Dembélé rescata al Barça
Un gol del delantero francés en el minuto 90 ante el Valladolid deja a los azulgrana a un punto del Atlético justo antes del clásico del sábado
Dembélé sacó al Barça de un apuro mayúsculo en el último minuto de partido ante el Valladolid. El francés enganchó un remate que puso a los azulgrana a un punto del Atlético en vigilias del clásico de Madrid. La sorprendente carrera del Barcelona se explica también por la asombrosa manera de ser de Dembélé. El encuentro le sentó como un tiro al equipo de Koeman hasta que el delantero embocó un zurdazo sin posibilidad de réplica por parte de Masip. El...
Dembélé sacó al Barça de un apuro mayúsculo en el último minuto de partido ante el Valladolid. El francés enganchó un remate que puso a los azulgrana a un punto del Atlético en vigilias del clásico de Madrid. La sorprendente carrera del Barcelona se explica también por la asombrosa manera de ser de Dembélé. El encuentro le sentó como un tiro al equipo de Koeman hasta que el delantero embocó un zurdazo sin posibilidad de réplica por parte de Masip. El gol irritó a la gente del Valladolid, no por la jugada, que fue culpa de su defensa, sino porque entendió que el árbitro les había quitado un penalti por manos de Jordi Alba y había expulsado discutiblemente a Óscar Plano.
Tuvo suerte el Barça, implacable y admirable en la persecución del liderato, ganador de 40 puntos sobre 42, y mareado en cambio por la euforia generada cuando se ha sentido tan cerca de la cabeza de la Liga. Los azulgrana perdieron su encanto futbolístico, evidente en su última visita a Anoeta, después del parón del campeonato, señalados como candidatos al título por la derrota del Atlético en Nervión. La Liga aguardaba a un equipo pletórico y compareció un plantel angustiado y remitido al marcador: 1-0.
Koeman ya no repara en el rival, tampoco en el momento y ni siquiera en las circunstancias cuando canta la alineación, sino que desde hace cuatro partidos, a partir del que le enfrentó al PSG en una cita de máxima exigencia en la Champions, apuesta por los mismos jugadores y, por tanto, prefiere a De Jong como tercer central, incluso después de recuperar a Araujo. El volante holandés asegura una salida limpia de la pelota desde el área azulgrana y permite mantener como titular a Griezmann. El francés se ha convertido en un jugador de equipo que ataca y defiende para que Dembélé pueda arriesgar en el regate y Messi maniobre como enganche, tan intimidador en el pase como en el tiro, pichichi del torneo (23 goles en Liga).
La fiabilidad el capitán, igual de resolutivo en las jornadas sencillas como en las difíciles, y la dinámica de buenos resultados del equipo, invicto desde el bochorno de Cádiz en diciembre, condicionaron el juego inicial del Barça. El fútbol azulgrana era plano, desapasionado y retórico en la búsqueda de Messi. Acostumbrados a ganar, los muchachos de Koeman daban la victoria por descontada ante un adversario que compite por escapar de la zona del descenso y que llegó con hasta 12 bajas al Camp Nou. Al Valladolid solo le faltó rematar su buen despliegue, vertical en las transiciones y hábil en las aperturas a los costados, pendiente de la cabeza de Kodro, que remató al larguero en la ocasión más clara del aseado equipo de Sergio.
El técnico del Valladolid sorprendió a Koeman con el diseño de partido, igualmente resguardado en un 3-5-2, más efectivo que el del Barcelona. Andaban los azulgrana, sin ritmo de juego ni finura en el pase, demasiado contemplativos, más pendientes del árbitro que de Masip. No había profundidad ni llegadas por los costados y únicamente un tiro de Pedri desde fuera del área dio fe de vida del Barça. El remate dio en el poste después de intervenir el portero del Valladolid. La tensión competitiva de los pucelanos contrastaba con la desidia del Barça. La situación exigía la intervención del técnico azulgrana y Koeman optó cambiar el dibujo (4-3-3) después de adelantar a De Jong.
Jaleados en el túnel de vestuarios por Messi —”¡Hay que sacarlo como sea!”—, los barcelonistas se arrimaron mejor al campo contrario, presionaron más después de perder la pelota, empezaron a abrir el juego por las bandas de Dest y Alba. El Valladolid, sin embargo, no desfallecía en defensa y sus selectivas llegadas eran tan intimidatorias como mal defendidas por el Barça. A la hora de partido, los dos equipos contaban las mismas ocasiones (dos) después que Griezmann no atinara en un cabezazo a puerta vacía y Olaza rematara al exterior de la red del marco de Ter Stegen. El encuentro pasó a ser un intercambio de golpes a campo abierto, ya con Braithwaite y Trincão en el campo, sustituido Griezman.
No había manera, sin embargo, de dar con la portería de Masip. Nerviosos y destemplados, los azulgrana sobrevivieron por tres acciones afortunadas: una mano de Alba, que el árbitro apreció como involuntaria y no sancionable ni digna de ser revisada por el Var; la expulsión de Óscar Plano; y el gol de Dembélé en una acción de fe del Barça. De Jong cruzó la pelota desde la derecha, Araujo peinó hacia el segundo palo y Dembélé compareció para poner el 1-0 en el minuto 90.
El partido siempre fue considerado un estorbo camino del choque de Madrid. Había más temor incluso a que Messi y De Jong pudieran ser amonestados y causar baja en Valdebebas que a un resultado que salvó Dembélé.
Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.