La Fórmula 1 echa el freno de mano

En ese proceso de reinvención en el que anda metida desde hace ya varios años, la Fórmula 1 ha puesto el freno de mano a los coches de la próxima temporada, que verán penalizado su rendimiento a partir de una serie de retoques aerodinámicos obligatorios introducidos en la normativa técnica, presente ya desde este viernes y hasta el domingo en los test de pretemporada que se celebrarán en Bahréin, donde el Mundial arrancará el próximo día 28. El objetivo de esta modificación es tratar de desacelerar la constante rebaja en los ti...

En ese proceso de reinvención en el que anda metida desde hace ya varios años, la Fórmula 1 ha puesto el freno de mano a los coches de la próxima temporada, que verán penalizado su rendimiento a partir de una serie de retoques aerodinámicos obligatorios introducidos en la normativa técnica, presente ya desde este viernes y hasta el domingo en los test de pretemporada que se celebrarán en Bahréin, donde el Mundial arrancará el próximo día 28. El objetivo de esta modificación es tratar de desacelerar la constante rebaja en los tiempos por vuelta que se ha convertido en tendencia en los últimos cursos, y que lógicamente aumenta la posibilidad de accidentes. Ningún golpe es deseable a las velocidades a las que circulan esos monoplazas, pero mucho menos cuando el origen no se puede atribuir a un fallo del piloto, sino al colapso de cualquier elemento del bólido o del circuito.

El rodillo que ha paseado Mercedes, siete dobletes consecutivos (2014 – 2020), refleja perfectamente la estabilidad del reglamento, un escenario que facilita que los equipos afilen cada vez más sus prototipos. En Bahréin, todos esos cambios ya serán vivibles en los coches, que según los cálculos aproximados de varios ingenieros del paddock deberían perder alrededor de un 10% de su competitividad, trasladándose a valores de 2019.

Con la congelación de los motores vigente, impuesta como respuesta a la pandemia del covid, la aerodinámica asume el papel protagonista. Y es allí donde la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha atacado, en cuatro aspectos prácticamente imperceptibles al ojo del aficionado, pero muy relevantes a juicio del reloj. El suelo de los monoplazas perderá diez centímetros de superficie en la zona más afectada, la que está delante de las gomas traseras, y a la vez se han prohibido las ranuras y orificios del área de detrás de los neumáticos delanteros. También se ha buscado reducir la carga aerodinámica que genera el difusor, con un recorte de cinco centímetros de las placas que descienden de él. Y otro componente que pierde centímetros (cuatro) son los apéndices de los conductos de freno traseros.

“Estos cuatro elementos, aunque puedan parecer poco relevantes, llevan los niveles de rendimiento del coche a los de 2019”, concede James Allison, director técnico de Mercedes, que se volverá a presentar este viernes, en el circuito de Sakhir, como el principal favorito a revalidar el título que los últimos cuatro años celebró Lewis Hamilton. “El reto de los equipos ha sido, desde que la normativa se dio a conocer, tratar de recuperar el máximo terreno perdido. Digamos que hemos tenido un invierno entretenido”, añade el ingeniero británico.

Adiós al DAS, el volante extensible

Al margen de las restricciones aerodinámicas, Mercedes deberá afrontar este 2021 sin su famoso DAS, el acrónimo de Dual Axis Steering o Dirección de Doble Eje, Este sistema permitía que Lewis Hamilton y Valtteri Bottas modificaran la convergencia de las ruedas delanteras tirando del volante hacia ellos. El mecanismo, que ha sido prohibido por la FIA, tenía como objetivo incidir en la temperatura de los neumáticos y el coeficiente de drag [resistencia al avance] del coche. “Para nosotros es una lástima el tener que decir adiós al DAS, porque nos dio muy buenos resultados en según qué trazados. Pero este año competiremos con un volante convencional, como el del resto”, remacha Allison.

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