Mirotic y el tiempo perdido
La estrella, tras superar bajas por la covid y causas personales, pugna por su primer título con el Barça
Nikola Mirotic sonríe frente a la adversidad y la presión. Le encanta jugar contra el Real Madrid, el equipo en que afiló los colmillos desde que lo fichó cuando era un adolescente. Vistió de blanco hasta que, en 2014, con 23 años, se fue a la NBA para jugar junto a Pau Gasol con los Chicago Bulls. Su inesperado regreso a Europa y su apuesta por el Barça en julio de 2019 marcó el inicio de una nueva etapa en la eterna rivalidad que capitaliza el baloncesto ...
Nikola Mirotic sonríe frente a la adversidad y la presión. Le encanta jugar contra el Real Madrid, el equipo en que afiló los colmillos desde que lo fichó cuando era un adolescente. Vistió de blanco hasta que, en 2014, con 23 años, se fue a la NBA para jugar junto a Pau Gasol con los Chicago Bulls. Su inesperado regreso a Europa y su apuesta por el Barça en julio de 2019 marcó el inicio de una nueva etapa en la eterna rivalidad que capitaliza el baloncesto español. Le hubiera encantado jugar en el WiZink repleto de espectadores, aunque allí le llamaron de todo, principalmente “rata” y “traidor”, en el caldeado clásico de la Euroliga, en noviembre de 2019.
Mirotic asumió plenamente el papel de líder que buscaba en él la directiva del Barça presidida entonces por Josep Maria Bartomeu, que no reparó en gastos en su intento de volver a la senda —con una presencia constante en las finales y una buena serie de títulos—, extraviada tras el despido de Xavi Pascual en 2016. “Quiero marcar una época aquí”, afirmó Mirotic en su presentación en el Palau Blaugrana. Por el momento, no ha conseguido alzar ningún trofeo como azulgrana.
El Barça perdió la final de la Liga el 30 de junio ante el Baskonia, en uno de los peores partidos de Mirotic, que un día antes había sido designado el MVP de la temporada. Pero en aquella final disputada en la burbuja de Valencia y que afrontó con molestias musculares solo pudo anotar ocho puntos y capturar un rebote. Y el Baskonia se impuso por 67-69 en el último partido de la etapa de Pesic en el banquillo del Barça, antes de la llegada de Jasikevicius.
Se cerró así una primera temporada frustrante en que la estrella ni siquiera tuvo posibilidad de luchar por la corona de la Euroliga, cancelada por la pandemia cuando habían transcurrido 28 jornadas. El Real Madrid se ha impuesto al Barça de Mirotic en las dos finales que han disputado, 89-79 en la Supercopa de 2019 y 72-67 en la de 2020. En la Copa del Rey, hace un año, el verdugo de los azulgrana fue el Valencia, en los cuartos de final, a pesar de los 25 puntos y ocho rebotes del jugador montenegrino.
En septiembre, Mirotic prolongó su contrato dos años, hasta 2025, y reafirmó su compromiso con el club que, debido a su grave crisis económica, necesitaba alargar los acuerdos con los jugadores a cambio de reducir algunas de las cantidades pactadas. La segunda temporada de Mirotic en el Barça está marcada por dos contratiempos. El 11 de octubre dio positivo por covid. Tuvo que permanecer inactivo durante dos semanas. Y tras el clásico liguero, el 27 de diciembre en Madrid, en el que marcó territorio con 26 puntos y 10 rebotes que propulsaron a su equipo a la victoria (82-87), fue baja durante casi tres semanas por causas personales.
Contra Jasikevicius
Jasikevicius, en su segunda etapa como base del Barça, llegó a jugar contra Mirotic, entonces en el Real Madrid. Fue en la final de la Copa del Rey de 2013, en Vitoria. El Barça se impuso por 108-111. Un año antes, fue el Madrid el que ganó el título a costa del Barça (76-77), con 17 puntos y 11 rebotes de Mirotic. Ahora, el entrenador lituano gestiona el liderazgo en el equipo azulgrana del ala-pívot montenegrino, que el jueves cumplió 30 años.
”Los jugadores de la calidad de Mirotic son importantes para ganar partidos”, dice Jasikevicius, “pero no ganan los partidos por sí solos. Para mí, el mensaje más importante es que tenemos que ser un equipo e ir todos a una. Luego, si el partido está apretado, igual uno de estos jugadores de alto nivel puede resolver el choque. Pero siempre me gusta más pensar en el equipo y esto es lo que tiene que hacer él también. Niko es uno de los mejores de Europa y sabe que será mejor si está integrado dentro del grupo. Por eso trabajamos cada día, para que esté feliz y poder sacar lo mejor de él”.