Francia resiste en Dublín y lidera el Seis Naciones
El XV del Gallo gana (13-15) en campo irlandés 10 años después gracias a las genialidades de Dupont y a su férrea defensa
Francia superó este domingo en Dublín un obstáculo más en su camino de regreso a la élite del rugby: desde que ganara su último Seis Naciones en 2010 o jugara en 2011 su última final del Mundial. Los galos se impusieron en Lansdowne Road diez años después, con el traje de equipo ganador que quieren volver a ser: férrea defensa y letalidad en los momentos importantes. Un triunfo que les eleva al liderato del torneo tras dos jornadas –dos victorias y los mismos puntos que Gales– al doblegar a una mermada Irlanda, orgul...
Francia superó este domingo en Dublín un obstáculo más en su camino de regreso a la élite del rugby: desde que ganara su último Seis Naciones en 2010 o jugara en 2011 su última final del Mundial. Los galos se impusieron en Lansdowne Road diez años después, con el traje de equipo ganador que quieren volver a ser: férrea defensa y letalidad en los momentos importantes. Un triunfo que les eleva al liderato del torneo tras dos jornadas –dos victorias y los mismos puntos que Gales– al doblegar a una mermada Irlanda, orgullosa en la derrota.
Era un duelo entre la capacidad francesa para hacer trizas al rival con espacios –esa improvisación tan difícil de contener– y el orden irlandés, con los impactos de su delantera y su aguante en defensa. La Francia del futuro, liderada por la creación del medio-melé Antoine Dupont y la verticalidad de su trasera, frente a una Irlanda huérfana de sus dos líderes en la bisagra: Jonny Sexton, víctima de una conmoción cerebral siete días atrás, y Connor Murray. Fue la primera vez desde 2011 que ninguno de los dos estaba en un XV inicial irlandés. Tiempos de transición en el rugby celta.
Ambas escuadras salieron de forma conservadora: mucho juego al pie y evitar errores. Fallaron con estrépito sus pateadores en su primer intento entre palos. Los dos 10 suplentes: Matthieu Jalibert y Billy Burns, el irlandés que mandó por la línea de fondo el último golpe de castigo en Cardiff, dejando a sus compañeros sin el ataque decisivo, el domingo previo. Si un jugador no es tanto el tamaño de sus errores, sino cómo reacciona a los mismos, Burns tuvo la oportunidad de redimirse y no la aprovechó. Dejó su sitio a Ross Bryne apenas tras 41 minutos de juego.
Golpeó primero Irlanda, con viento a favor tras la amarilla a Bernard Le Roux por un placaje alto. Anotó la patada Burns y los locales estuvieron cerca de aprovechar los diez minutos de superioridad numérica en un ataque volcado hacia el costado izquierdo que James Lowe intentó ensayar. El vídeo demostró que el ala pisó la cal antes de posar y Francia salvó los muebles. Minutos después, los galos estaban en 22 irlandesa, cargando con uno menos. Dio igual. La melodía atropellada de pases franceses seguía sonando ante los placajes irlandeses, poco contundentes. Todo empezó con una genialidad de Dupont, continuó con una recepción fantástica de Fickou tras un bote envenenado y terminó, con Irlanda absorta, en la superioridad de Charles Ollivon por la izquierda. Ensayo de pedigrí y Francia por delante al descanso (3-10).
Demasiado previsible, Irlanda se estrellaba contra la disciplinada zaga francesa, tan sólida en el juego posicional como hábil para contragolpear. Así llegó el segundo ensayo galo: Fickou percutió con fuerza y generó el desequilibrio. Lo aprovechó Jalibert, que llevó el oval a la derecha para aprovechar el dos contra uno que habilitaría la zambullida de Damian Penaud. Su elección por parte de Fabien Galthiè en el ala –menos creativo que Teddy Thomas, pero más seguro en el juego aéreo– dio réditos.
Reaccionó Irlanda, competitiva hasta la médula. Ollivon fue demasiado agresivo para robar un saque de touch y cedió un hueco en la banda que el delantero Ronan Kelleher, muy ágil, aprovechó para ensayar. La marca puso a Francia a la defensiva, obligada a defender una renta que se hacía más escasa tras una brillante patada entre palos de Bryne, el suplente de Sexton en Leinster que apunta a número dos también con Irlanda.
No encontró oxígeno el XV del Gallo en una patada de Jalibert que se estrelló en el poste. Y tuvieron que defender su territorio con el tiempo cumplido. Le bastaba a Irlanda cualquier indisciplina para voltear el encuentro sobre la bocina, pero se mantuvo hermética Francia. La selección que pareció acostumbrarse a la derrota va recordando maneras de ganar.