Barty es mucha Barty

La número uno, que no competía desde hace 11 meses por el temor a la pandemia, se impone a Muguruza por 7-6(3) y 6-4 (1h 47m) en la final del Yarra Classic Valley y se postula para el Open

Barty posa con el trofeo de campeona, con Muguruza al fondo.DAVE HUNT (EFE)

Iba Garbiñe Muguruza a lomos de un cohete, hasta que se encontró con Ashleigh Barty. Extraordinaria reaparición de la australiana, que no competía desde hace once meses y regresó esta semana con la misma fiabilidad que lo dejó hace casi un año. A las puertas del Open de Australia, la número uno presentó candidatura con su triunfo en la final del Yarra Classic Valley, uno de los torneos preparatorios que precedían al primera major de la temporada. Se impuso por 7-6(3) y 6-4 (en 1h 47m) a la hispanoven...

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Iba Garbiñe Muguruza a lomos de un cohete, hasta que se encontró con Ashleigh Barty. Extraordinaria reaparición de la australiana, que no competía desde hace once meses y regresó esta semana con la misma fiabilidad que lo dejó hace casi un año. A las puertas del Open de Australia, la número uno presentó candidatura con su triunfo en la final del Yarra Classic Valley, uno de los torneos preparatorios que precedían al primera major de la temporada. Se impuso por 7-6(3) y 6-4 (en 1h 47m) a la hispanovenezolana, que a pesar de la derrota también trasladó el mensaje de que está a punto y llegará con fuerza al gran asalto de Melbourne.

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En la dinámica de las rondas previas, Muguruza saltó a la pista con la intención de adueñarse del partido desde la primera bola, jugando profundo y con filo; tratando, porque así le convenía, de imponer un juego directo que no le diera tiempo a pensar a Barty. Ocurre que la australiana tiene un compendio de soluciones en la derecha y un tenis completísimo, además de una astucia sin parangón. Lee bien entre líneas y la situación de partido, de modo que si a la una le interesaba acelerar, la otra tiraba del freno de mano.

Ante el empuje de su rival, la australiana propuso rebajar una o dos marchas el ritmo de partido. Tiró y abusó del revés cortado, impidiendo que Muguruza encontrase posiciones francas y llevándose así el pulso hacia donde a ella más le beneficiaba; esto es, hacia intercambios largos y rudos. Con ese estupendo giro de muñeca que la caracteriza, Barty (11 aces, pese a su 1,66 de estatura) fue recuperando terreno táctico y anímico. Contragolpeó y equilibró la rotura del tercer juego, pero la historia iba de poder a poder, y la hispanovenezolana le dio otra dentellada que parecía decantar el primera parcial.

Sin embargo, con 5-4 y servicio para cerrar, Muguruza perdió poso y a continuación Barty firmó un juego en blanco para reengancharse al debate del set inicial. Se enderezó la local y en el tie break dio cuatro bocados consecutivos para empezar, y después se adjudicó la manga con determinación. El bache afectó también a la apertura de la segunda, todavía Garbiñe rumiando cómo se le había escapado la oportunidad; pese a la rotura y el doble golpe, sin perder la cara al partido en ningún momento. Se sostuvo la hispanovenezolana, contraatacó e incluso volteó el electrónico (del 0-1 adverso al 4-3 favorable), pero…

Barty es mucha Barty. Tras casi un año fuera de las pistas por el temor a la pandemia —en la reanudación de la actividad, renunció a viajar a Nueva York y posteriormente a París—, la australiana, de 24 años y ganadora de Roland Garros 2019, retornó la semana pasada en una exhibición en Adelaida y en esta salió coronada a las primeras de cambio. Se postula así, obviamente, al grande que arranca este lunes (la madrugada del domingo, en clave española).

De la mano llegará Muguruza, que selló el torneo con magníficas sensaciones —tan solo había cedido 10 juegos en el trazado hacia la final— y demostrando que los cimientos de la pretemporada son sólidos y que tiene hambre. Positiva inyección de optimismo, motores a punto. Lista para la puesta de largo del martes frente a la rusa Margarita Gasparyan. Le queda ahora a la 15ª del mundo subir otro peldaño para reencontrarse con el premio, puesto que su último trofeo data del 9 de abril de 2019, en Monterrey. Lo acarició el curso pasado precisamente en Melbourne, escenario que ofrece ahora la reválida.

RUSIA SE ADJUDICA LA ATP CUP

Tennis - ATP Cup - Melbourne Park, Melbourne, Australia, February 7, 2021 Russia's Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Aslan Karatsev and Evgeny Donskoy celebrate winning the ATP Cup with the trophy after their final against Italy REUTERS/Loren ElliottLOREN ELLIOTT (Reuters)

Rusia se proclamó campeona de la segunda edición de la ATP Cup al imponerse en la final a Italia por 2-0. En el primer duelo, el joven Andrey Rublev batió a Fabio Fognini por 6-1 y 6-2, y en el segundo fue Danil Medvedev el que superó a Matteo Berrettini por 6-4 y 6-2. Con el destinatario del trofeo decidido, no llegó a disputarse el partido de dobles. El equipo ruso sucede en el palmarés a Serbia.

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