Toni Freixa: “No concibo el ‘cruyffismo’ y el ‘nuñismo’ como dos trincheras”
El candidato, asesor de la directiva de Joan Laporta, portavoz de la junta de Sandro Rosell y compañero y después rival de Bartomeu, ganaría seguramente el Trivial del Barça
Toni Freixa (Barcelona, 1968) ha pasado de ser el candidato que consiguió menos votos que firmas en 2015 a aspirar a la victoria en 2021. Asesor de la directiva de Joan Laporta, portavoz de la junta de Sandro Rosell y compañero y después rival de Bartomeu, ganaría seguramente el Trivial del Barça. Quizá porque se sabe que domina el universo azulgrana se define como cruyffista-nuñista a pesar de ser quien, a pregunta de un periodista, respondi...
Toni Freixa (Barcelona, 1968) ha pasado de ser el candidato que consiguió menos votos que firmas en 2015 a aspirar a la victoria en 2021. Asesor de la directiva de Joan Laporta, portavoz de la junta de Sandro Rosell y compañero y después rival de Bartomeu, ganaría seguramente el Trivial del Barça. Quizá porque se sabe que domina el universo azulgrana se define como cruyffista-nuñista a pesar de ser quien, a pregunta de un periodista, respondió que los estatutos no contemplaban el cargo de presidente de honor con el que había sido distinguido Johan Cruyff por el consejo de Laporta.
Pregunta. ¿Cómo vivió la remontada ante el Sevilla desde el palco? ¿Cómo un aficionado, un candidato o un presidente?
Respuesta. Siempre como aficionado. No puedo dejar de ser lo que he sido siempre.
P. ¿Cómo explica que su candidatura haya ido creciendo después de varios procesos de selección hasta convertirse primero en el candidato de la tercera vía y después en aspirante a la victoria ante Laporta y Víctor Font?
R. Siempre confié en que íbamos a estar en esta situación porque conozco al barcelonismo y también la sociología del voto culé. Hubo competencia durante el trayecto por ocupar el espacio que ahora tenemos y también es cierto que los altavoces que dominan el escenario hablaban de dos adversarios hasta que el tiempo ha situado a cada uno. Hoy hay la sensación de que uno de ellos dos pierde opciones y que el barcelonismo deberá decidir entre la opción tradicional laportista y la mía.
P. ¿Continuista, oficialista? Quizá por su trayectoria con Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, su candidatura ha sido calificada con distintos adjetivos. ¿Cómo la define usted?
R. De experiencia. Conozco la gestión del club porque la he vivido durante 18 años con diferentes presidentes y en distintas funciones. Pero cuando no he estado en el club he seguido viviendo el barcelonismo como aficionado y como socio.
P. ¿Aspira a integrar el barcelonismo? Habla bien de Núñez, de Rosell, estuvo en contra del voto de censura hacia Bartomeu y quizá ha sido menos generoso con Laporta.
R. Soy muy consciente de todo lo bueno que hizo el presidente Laporta. Me refiero, sobre todo, a la modernización del club y también a su etapa final, la mejor de la historia seguramente con Guardiola de entrenador. Lo que también me atrevo a decir, a diferencia de otros, son las cosas malas de su mandato. Y respecto a los demás nos tenemos que quedar con su parte buena, y eso es lo que intento hacer especialmente con Núñez y con Johan [Cruyff]. Han sido dos referentes, cada uno en su ámbito.
P. Debe ser el primer aspirante a presidente que quiere fusionar al nuñismo y al cruyffismo.
R. Sí. A diferencia de lo que acostumbra a pasar en el entorno, yo no considero a estas dos tendencias como dos trincheras. La polémica ayuda a generar audiencias; los conflictos se venden mejor. Y, por otra parte, ese ha sido siempre mi sentimiento. Cuando el presidente Núñez decidió que Johan fuese el entrenador del Barça, y volvía al club ese jugador que yo había vivido de niño, me generó una gran ilusión. Así lo confirmó Johan como entrenador. En esa época se sabía que había un presidente que se encargaba de gestionar bien el club y un entrenador que era el mejor que podía tener el Barça. Pero cuando Johan fue cesado me enfadé mucho. Entonces quizá era más cruyffista que nuñista. Con el tiempo entendí a Núñez. Pero eso no quiere decir que haya tomado partido.
