Baloncesto berlanguiano

Existe tan poca literatura baloncestística de ficción que el autor comienza su obra señalando, entre la defensa y el ataque, que, en este campo sin puertas que dibuja, cualquier parecido con la realidad es puro espejismo. Su historia relata los dilemas de un exentrenador de élite jubilado que se embarca en la aventura de dirigir al equipo de “patanes” del pueblo, para encontrarle un rumbo competitivo y, sobre todo, para escapar de su propia molicie, del recuerdo corrosivo de sus “años locos”.

Así comienza un viaje singular por las fronteras de la realidad y la memoria. Un ...

Existe tan poca literatura baloncestística de ficción que el autor comienza su obra señalando, entre la defensa y el ataque, que, en este campo sin puertas que dibuja, cualquier parecido con la realidad es puro espejismo. Su historia relata los dilemas de un exentrenador de élite jubilado que se embarca en la aventura de dirigir al equipo de “patanes” del pueblo, para encontrarle un rumbo competitivo y, sobre todo, para escapar de su propia molicie, del recuerdo corrosivo de sus “años locos”.

Así comienza un viaje singular por las fronteras de la realidad y la memoria. Un show de Truman berlanguiano entre el trampantojo, la conspiración y el delirio. Un triple desde el subconsciente baloncestístico de Pablo Lolaso. El maestro de primaria, colaborador de Colgados del Aro, y álter ego tuitero del entrenador del Real Madrid, Pablo Laso, pasa de la parodia a la autoría en Antes todo esto era campo atrás (Editorial Córner).

“Lo primero que se me viene a la cabeza es Bukowski”, explica el propio Laso, inopinado autor del prólogo del libro. “(...) Es una historia de vida. No tengo por qué ser yo, que conste”, advierte el técnico madridista abrazando la chanza, antes de dar paso a este delirio de realidad virtual que miente de verdad.

Una novela que toma parte de su título del famoso episodio de la Copa de Vitoria en 2017. Un cántico de verso único —”¡Era campo atrás!”— y entonación pegadiza que se propagó por las gradas del Buesa Arena cuando Llull pisó la línea del centro del campo en el partido ante el Andorra. Uno de los episodios por los que transita esta revisión excéntrica, de espejos cóncavos y convexos, con multiples referencias al panorama baloncestístico español de los últimos tiempos.

Tantas semejanzas que la lectura empuja a la adivinanza constante y a la empatía con la yincana quijotesca del protagonista. El entrenador, desnudo ante su pizarra convertida en espejo, sigue un rastro de confabulación que se convierte en el sueño de su desvelo. Entre el ‘antes de que se me olvide’ y el ‘ahora que me acuerdo’, la amnesia y la lucidez flirtean en un partido reñido de resultado incierto. Baloncesto, fantasía, bohemia y vida a campo abierto.

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