El Villarreal hace valer su eficacia en Salzburgo

Austria sirvió como bálsamo para el Villarreal, que se reencontró a sí mismo con una victoria que le sitúa a un corto paso para continuar en la Europa League, superando a un inocente Salzburgo que poco tuvo que ver con el fresco y exuberante equipo que cuestionó al Atlético su pase a los octavos de la Champions. Con suficiencia y sin alardes, el grupo de Emery solventó la cita gracias a su calidad y pegada con los goles de Alcácer, que falló un penalti con 0-0, y Fer Niño, asistidos ambos por Gerard Moreno.

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Austria sirvió como bálsamo para el Villarreal, que se reencontró a sí mismo con una victoria que le sitúa a un corto paso para continuar en la Europa League, superando a un inocente Salzburgo que poco tuvo que ver con el fresco y exuberante equipo que cuestionó al Atlético su pase a los octavos de la Champions. Con suficiencia y sin alardes, el grupo de Emery solventó la cita gracias a su calidad y pegada con los goles de Alcácer, que falló un penalti con 0-0, y Fer Niño, asistidos ambos por Gerard Moreno.

El Villarreal se propuso imponer su esencia a partir de Parejo y Trigueros para desnaturalizar el dinamismo y la alocada ambición del Salzburgo. Con la posesión, los de Emery evitaban las aventuras ofensivas de los austriacos, que corrían tras el balón, circulando este con criterio en los pies de los amarillos, a los que le faltaba velocidad en la ejecución y picante en ataque, sin conexión con Alcácer. El delantero valenciano necesitaba reivindicarse. Kristensen arrolló a Parejo dentro del área y el Salzburgo recibió como castigo un penalti. El infalible especialista, Gerard Moreno, cedió el lanzamiento a Alcácer. Y, al igual que le sucedió ante el Granada en Liga, falló.

Al Villarreal no le costó caro el error por la impericia del Salzburgo, que tras dos pérdidas de Parejo pudo adelantarse en el marcador, salvando en la segunda acción Rulli un mano a mano con Daka. Poco después, asomando el descanso, una falta botada por Parejo fue a parar a la cabeza de Gerard Moreno, que asistió a Alcácer para que el valenciano, también por alto, enviara el esférico a la red. Un gol anímico para el Villarreal, un alivio para Alcácer.

En la segunda mitad el conjunto austriaco dio un paso adelante frente a un Villarreal contemplativo confiado en su superioridad y solvencia en el área ajena, la que no encontró el Salzburgo. Sí la tuvo el grupo de Emery, con un cabezazo de Fer Niño.