecer.
Sin la posibilidad de ejercer de coreógrafo ante la afición, Simeone trata de tocar día a día la fibra competitiva de un grupo hipertensionado por la posibilidad de perder una Liga que en febrero aún la tenía bien encarrilada. Hasta el momento, toda esa parafernalia identitaria apenas ha dado réditos. Ni en el fútbol que despliega el equipo ni en los resultados. Este domingo (16.15, Movistar LaLiga) el Atlético recibe al Eibar, último clasificado. No sumar los tres puntos sería la clase de traspié que hasta a estas alturas de temporada ya cuestiona los merecimientos de un equipo de ser campeón.
El estilo de Mendilibar, presión alta y juego vertical por las bandas siempre le suele generar problemas al Atlético que, como en los primeros pasos del curso, se ha mostrado débil en los laterales. Para el flanco derecho Simeone debe elegir entre precipitar la presencia de Trippier, aún con molestias por un golpe en el lumbar, o Vrasljko. En la izquierda, Lodi y Hermoso compiten y plantean otra elección al técnico sobre si jugar con una defensa de cuatro con el brasileño o insistir en la línea de tres centrales con Carrasco como carrilero.
Penalizado, entre otras causas, por la falta de gol y lesionados Luis Suárez y João Félix, Simeone recupera para la causa a Marcos Llorente tras cumplir sanción. En las pruebas que ha realizado ha ubicado al segundo máximo goleador del equipo como pareja de Correa. De nuevo, como ante el Betis, el Cholo se ve obligado a jugar sin un delantero puro de referencia. En el banquillo estará Dembélé, que ya tiene la autorización de los servicios médicos para jugar tras el desvanecimiento que sufrió en un entrenamiento hace dos semanas. La monitorización de sus esfuerzos en el trabajo diario y en su día a día fuera del fútbol no ha desvelado anomalías. El delantero francés se ha entrenado con el grupo desde el inicio de la semana, pero la intensidad fue de menos a más por lo que está previsto que juegue unos 20 minutos.
Para el centro del campo, Simeone, en su búsqueda de la mejora del equipo con la pelota, mantiene a Herrera como pareja de Koke y le concederá otra oportunidad a Saúl en un partido que junto al del Huesca, el jueves y también en casa, debe servir para mantener el liderato y esperar que Madrid o Barça se despisten. Tras estos dos choques, el Atlético tiene tres salidas consecutivas (Athletic, Elche y Barcelona) en las que mantendrá o enterrará sus posibilidades de proclamarse campeón.
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