El Leeds se impone al City después de jugar medio partido con diez

La expulsión de Cooper en el minuto 46 no impide al equipo de Bielsa soportar 29 tiros en contra para obtener la victoria frente al líder de la Premier con sus únicos dos remates a puerta (1-2)

Stuart Dallas anota el 1-2 entre las piernas de Ederson.Michael Regan / POOL (EFE)

Perdió el Manchester City después de seis victorias sucesivas en todas las competiciones. El líder de la Premier, que será campeón en cuestión de tiempo salvo accidente histórico, cayó tras rematar 29 veces a portería ante un Leeds que le replicó con dos tiros, todos a la red.

“En la última jornada de Champions vimos al Bayern rematar más de 30 veces y perdieron contra el PSG que remató cuatro veces”, dijo Guardiola, tras la derrota de su equipo....

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Perdió el Manchester City después de seis victorias sucesivas en todas las competiciones. El líder de la Premier, que será campeón en cuestión de tiempo salvo accidente histórico, cayó tras rematar 29 veces a portería ante un Leeds que le replicó con dos tiros, todos a la red.

“En la última jornada de Champions vimos al Bayern rematar más de 30 veces y perdieron contra el PSG que remató cuatro veces”, dijo Guardiola, tras la derrota de su equipo. “Cuando pierdes así te das cuenta de lo difícil que es hacer lo que hemos hecho en los últimos meses, cuando veníamos de perder un partido de 27 [frente al United en Old Trafford]”.

El City nunca acabó de sentirse cómodo en un partido que tuvo todos los ingredientes de los trámites de transición. Guardiola hizo rotaciones para refrescar a sus jugadores más desgastados, en previsión del viaje a Dortmund del próximo miércoles a dirimir los cuartos de la Champions. Sea porque los jugadores poco habituados a coincidir tardaron en compenetrarse, sea porque el Leeds supo administrarse con la mayor eficiencia imaginable, el anfitrión no consiguió aprovechar ni siquiera la expulsión de Liam Cooper en el minuto 46, por una entrada feroz sobre Gabriel Jesús.

Bielsa dobló el pescuezo y comenzó a lanzar maldiciones mientras daba vueltas en círculo por la zona técnica. Se había pasado los minutos previos pidiendo a sus muchachos que no hicieran lo que Cooer acababa de perpetrar. “¡No hagan falta! ¡No hagan falta!”, gritaba, en un intento por evitar acciones a balón parado. Al ver la entrada de Cooper, en una jugada que no había alcanzado ni la categoría de aproximación, al técnico lo dominó la rabia.

El Leeds se había adelantado minutos antes de quedarse en inferioridad, precisamente con un lanzamiento largo de Cooper que Cancelo fue incapaz de despejar a la primera. Los jugadores del City habían basculado hacia Cooper dejando un gran baldío entre Ederson y sus zagueros, y el duelo de Cancelo con Helder Costa adquirió un relieve desproporcionado. Una vez que el balón botó, los riesgos se dispararon, Helder Costa conservó la posesión de rebote, y Stones no llegó a auxiliar a tiempo a su lateral. El pase de Costa fue a parar al área, donde Bamford se la cedió redonda a Stuart Dallas. El norirlandés, hombre de la tarde en el Etihad, llegó desde atrás sin que le persiguiera Bernardo Silva ni lo cubriera Fernandinho. Aprovechando un momento de vacilación, o de distensión, en quienes debían marcarle, metió el derechazo pegado al palo. Fue el primer tiro a puerta del Leeds y fue el 0-1.

El Leeds, que había sabido jugar muy bien lanzando a Raphinha y a Costa a la espalda de los laterales del rival, no volvió a disparar entre los tres palos hasta el minuto 91. Por el camino recibió 29 remates a puerta. Vivió asediado, con Diego Llorente y Kalvin Phillips multiplicándose frente a un adversario que, desahogado tras la expulsión de Cooper, compensó su falta de lucidez en las combinaciones con un gran sentido del sacrificio. El City no dejó de mover fichas en todos los cuadrantes en busca del desmarque. Solo consiguió un gol, consecuencia de un buen movimiento de Ferran Torres interpretado con genio por Bernardo Silva, que lo asistió de inmediato. El empate fue la única alegría que se permitieron los jugadores del City bajo el sol engañoso de Manchester.

Guardiola: “Los dejamos correr”

Guardiola retiró al central Nathan Aké y al lateral zurdo Benjamin Mendy para introducir a Foden y a Gündogan, un extremo y un mediapunta. Fue un doble tirabuzón. Una apuesta multiplicada por ir a buscar la victoria con dos de sus jugadores más resolutivos. Como única red, el City desplegó a Fernandinho con Cancelo y Stones.

“Contra el Leeds es complicado porque están acostumbrados a ganar duelos mano a mano; les ganas y vuelven a encararte, insisten una y otra vez”, explicó el entrenador del City. “Ellos disfrutan de los partidos con muchas transiciones. Si quieres ganarles, primero debes controlarlos para no dejarlos correr, sobre todo a Raphinha y a Costa. Cuando nos quedamos once contra diez los controlamos durante 40 minutos. Cuando dejamos de controlarlos y corrieron, nos metieron el 1-2″.

Había un pasadizo hacia la victoria y el Leeds lo descubrió en plena oscuridad. No fue con un contragolpe. Fue gracias a una jugada elaborada y peleada por un equipo incansable frente a otro que había perdido la serenidad. Bernardo llegó un segundo tarde a la presión sobre Alioski y el macedonio tuvo tiempo de meter los tres dedos del pie izquierdo para enviar la pelota con ventaja a Dallas. Fue un gran pase. Tan grande como la brega de Dallas por ganarle la posición a Stones. Durante un segundo el volante y el defensa lucharon cuerpo a cuerpo mientras la pelota rodaba hacia el área del City. Como en los partidos callejeros, todo se dirimió en un mano a mano. La tocó Dallas primero, se la acomodó, y cuando parecía desequilibrado remató con la última gota de energía que debía quedarle. El tiro pasó entre las piernas de Ederson y pegó en la red mientras Dallas llamaba eufórico a sus compañeros para celebrar una de las victorias más increíbles de esta temporada de Premier.

El Liverpool gana al Aston Villa (2-1) en el último minuto

En el segundo partido de la jornada, el Liverpool se impuso al Aston Villa (2-1) en Anfield. El vigente campeón venía de atravesar una racha de ocho partidos de liga sin poder ganar en su propio estadio. El Villa estuvo a punto de prolongar la ignominia. Fue Alexander-Arnold, en el minuto 91, quien rompió la igualdad con un trallazo desde fuera del área, exactamente después de que Emiliano Martínez, el portero, despejara un remate violentísimo de Thiago Alcántara de tijera, a un toque. Dos bolas de fuego en dos segundos necesitó el Liverpool para batir al meta argentino.

Klopp siguió rotando jugadores. Tras la derrota en Valdebebas (3-1) y a cuatro días de recibir al Madrid para resolver el cruce de cuartos de final, el técnico alemán volvió a reservar a Thiago en un mediocampo que integraron Fabinho, Wijnaldun y Millner, dejó en el banquillo a Mané, y formó a Jota en punta con Firmino y Salah. La fórmula pudo servir para descargar piernas inflamadas pero no mejoró la creatividad del equipo. Apenas eficiente para presionar, el Liverpool se relacionó con la pelota de un modo estéril, moco imaginativo e impreciso. Solo el ingreso de Thiago a 15 minutos del final insufló al Liverpool el toque de profundidad y buen gusto que, un poco a la desesperada, le proporcionó el gol del triunfo.



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