P. ¿Lo que a usted no le gusta es lo que llama lobby cruyffista?
R. Sí, no me gusta nada. No me gusta la gente que se apropia del nombre de Cruyff y va más allá, incluso, que el hijo de Johan. Cada vez que habla, Jordi Cruyff tiene un sentimiento muy positivo y constructivo para el club. El lobby cruyffista lo que quiere es alimentar esa trinchera contra el nuñismo.
P. ¿El conocimiento que tiene del club es lo que le da confianza al socio?
R. Creo que sí. El Barça siempre formó parte de mi vida. He tenido a compañeros de junta o expresidentes que han dejado de militar en el barcelonismo. Eso no me ha pasado a mí.
P. ¿Puede ganar?
R. Sí, claro que pienso que puedo ganar. Nosotros detectamos un apoyo en crecimiento.
P. ¿Influirá el Barçagate?
R. No. Pero se ha pretendido que sí lo hiciera.
P. ¿Cómo?
R. Con circunstancias como las del reality show que hicieron los Mossos d’Esquadra en las oficinas del Barça, por la prensa y por cómo se detuvo a Bartomeu, que tuvo que pasar la noche en la comisaría. Pero estoy seguro de que el socio se dio cuenta.
P. Asegura que es independiente de los poderes políticos, económicos y mediáticos. Si es presidente, ¿cambiará la relación con los medios?
R. Siempre he tenido una buena relación con la prensa y espero seguir teniéndola. Pero en estas elecciones detecto en determinados entornos que hay un cierto interés para que las elecciones las gane un candidato de un perfil que no es el mío. Yo no tengo ningún apoyo explícito. No he estado reunido con ningún grupo mediático ni tampoco con ningún poder político. Soy un candidato que aparece en los medios con un tratamiento diferente del de los otros dos.
P. ¿Ofrecer el cargo de entrenador del filial a Xavi, elegido como mánager general por Font, cómo se interpreta?
R. Hace poco era jugador. La trayectoria lógica de cualquier exfutbolista que se quiere dedicar a ser entrenador es comenzar en el banquillo de un filial si se trata de un equipo grande, como ya hicieron Guardiola y Luis Enrique. Y quizá, después de 20 años, ser mánager. Lo que no entiendo es que empiece por arriba de todo. He hablado con Xavi y sé que solo quiere estar en el terreno de juego.
P. Es el único candidato que habla de fichar a un central y a dos jugadores diferenciales sin que se sepa si podrían ser Haaland y/o Mbappé.
R. El Barça debe poder incorporar a jugadores diferenciales y no hacer fichajes sistemáticos y en diferentes posiciones porque para eso ya tenemos la cantera. Una vez resuelta todas las cuestiones económicas, para las que ya hemos presentado soluciones, se puede ir al mercado.
P. ¿Y Messi?
R. Tengo la ilusión de que continúe. Está en condiciones de seguir rindiendo. No es justo que se marche del Barça después de una temporada sin público. El vínculo que tiene con el club no puede acabar de manera traumática después de lo que pasó con el burofax. Quiero saber qué expectativas tiene.
P. ¿Cómo se convence a Messi y se ficha si solo hay deudas?
R. Se habla de reducir la masa salarial y de reestructurar la deuda, pero son aspectos que para resolverlos hay que estar en el club. Sí nos preocupamos por generar ingresos con la entrada de un grupo inversor que adquiera el 49% del Barça Corporate por 250 millones y también con el contrato de patrocinio por 60 millones que tendrá la particularidad de que cuando se juegue en el Camp Nou la camiseta estará limpia para ser fieles a nuestra identidad.
P. Su candidatura habla de fidelidad [Fidels al Barça] y también advirtió que para ser socio hay que tener un sentimiento culé. ¿No es sectario?
R. Ser socio tiene mucho valor; no se puede ser socio del Barça como el que lo es de un gimnasio. En 2010 nos encontramos con que cualquier persona podía serlo rellenando un formulario y dando un número de cuenta. En la Champions de Roma hasta 90.000 personas nos pidieron entradas, algunas para revenderlas. Lo que se quiere es regular el acceso para darle valor y tener la masa social ordenada; si no también estaría en peligro la asignación de abonos.